"Libros y más libros"
Eran
casi las nueve de la mañana del viernes anterior cuando el viejo “vocho” blanco
se estacionó a un lado de la carpa del plantón permanente del SUTSEM, frente al
palacio de gobierno. No era necesario que asomara por la ventanilla aquel
típico sombrero de palma para saber que se trataba de mi amigo Enrique De
Aguinaga Cortés. Quien más podría ser en ese inconfundible vehículo retacado de
cajas de cartón que, por aviso previo, sabía que contenían libros, libros y más
libros.
Ahí
estaba yo, desde muy temprano, esperando a este buen amigo, que en su carácter
de historiador, para mí el mejor del estado, nos convocó a los nayaritas, autores
de libros, a participar con él en una actividad que denominó “Feria del Libro
Interesante 2017” y que tendría lugar del viernes 9 al domingo 11 de junio del
presente año.
Una vez
que nos proveyeron de las mesas de plástico y las sillas correspondientes
procedimos a desempacar los libros para sacudirles el polvo e instalarlos de la
manera que resultara más atractiva a la vista de los potenciales compradores. Fue
casi un ritual hacer aquello. Muchos de esos libros podían susurrar secretos a
través del polvo que caía de sus dorsos y páginas. Cientos y cientos de años e
historias. Miles de letras y líneas que intentaban contar las pretéritas
realidades de nuestro origen y nuestras luchas. Los cambios marcados por el
devenir, unos naturales y muchos otros forzados por circunstancias y personajes
que catalizaron algunas páginas de la vida, a veces para bien, otras no tanto,
pero que sin ellos nada sería igual.
En
cuestión de minutos la escuadra formada por los dos tablones quedó debidamente
instalada. Desconozco la cantidad de libros que había sobre ese tendido, pero
lo cierto es que se veían bien esas mesas cargadas de investigaciones, relatos,
historias y sueños. Ya sólo quedaba esperar a que se acercaran a curiosear,
preguntar y, si había un poco de suerte, a comprar algunos ejemplares.
Mi
amigo Enrique y yo sabíamos que difícilmente esta actividad sería
económicamente satisfactoria, pero el ánimo de hacerlo se centraba en
situaciones que tenían que ver más con ideales y objetivos relacionados con la
búsqueda de apoyo para los escritores locales. Ambos coincidimos en que las
instituciones gubernamentales que “fomentan” y regulan la cultura deberían
poner énfasis en una distribución más equitativa de los recursos presupuestales
y que eso sirviera para apoyar la producción de libros de autores locales, ya
que está más que comprobado que en nuestro estado abunda el talento.
Esa es
la verdadera intención de esta actividad que espero se pueda realizar con mayor
frecuencia. Evidentemente este deseo conlleva la idea de mejorar la logística,
incrementar las opciones que se ofrezcan a los compradores y hacer del evento
en sí una fiesta literaria. Esperamos que se cuente con la presencia de muchos
autores nayaritas, ya que lamentablemente en esta ocasión fue este servidor el
único que atendió la convocatoria de nuestro historiador y amigo Enrique De
Aguinaga. No se trataba sólo de que los autores que acudieran pudieran vender
algunos ejemplares de sus obras sino que se viera esa unidad en torno a una causa común. Qué se apreciara la unidad
de un gremio poco favorecido por las instancias encargadas de hacerlo. Yo lo
hice por convencimiento pleno y no únicamente por amistad. Estuve apoyando esta
actividad porque estoy convencido de que, además de “un grito silencioso”
(palabras del historiador) es un “lamento desgarrador” (palabras mías).
Creo
que otorgarle ese apoyo es más importante de lo que parece. Más allá de que yo
sólo pudiera exponer un libro, está la fe en una idea o una propuesta. El
acompañamiento amistoso y solidario es un intento de infundir el ánimo en
alguien que, como muchos, necesita de la protección y el financiamiento. No me
parece justo que alguien con el reconocimiento nacional e internacional como
historiador, con veintidós libros publicados, tenga que deshacerse de su
biblioteca particular, de su patrimonio personal, para poder seguir realizando
su trabajo de escudriñar el misterio de la historia y publicar sus libros que
ponen en alto el nombre de nuestro estado. No, no me parece justo que él tenga
que vender cientos de libros, que no sólo le han costado muchos miles de pesos
sino que han sido herramientas de su preparación y de sus investigaciones, para
poder seguir adelante en la actividad que le apasiona. Todo esto debido a la
ausencia de apoyos institucionales y a la falta de sensibilidad de las
autoridades competentes para darle el valor cultural y social que este tipo de
trabajos tiene.
Aprovechamos
esas horas en que esperábamos a los clientes para madurar las nuevas ideas y lo
probables proyectos de ambos. Fueron muchas charlas interesantes de temas diversos,
entre chascarrillos y cafés. Entre el rumor de las voces que asisten al
plantón, el cuasi eterno plantón del SUTSEM, que ejemplifica la resistencia y
la convicción por la defensa de los derechos laborales ante la ignominia de un
régimen corrupto y represor. Bajo el techo de esa carpa que no sólo nos
protegía del sol inclemente sino que nos invitaba a soñar, a creer que ninguna
lucha por algo justo puede ser estéril. Coincidimos en varias cosas, por
supuesto que no en todas, pues eso no tendría chiste. De las cosas que estamos
seguros es que: “Nos falta dinero pero nos sobran ideas. Nos faltan apoyos pero
nos sobra entusiasmo. Nos falta atención pero nos sobra coraje. Nos falta
justicia pero nos sobra capacidad”.
A
nombre de los dos participantes en esta “mini” feria en su tamaño pero inmensa
en sus sueños y propósitos, agradecemos a la Sra. Águeda Galicia Jiménez,
Secretaria General del SUTSEM, por su apoyo oportuno y las facilidades
otorgadas para la realización de esta actividad, así mismo al Frente de
Comunicadores por Nayarit (FRECONAY A.C.) por su cobertura informativa.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.