Recordaba
vagamente una sección de un programa de noticias, creo de TV Azteca, que se
denominaba “Estamos hartos de…” en
el cual, con una voz y un fondo musical muy característicos, se evidenciaba a
los funcionarios públicos que cometían algún abuso o atropello, realizaban
actos de corrupción o prepotencia, principalmente. Dicha evocación tiene su
origen en un razonamiento personal, en un recuento de acontecimientos recientes
y no tan recientes, pero con igual peso, en el ánimo de quienes nos convertimos
en víctimas o rehenes de una historia contemporánea plagada de aberraciones, de
afrentas y humillaciones.
En el
contexto de la selección del material o el asunto para comentar en este
espacio, hice una especie de recuento cronológico de las noticias o sucesos
locales y nacionales que más me impactaron, me hicieron pensar o dejaron huella
en mi percepción social o política. Intenté hacer una lista priorizada de
sucesos, lo hice por apartados o capítulos, luego quise separar por temas
específicos, de un lado la política, lo social, lo económico, lo ambiental y
cosas por el estilo, sacando provecho de la libertad absoluta que me brinda el
formato de mi columna. Luego, volví a caer en la cuenta que, en realidad, nada
hay aislado, que todo tiene una relación, que por donde quiera que vayas todo
apunta hacia un mismo lugar, y ¿Cuál creen que es ese lugar? Adivinaron, todo
apunta a lo político.
Con
marcada displicencia decidí hacer un receso, el mentado ejercicio de prelación
temática me puso de malas y terminé odiándome a mí mismo (sólo en sentido
figurado) porque soy un entusiasta gozador de la vida, a pesar de mi aspecto.
Luego, con una lentitud pasmosa y hasta premeditada, puse mis dedos sobre las
teclas de mi inseparable ordenador (Laptop,
pues) para realizar una especie de exorcismo que sacara de mi cabeza los
incómodos demonios de la modorra mental o los espíritus malignos de la
confusión, que se estaban comiendo a pedazos mi poca coherencia y escasa imaginación.
Por fin
logré mi objetivo y me apresté a observar lo que empezaría a desfilar ante mis
ojos. Fue precisamente en ese instante cuando arribó a mi desgastado recuerdo,
aquella frase que fue tan famosa: “Estamos
hartos de…” Será porque el recorrido inició del pretérito inmediato hasta
el más recóndito pasado, eso hizo que me rascara la cabeza con cierto enfado. Había
una auténtica comparsa multicolor, donde se entrelazaban, gozosas y amorosas, demoníacas figuras azules, rojas, amarillas y hasta unas morenas. Danzaban como
llamaradas empujadas por el viento. Lo más execrable eran sus sonrisas malévolas,
burlonas y retadoras. Recordé las imágenes de aquella película donde Linda
Blair, hace el papel de una niña poseída por un demonio, que intenta engañar al
sacerdote que está exorcizándola, disfrazándose de su madre, para hacerlo
flaquear en el ritual. Ahí fue donde dije: ¡Estamos
hartos de...! y ya no pude frenar mi colérica disertación.
En ella
veía entre brumas, supongo que imaginarias, los rostros de varios políticos, en
una mascarada descarada (esta es una cacofonía premeditada). Vi al gobernador
(al demonio que hacía las veces de él o viceversa), con un traje charro de gala
y el rostro de Pedrito Fernández, moviendo
la colita como lo hace el cantante y diciendo “Yo te aseguro que yo no fui”. Sacudí repetidamente mi cabeza, como
queriendo despejarme para que desaparecieran tales esperpentos pero fue inútil
(aquí no me refiero al gobernador) sino a la acción. Un poco más atrás de ese
engendro maligno, venía otro. Éste montaba una motocicleta que decía en uno de
los costados: “moto para rifa/gana votos y voluntades”, era un demonio con una
sonrisa amplia e hipócrita, de pelo muy escaso, casi nulo, labios pintados de
púrpura, envuelto en un atuendo vaporoso, con los colores del arco iris y, en
una de su manos, un ramillete de flores que compró en algún mercado.
Más
atrás del judas motorizado, se miraba a un demonio libador, regordete, de mirada ausente, escanciando copa tras copa,
sin cuidado de que el ambarino líquido escurriera entre las comisuras de sus
labios y sus colmillos diabólicos, su aspecto rígido y rugoso, como una Piedrota, se tambalea perdido entre los
humos del alcohol, pero aplaude servil los gestos de su charro patrón. Así, uno
tras otro, desfilaban los engendros del mal, los maestros del engaño y la
simulación. Sacudí entonces no sólo la cabeza sino el cuerpo entero y dije,
casi vociferando, (para ponerme a tono con los demonios). ¡Estamos hartos de...! La ineptitud de estos políticos (ah perdón
empresarios) principalmente de quien está al frente de ellos, que ni siquiera
ha ocultado el cinismo de que su única obra buena, en todos los sentidos, sea
la que está haciendo para mejorar el acceso a su casa paterna. Es el único
lugar, calle para ser más preciso, donde se ha colocado pavimento hidráulico de
calidad, mientras que otras dan tristeza transitar por ellas.
¡Estamos hartos de..! Que le endilguen a
los trabajadores la culpa de los gobiernos quebrados, cuando él propio Toñito
vociferó en su toma de protesta que en la administración de Roberto Sandoval se
robaron hasta las puertas de la Casa de Gobierno, y que los iba a “meter al
bote” y, ahora resulta, que no sólo se ha protegido a los saqueadores, sino que
se han bloqueado y entorpecido las denuncias penales que obran en poder del
Fiscal General.
¡Estamos hartos de..! Que digan que son los
trabajadores los causantes de la crisis financiera del gobierno estatal y
municipios, cuando es de dominio público que sexenio tras sexenio, trienio tras
trienio, la mayoría de funcionarios se han enriquecido de la noche a la mañana,
pero son todos de la misma calaña, el entrante protege al saliente mediante “pactos de caballeros” en lo oscurito. Si
desde que se detectó el primer desfalco al erario y el adeudo a los
trabajadores sindicalizados, las siguientes administraciones estatales y
municipales hubieran denunciado el peculado, se hubiera resarcido el faltante a
las arcas, no existirían los adeudos que se han venido arrastrando por ejemplo
en el Municipio de Tepic, desde Sandoval, El Toro, Guerrero, Polo, etc.
¡Estamos hartos de..! Que siempre quieran
sacrificar a las clases más desprotegidas para tapar los boquetes financieros
producto de la corrupción y la impunidad. Desde épocas remotas, con
aberraciones como el Fobaproa, que no es otra cosa que rescatar a los
banqueros, transformando su deuda privada en deuda pública a costa del pueblo.
Hay cientos, miles de casos, de esos enriquecimientos ilícitos descomunales,
que navegan plácidamente en las aguas de la impunidad, el más cercano y obvio
el que sucede en Nayarit, los de la lista negra de USA, donde un mandatario y
su grupo incondicional, traspasaron los límites de la ambición y la discreción,
exhibiendo riquezas faraónicas. La ley de la Simplicidad (no sé si exista pero si
no, la acabo de inventar) nos indica que si TODO se hiciera con honestidad,
COMO DEBE SER, tan sólo con ese dinero que el gobierno actual DEBIÓ recuperar, se lograría la solvencia del sistema económico estatal y, quizá,
todos los sectores de la población gozaríamos de paz social y tranquilidad
económica. Pero ¡NO! a estos estólidos (aquí se ponen el saco los que les quede)
sólo se les ocurre FREGAR a los más fregados, sin medir las consecuencias que
eso acarreará.
¡Estamos hartos de..! Ustedes, los politiquillos
de pacotilla, del grupo de poderosos y sus méndigos
secuaces legisladores traidores que, debiendo servir al pueblo, intentan
una vez más poner la bota neoliberal y fascista en el cuello de los oprimidos.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.