En la
semana más reciente, me di a la tarea de hacer un pequeño sondeo de opinión
entre todo tipo de personas y en cualquier lugar en el que andaba. Antes de que
se le ocurra a alguien cuestionar esta especie de encuesta, que si la
metodología, que si los parámetros, la muestra, el margen de error y otras
cosas relacionadas con la terminología usual en la materia, aclaro que no
pretendo hacerle al "Mitotefvsky", ni me siento Roy Campos o Ulises
Beltrán. Mis sondeos son casi circunstanciales. Una suerte de conversaciones
espontáneas con ciudadanos y ciudadanas que me encuentro en la fila del
supermercado, en el cajero automático, en la oficina, en el restaurante e
incluso en el cine (obvio antes o después de la función).
Siempre
me ha gustado escuchar la opinión de las personas sobre cualquier cosa. El tema
es lo de menos, lo que importa es tener aún la posibilidad de hacerlo. Quizá
sea porque siempre encuentro muy atractiva la sabiduría popular. Tal vez sea
por lo divertido que a veces resulta escuchar la forma en que la gente expresa
su resentimiento, sus dudas y a veces hasta su simpatía por algo o alguien.
Si el
asunto es político creo que es cuando más polémica se vuelve la conversación.
De por si resulta cada vez más difícil sentir simpatía por un espécimen de esa
tan vituperada cúpula política. Pero ya ven que hasta los Rolling Stones
sentían "simpatía por el diablo". Aunque los que conocen la letra de
esa mítica canción de rock, sabrán que la supuesta simpatía es una crítica a
los motores de la maldad en la historia universal.
La
gente opina de todo y eso me parece maravilloso. Me encanta que mientras
puedan, aprovechen la libertad de expresión que cada día se ve más amenazada
por aquellos que en campaña juran protegerla y asumiendo el poder le
confeccionan férreas mordazas legislativas. Me emociona coincidir con muchas
personas. Por ejemplo con las que dicen estar hartas de tanta perversidad de la
oligarquía. De acuerdo con las que sienten un absoluto desprecio por los malos
gobiernos actuales que se conducen asociadamente en un mar de cinismo y
corrupción. Con las que reprueban la asquerosa impunidad reinante en la
federación, estados y municipios.
En
todos los niveles de gobierno han quedado al descubierto una infinidad de actos
de corrupción y tranzas, que hoy poéticamente se les llama "conflicto de
intereses". A nivel federal se manejó desde la campaña de Peña Nieto la
creación de una Comisión Nacional Anticorrupción, que duró ya más de 2 años "congelada"
hoy un partido de oposición propone que mejor sea un Sistema Nacional
Anticorrupción y así sucesivamente.
Me da
la impresión que el espíritu de ambas opciones se circunscribe a la
"persecución" de corruptos sin contar con los elementos suficientes
para dejar los precedentes que vinculen la responsabilidad institucional y la
facultad de modificar los procesos que propician o permiten los actos de
corrupción perseguidos. Ahora bien, si cualquiera de estas dependencias fueran
consolidadas, no me parece que sea muy acertado desaparecer a la Secretaría de
la Función Pública ya que, por más permisiva que ésta sea, es la que posee, al
menos por el momento, los mecanismos de regulación y control administrativo de
los procesos gubernamentales. Es la entidad que teóricamente conoce las reglas
del juego. Creo que esto no es un problema de ausencia de mecanismos sino de
aplicación y respeto de los mismos. Por otro lado, una comisión anticorrupción
que no puede llamar a cuentas al presidente no me da muy buena espina. Será
acaso que esta desconfianza sea porque conozco muy bien la frase: "Si en
política no hay soluciones, se nombran comisiones".
Después
de este breviario cultural, como solemos decir, regreso al asunto del sondeo de
opinión con el que iniciaba mi charla con ustedes. Es muy sorprendente la
claridad que tiene la gente en algunos temas. Se puede decir que la sociedad
está muy dividida en cuestión de opiniones y que bueno. Eso habla bien de la
pluralidad que existe en nuestra entidad. Pero en ciertos puntos está muy de
acuerdo. Tal es el caso cuando se habla sobre la vida cotidiana y su relación
directa con la política y el gobierno.
La
mayoría de las personas (90.0 %) a las que les pude preguntar sobre la
popularidad del actual gobernador del Estado de Nayarit contestaron que iba a
la baja. Igual porcentaje coincide en que antes les era muy simpático el
mandatario. Las respuestas refieren que por ser humilde, se refieren a la clase
social, no en cuanto a su perfil personal o sus virtudes. Muchos también
señalan que se equivocaron en su percepción, aquí me incluyo yo.
Pero no
debemos sentirnos mal por equivocarnos, esto ya pasó con otros gobernadores,
como Ochoa Zaragoza, popularmente conocido como "Rigolépero", en
clara alusión al "florido" lenguaje que usaba y el "fino"
trato que dispensó a muchos. El caso era que todos pensábamos que Rigo, sería
un excelente mandatario porque tenía un origen obrero. Se creía que por el
hecho de forjarse en el medio del trabajo, del sindicalismo revolucionario,
tendría la sensibilidad suficiente para entender las necesidades, problemas y
aspiraciones de los miles de trabajadores que representaba y sucedió todo lo
contrario. Terminó perdiendo adeptos, compañeros de su gremio, incluso a sus
amigos más cercanos.
El caso
del gobernador actual es muy parecido. Su origen popular, su aparente sencillez
y la solidez de su palabra. (Me refiero al "honor" de la palabra, al
cumplimiento de la promesa, porque para la palabra, sea oral o escrita no me
parece que sea muy ducho). Todas las presuntas cualidades que integraban su expediente
personal, que en su momento promoví, defendí y voté, se han ido desvaneciendo
como la espuma. Promesas personales y sociales incumplidas. Incongruencia entre
el verbo y el hecho. En este aspecto puedo poner de ejemplo su ácida crítica a
su antecesor, en cuanto al culto a la imagen y comprobar que hoy este rubro es
más ostensible que nunca. Las paredes de las dependencias gubernamentales están
tapizadas de fotografías del patrón, muy artísticas sí, pero con una evidente carga
de narcisismo, además de una pesada carga económica para el presupuesto
estatal.
Otra apreciación
muy repetida es sobre la honestidad de la actual administración. Difícilmente alguien
comentó que no se habían enriquecido los funcionarios actuales. En este tema fue
donde hubo más consistencia en las respuestas, reprobando a la mayoría de
ellos. Brotaron como geiser, datos y más datos. Que si ranchos, que si
fraccionamientos y casas blancas, que si gasolineras, que si ganado, que si
caballos, que si terrenos, que si vehículos, que si inversiones millonarias,
que si diezmos, y un gran etcétera.
No me
sorprendió esta cascada de opiniones convergentes que mis interlocutores
proferían con un dejo de queja y frustración, pero tampoco me espantó. Pueden
ser sólo especulaciones, verdades a medias o secretos a voces. Eso no lo puedo
validar, pero sí puedo compartir la opinión y el sentir de una gente agraviada,
resentida, al ver que sólo forman parte de una insignia gubernamental pero no
son actores protagónicos, mucho menos usufructuarios del bien común.
Finalmente,
respuestas contundentemente reprobatorias a la gran mayoría del gabinete, el
despotismo y la soberbia son el contenido cotidiano de sus bagajes laborales.
Represión, autoritarismo y abuso, tres jinetes apocalípticos que galopan por
las geografías institucionales.
La
cereza en el pastel, la posición agresiva, altanera e intransigente de un
gobierno estatal que le da la espalda a uno de los pilares de su estructura, la
clase trabajadora sindicalizada, la burocracia. Esta es una de las actitudes
más reprobadas por la sociedad, pero no la alta sociedad a la que pertenecen
los nuevos ricos gubernamentales sino la sociedad productiva, la gente del
pueblo que se esfuerza por ser útil a su comunidad y lucha por mantener a sus
familias. No es una actitud de capricho personal del gobernante y sus brillantes
asesores, creo que es una bien orquestada estrategia para minar la fortaleza
del sindicalismo y eludir la responsabilidad de pagar los millones que le han despojado.
La razón está de parte de los trabajadores, la justicia está por llegar.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.