JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
¿Viva México?
Los
vecinos se veían atareados acarreando los insumos para preparar, supongo, una
linda fiesta mexicana. No había como dudarlo si estaban ante mi vista la olla pozolera, unas enormes tostadas raspadas
y la verdura típica de los antojitos mexicanos: la cebolla, la lechuga, los
rojos rabanitos tiernos y una variedad enorme de chiles de los que más se
utilizan en esos menesteres, el ancho, el cola de rata, el guajillo, entre
muchas otras especies de condimentos como la pimienta molida y el orégano.
La
colonia se llena de actividad y algo de algarabía, aunque es domingo.
Regularmente ese estado de ánimo se suscita un día antes, bajo la tradicional
práctica mexicana de parrandear los sábados y curarla al día siguiente. Pero
hoy no es como otros días, hoy es un domingo con sabor a sábado. Las razones se
explican en dos puntos principales visiblemente conectados. Uno, que hoy es 15
de septiembre, el día que se celebra el «Grito de Independencia de México» una
efeméride de alto significado en el fervor patriótico de los mexicanos, que
marca el inicio de la gesta heroica de 1810, y dos, que por ende mañana es 16
de septiembre que es la auténtica
fecha inicial de este episodio bélico y es día feriado.
En
relación con esas fechas existe la polémica del por qué dar el grito el día 15,
si históricamente se reconoce la madrugada (5 de la mañana) del día 16, como el
momento histórico del grito que arengó el levantamiento, por parte de Hidalgo y
correligionarios. Hay incluso un mito, acerca de que fue Porfirio Díaz quién
realizó esa adecuación para hacerlo coincidir con la fecha de su cumpleaños,
pero existen registros históricos que demuestran que fue desde muchos años
antes de su gobierno que se decidió realizar una verbena popular para celebrar
el grito, iniciando desde la noche del 15 y terminando la madrugada del 16.
Pero,
no es de historia o de fechas que quiero comentar en esta ocasión, por más
apasionantes que esos pasajes puedan ser. Quiero referirme a las connotaciones
que hay en todo este tema de la llamada independencia.
No
niego, ni el movimiento ni su importancia, que por sí solo resulta ser una
indispensable página del libro de la historia nacional. Un suceso que deja
constancia de la incesante búsqueda y obtención de la libertad por parte de las
naciones y las sociedades. Es indudable que este movimiento libertario, que
curiosamente conocemos y festejamos con fervor su inicio y pocos sabemos la
fecha de su culminación (27 de septiembre de 1821), trajo consigo la liberación
del dominio español, y que de ello obran constancias documentales como lo es el
acta de independencia. Me resulta un tanto curioso que festejemos con bombo y
platillo su inicio y le demos poca importancia a su culminación, que se supone,
en la lógica más elemental, debía ser el momento álgido de un esfuerzo
nacional, cruento y sufrido, y por antonomasia el sabor del triunfo, del logro,
de algo que se consiguió y no solo que se haya iniciado. Pero que se le va a
hacer si así somos los mexicanos.
Es
importante que no seamos más una colonia de ningún país, ni europeo ni asiático
o de ninguna otra latitud. Pero, quisiera que fuera más fuerte el sentimiento y
el hambre de justicia. Que esa idolatría por los personajes históricos, que nos enseñaron en las escuelas, y dibujábamos de memoria, sin estar tan
seguros que físicamente esas fueran sus facciones, hubiera sido más encaminada
hacia el ejemplo, hacia la esencia de los valores que personificaron esos
hombres y esas mujeres que lucharon no solo con un arma o una bandera sino que
tuvieron cosas más importantes como el amor a su patria y a sus hijos, la
inteligencia para la logística, no solo la militar, sino la social, la que
determinaba la planeación de los movimientos encubiertos y sigilosos, la fuerza
de sus palabras que conmovía y convencía a sumarse a los esfuerzos y sobre todo
la lealtad a una causa común, el bienestar, la estabilidad, el desarrollo y la
libertad de la patria.
Vuelvo
la vista a las calles de mi colonia y sigo viendo los preparativos para
festejar el grito de independencia. Me pregunto ¿Tan patriotas somos de verdad?
Me quedo pensando un poco y concluyo que estamos muy distraídos del verdadero
concepto de independencia. Nos han hecho creer que así somos los mexicanos, fiesteros y desmadrosos, que somos hartamente felices tomando tequila y
gritando a todo pulmón, porque con eso homenajeamos a nuestra patria. Yo pienso
que nos hemos envuelto en un falso patriotismo, creado artificial y
tendenciosamente por las oscuras mentes que fluyen y pululan disimuladas como
las corrientes de los ríos subterráneos. Ser patriota mexicano es algo muy
distinto a lo que muchos manejan con extremado orgullo. El patriotismo es algo
más que comer pozole y tostadas de pata en la noche mexicana, aunque los
acompañes del más mexicanísimo de los tequilas blancos de Jalisco y los
disfrutes al ritmo del son de la negra. El patriotismo es algo más que tirar
cohetes o disparar al aire en la estrellada (ojalá) noche del 15 de septiembre
(lo único que haces es asustar a los perritos y a la gente también por pensar
que es un tiroteo más).
Festejamos
nuestra independencia del yugo español, pero nos hacemos disimulados del yugo
estadunidense. Ya no obedecemos al rey de España pero acatamos las indicaciones
del miserable de Trump, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Mundial, como expresiones visibles del neoliberalismo rapaz, que domina la
escena mundial y, obviamente, sigue pretendiendo apoderarse (de lo que queda)
de las riquezas naturales de nuestra patria. Nos rebelamos ante el yugo de un
país europeo, pero como nación no somos capaces de apoyar un proyecto de país,
que rompa con esa esclavitud disfrazada de buenas relaciones, y aderezada de
discursos demagógicos de los supuestos representantes
populares (legisladores) que mutilan, distorsionan y mancillan la digna
congruencia social de una constitución política asediada, manoseada en favor de
intereses oscuros, y vuelta en contra del pueblo mexicano, sobre todo de las
clases más desprotegidas y del sindicalismo revolucionario.
Sí, Viva
México, pero, viva una nueva época de paz y justicia social. Sí, Viva México,
pero una vida exenta de los flagelos sociales de la pobreza y la violencia
criminal. Sí Viva México, pero una vida sin corrupción e impunidad en todos sus
ámbitos. Sí, Viva la Independencia de México, pero que viva de verdad independiente,
liberado de todos los lastres que nos han impuesto los malos mexicanos y sus
socios o patrones extranjeros.
La
definición de Patriota en el diccionario de la lengua española es: "Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien".
¿Creen que esta definición requiera de más explicaciones?
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.