Por:
José Manuel Elizondo Cuevas / Periodismo Nayarita
Quizá
para muchos, escribir de manera anticipada sobre el día del trabajador
sindicalizado, sea una idea disparatada. Lo común es que una vez que pasa el
evento, se reseña lo acontecido en dicho festejo. Generalmente se habla acerca
de la música, la comida, los regalos, sobre todo los magnos como los coches, casas
o alguna otra sorpresa que tenga a bien ofrecer la dirigencia sindical, como
atractivo adicional en la fiesta.
Mañana
se celebra el tan esperado “Día del Burócrata” y creo que la mayoría de
nosotros, los que pertenecemos orgullosamente al SUTSEM, sentimos un especial
regocijo por ello. Por un lado, porque recibimos un apoyo económico que ayuda
mucho a la economía familiar, pero creo que hay algo que es mucho más importante
que eso.
Me
parece que es una buena oportunidad para reflexionar acerca de lo que significa
celebrar 73 años de lucha sindical, es algo que se dice fácil pero ya
quisiéramos muchos poder llegar siquiera a esa edad.
En
esta sencilla reflexión, vienen a mi mente toda clase de situaciones que seguramente
vivieron aquellos que nos antecedieron en este sinuoso, difícil, pero motivador
camino de la lucha diaria por defender nuestros derechos laborales. Cuántos
problemas, agresiones, angustias y penurias tuvieron que pasar los trabajadores
y dirigentes de antaño, desde finales de los años 30´s y principios de los
40´s, hasta llegar a este momento, en el que nos ofrecen un sindicato
consolidado, fuerte, digno y orgulloso que mira siempre hacia adelante, que
tiene objetivos muy bien definidos y busca de manera constante y decidida
aquellos horizontes laborales donde la esperanza ferviente y la realidad promisoria
se toman de la mano.
Para
aquellos que piensen que el camino ha sido fácil, debo decirles que están muy
equivocados. Para lograr lo que actualmente gozamos, tuvieron que pasar muchas
cosas, se derramaron muchas gotas de sudor y quizá de sangre, se sufrieron
muchos momentos cruciales, se padeció hambre y sed, muchos desvelos, sacrificios
personales y familiares. Se tuvieron que afrontar muchos riesgos, como el enfrentarse
permanentemente a los aviesos intereses de los círculos del poder, tanto
económico como político, que siempre antagónicos, hostiles a la clase
trabajadora, han buscado someterla y siguen soñando con esclavizarla.
El
nombre del SUTSEM está tejido con los hilos de la historia y adornado con los
sueños de miles de personas que han formado parte de este sindicato. Nuestra
organización ha logrado trascender en los ámbitos local, nacional e
internacional y en muchos de los casos ser ejemplo a seguir por otras
organizaciones hermanas que han abrevado de las experiencias exitosas logradas
en Nayarit. En lo particular he tenido la suerte de constatar el aprecio que nos
tienen los hermanos del SUTEYM, el sindicato homólogo del Estado de México, ya
que en alguna ocasión me tocó disfrutar de sus finas atenciones cuando asistí a
un intercambio deportivo en la Ciudad de Toluca.
Es
tiempo de festejar, claro que sí, sentirnos felices y orgullosos de nuestra
organización, pero también es tiempo de reconocer las virtudes del esfuerzo, entender
que la trayectoria del SUTSEM y su dirigencia no es un intento eventual e
intrascendente, todo lo contrario, es una cadena de hechos, circunstancias especiales
y acciones concretas sustentadas en la más revolucionaria de las ideologías,
siempre a favor de la clase trabajadora organizada.
Entregarle
la medalla “Esteban Baca Calderón” por sus méritos sindicales, a nuestra Secretaria
General Águeda Galicia Jiménez, no es una mera casualidad, es un justo premio a
los muchísimos años de lucha y sacrificio personal, pero también es un
reconocimiento al movimiento sindical que ella representa, con valentía y dignidad.
Al
reconocer a la Sra. Águeda se está reconociendo la supervivencia del espíritu
del sindicalismo en sí, por esa razón me parece que este sencillo pero solemne
homenaje, fue un pase de lista, de los miles y miles de personas dispuestas a
luchar por sus derechos y apoyar a su dirigente en el mismo instante que se
convoque.
Desde
mi punto de vista, el reconocerle su brillante trayectoria a la señora Águeda
Galicia, es un acto de justicia, es el mérito a su extraordinaria estatura como
representante sindical y como depositaria de los anhelos de justicia social de
miles de trabajadores y familias nayaritas.
Por
supuesto que se han recibido críticas adversas al movimiento sutsemista, pero
la mayoría de éstas provienen de los enemigos de la clase trabajadora, de los
traidores a la patria y sus esbirros, de aquellos que no tienen ni idea de como
funciona un sindicato, ni la necesidad
que tienen sus agremiados de defender sus fuentes de trabajo. Es cierto que,
como en todo, puede haber algunos compañeros que a veces no están a la altura
de la responsabilidad y perjudican la imagen del sindicato, pero también es
cierto que la gran mayoría somos personas conscientes de nuestras obligaciones
y principios, responsables, muy trabajadores y con mucha vocación de servicio.
Así
que mis hermanos trabajadores, a festejar nuestro día, el día del SUTSEM, las
conquistas sindicales, la seguridad y la justicia social. A festejar que no
sólo tenemos un gran patrimonio ideológico, sino que también contamos con un
creciente patrimonio material como “Barranquitas” o la “Casa Albergue Águeda
Galicia”, próximamente un sitio de recreo y hospedaje en Rincón de Guayabitos y
muchas cosas más, otras en proceso y otras en el futuro cercano.
Los
invito a celebrar con alegría y emoción, pero también los invito a la reflexión,
a que sintamos con pasión el espíritu de fraternidad de nuestra organización, a
que tratemos en cada uno de nuestros actos, dentro y fuera del trabajo, poner
siempre en alto el prestigio de nuestro sindicato. “FELÍZ DÍA DEL BURÓCRATA”
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO – LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS
AL CORREO: elizondojm@hotmail.com