JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
"El descrédito del poder"
Llegaron
a mis manos los resultados de una encuesta acerca del nivel de popularidad
actual del presidente de la república mexicana. El estudio fue realizado por el
Diario Reforma, publicado en “Animal Político” y la muestra estadística se
levantó entre el 4 y el 7 del presente mes de agosto.
No hay
nada de que sorprenderse. La aceptación que la ciudadanía le brinda al
presidente de México sigue a la baja. Según la encuesta reciente, sólo dos de
cada diez mexicanos aprueban la forma en que Peña Nieto está haciendo su
trabajo. Para citar números más ilustrativos, el sondeo dice que en este rubro
al presidente se le dio una calificación de 3.9 (en una escala del 1 al 10)
mientras que en el año 2013 su calificación era de 6.3, así de simple. Pasó de una calificación
aprobatoria “de panzazo” a una reprobatoria que se redujo casi a la mitad. Este
ejercicio estadístico intentó también saber si la opinión de la gente había
cambiado después que el mandatario pidiera disculpas por el asunto de la casa
blanca, cosa que no ocurrió ya que el 59% dijo que no, el 6 % que mejoró y el
27 % que empeoró su opinión al respecto.
He ahí
la frialdad de los números, la contundencia matemática sobre un asunto de
interés nacional. Pero yo me pregunto. ¿Qué significan esos resultados? ¿Qué
hay atrás de esos números? Intentaré darles mi opinión de la mejor manera
posible.
Si bien
es cierto que los tres niveles de gobierno se preocupan e invierten fuertes
cantidades de dinero (del erario por supuesto) en mantener una opinión
favorable de la ciudadanía a través de la labor especializada que realizan los
medios de comunicación, llega el momento en que ya no es posible hacer
milagros.
Las
situaciones reales, las que se sufren en el escenario cotidiano, las que
apuntan y desembocan en el hambre, en la búsqueda del sustento y a veces la
supervivencia, esas no se pueden cubrir con el manto mágico y el ilusionismo de
una cámara y un micrófono al servicio de quien detenta el poder. Eso no es
posible cuando existe una realidad social que se desborda y que reclama a
gritos el arribo de la justicia. No existe una pluma, por más alegórica y fina que sea, que pueda disimular o encubrir un
pesado y lamentable estado de cosas en una sociedad agraviada por quienes
deberían servirla. Es entonces cuando se puede percibir que por más que hagan
el esfuerzo, no “podrán tapar el sol con un dedo”.
Este
tipo de encuestas, las reales por supuesto, tienen un gran peso en el ánimo de
quienes resultan apaleados por la opinión ciudadana. Las estadísticas son de
una importancia capital en la toma de decisiones. Por esa razón es aconsejable
que tomen en cuenta ese tipo de sondeos, ya que sirven para orientar las posibilidades
y expectativas en el futuro mediato e inmediato. Los gobiernos que orientan sus
planes de trabajo o sus acciones institucionales apoyándose en la opinión de la
gente (al cabo aquí todo es de la gente) normalmente obtienen mejores
resultados en relación con la satisfacción ciudadana. Cosa que no sucede cuando
los gobiernos “trabajan” guiados por la víscera, el humor o el capricho. Eso
sin contar cuando lo hacen para satisfacer sus intereses personales o de
terceros. Lo bueno que eso no pasa aquí en Nayarit.
Aunque
en líneas anteriores decía que las cifras de los sondeos te ayudan a conocer tus
expectativas, por cuestiones de espacio quisiera comentarles acerca de las razones
o las acciones que produjeron estos resultados. Tal vez me estoy refugiando en
que es más fácil platicar el pasado que predecir el futuro.
Es muy
fácil inferir cuáles son las causas principales de esta drástica caída del
presidente EPN en las preferencias populares. Sólo para tener un punto de referencia,
tomaremos la calificación (6.3) que tenía en el 2013 y consideramos en el
siguiente año 2014 los “eventos especiales” que se suscitaron. ¿Qué
encontramos? Por citar sólo los más pesados: “La Masacre y desaparición de
normalistas de Ayotzinapa, Guerrero” y el escándalo de corrupción de “La Casa
Blanca de EPN y La Gaviota”. Desde mi punto de vista esos hechos son más que
suficientes para justificar la desaprobación de este gobierno nefasto. No sólo
para bajarle puntos a EPN sino hasta para bajarle los calzones, cuerearlo y
encarcelarlo.
Sería
inútil hablar en esto de las reacciones negativas de la ciudadanía ante el
fracaso, la opresión y el perjuicio de las denominadas “reformas estructurales”.
Todas iguales de desastrosas como era de esperarse. No podía ser de otra manera
si fueron concebidas desde los escritorios de la oligarquía que patrocina el
modelo económico neoliberal aplicado en México. Y digo sería inútil no porque
no sea algo que valga la pena mencionar sino porque es innecesario hacerlo, ya
que es una situación que ya ha sido comprobada en carne propia por el pueblo.
Por
la limitación de espacio, solo traeré otro de los eventos que evidenciaron la
intolerancia y el carácter represivo del gobierno peñista: La matanza de
maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en
Nochixtlán Oaxaca. En este punto me detendré solo para aclarar que a pesar de
que el poder mediático del gobierno ha querido hacer pasar por delincuentes a
los maestros que defienden sus derechos, eso no ha sido posible porque la gente
no cree ya en esas trampas. Mediante la infiltración de los movimientos
magisteriales disidentes, el gobierno provoca el vandalismo y “revienta” las
situaciones mediante la provocación a la violencia y el enfrentamiento. Los
medios criminalizan las protestas y ponen a los sectores de la población en
contra de los que luchan por defender una causa.
Ese es
uno de los métodos que usan los malos gobiernos para encubrir sus felonías. Enfrentan
con disimulo a los maestros con el sector empresarial haciéndoles creer que son
los mentores los culpables de la crisis económica que están sufriendo los
comerciantes y prestadores de servicio. Así pretende ganar la batalla el
gobierno federal sin ceder nada a cambio, sin aportar ningún elemento para la
solución de los problemas.
Lo
mismo sucede en el entorno local. El gobierno estatal pretende hacer creer a la
ciudadanía que sus trabajadores sindicalizados viven una vida de lujos y
comodidades. El mensaje reiterado a los grupos más marginados es que no hay
dinero para obras y apoyos porque todo se lo gastan los trabajadores de base.
Evidentemente que esa insistente cantaleta, muchas de las veces surte efectos y
se crea una aversión a quienes también sufren graves problemas económicos
derivados de los incumplimientos de convenios, pago de prestaciones y la propia
carestía de la vida.
Afortunadamente
aún existe prensa independiente y honesta que informa de manera veraz lo que
sucede y asociaciones civiles que visitan las colonias con el mismo propósito.
Es así como la gente se entera que los únicos culpables que no haya dinero son
los políticos corruptos, llámense gobernadores, secretarios, alcaldes, directores, similares y conexos,
quienes se enriquecen cínicamente con el dinero del pueblo.
En fin,
hay que esperar para ver como salen nuestros sacrosantos funcionarios en alguna
encuesta que se realice en nuestra entidad. Por supuesto que no la hagan ellos
mismos, porque seguramente les darían puras estrellitas doradas de buen
comportamiento. (Ajá).
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.