JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
"Cácaro"
En esta
fecha, además de mi hijo, de quien no tengo duda algún día será famoso en el
ámbito musical, un día como hoy hace 98 años, nació uno de los actores y
cantantes más importantes de México: Pedro
Infante.
Siempre
he tenido admiración por este carismático personaje de la farándula nacional.
Su trayectoria es muy especial. Sé que si él no hubiese fallecido hace 58 años (1957)
quizá no sería el ídolo que actualmente es, porque está más que probado que en
México para convertirse en leyenda “hay que morirse a tiempo”.
Su
historia está llena de mitos, pero lo más rescatable de todo eso, son las acciones
de carácter humanitario que realizaba para ayudar a personas que tenían
necesidades económicas. Es evidente que las historias de esta naturaleza son
ciertamente inspiradoras. Una persona de origen humilde, que nace en el seno de
una familia muy numerosa, que trabaja en lo que sea para sobrevivir y apoyar
con los gastos, no puede pasar nunca desapercibida una vez que logra escalar
paso a paso la difícil escalera del triunfo.
Mi
hijo, a quien me refiero en este artículo, cumple el día de hoy la mayoría de
edad. Desde este momento es “prófugo” del INE y del servicio militar. Para mí y
para mi esposa es una sensación rara que él cumpla esta edad. Me refiero estrictamente
al significado de llegar a la famosa mayoría de edad.
El simple
hecho de cruzar esa barrera tiene ya intrínsecas implicaciones. Este evento puede
tener diversas connotaciones. Quizá en algunos jóvenes el efecto de este
simbolismo pueda apuntar hacia una relativa liberación, porque muchos padres a
veces manejamos con cierto yugo a nuestros hijos, repitiéndoles erróneamente
que les imponemos algunas prohibiciones o restricciones porque son menores de
edad, lo que por definición implica que esas medidas disciplinarias perderán
vigencia al superar esa categoría.
Es un
tema delicado que por esta vez dejaré de ese tamaño. Quiero pensar que la
actitud que mi hijo, nuevo hombre “mayor de edad”, asuma con responsabilidad
esta nueva etapa de su vida. Que lo que hemos intentado inculcarle tenga el
poder y la magia de la permanencia. Al final de cuentas, bien sabe que aunque él
sea un hombre de edad y yo lo siga empujando hacia la conquista de sus sueños, no
dejaré de lado un liderazgo que se ha forjado a golpe de buen ejemplo,
comprensión, apoyo y amor.
Pero
volvamos al tema de inicio. Es aquí donde quiero aclarar que no es por inmodestia
o por una exagerada autoestima que mencione a mi hijo cuando estoy comentando
acerca de una gran estrella mexicana como lo es Don Pedro Infante Cruz. Algunos
amables lectores que siguen esta modesta columna desde hace algunos años, quizá
recuerden que en algunas otras ocasiones ya he mencionado la extraña conexión
que tengo con ese ídolo. Sigo sin poder encontrarle explicación más allá de la
probabilidad, la estadística o la casualidad. Para quienes no lo hayan leído
antes, diré de nuevo que me sigue pareciendo una muy rara coincidencia lo
siguiente: Tengo tres hijos. El más pequeño de ellos, Edson Geovanni, nació en
la fecha en que nació Pedro Infante (18 de noviembre). El mayor de los tres,
José Manuel, nació en la fecha que murió Pedro infante (15 de Abril) y si esto
no fuera lo suficientemente extravagante les comento que mi hijo Rafael, vive
desde hace muchos años en el lugar en que murió Pedro Infante (Mérida Yucatán).
¿No les parecen demasiadas coincidencias? Si fuera un fanático de la
numerología o algún otro tipo de cábala diría que existe un misterioso y hasta
ahora inexplicable vínculo con Don Pedrito. ¿No creen?
Además
de platicarles esos curiosos datos, mi intención sigue siendo darle un valor
artístico, cultural, histórico y personal a esta efeméride muy poco conocida,
el natalicio de un personaje que de seguir entre nosotros estaría cumpliendo en
esta fecha los noventa y ocho años de edad. Además de los nexos y simpatías por
este actor, es justo darle mucho crédito por su inmensa filmografía de más de
60 películas, de las cuáles me gustaría recordar algunas con ustedes. Si les
parece buena la idea, les doy un momento para que saquen las palomitas, el
refresco de cola que fabrica un señor que tiene apodo de felino y que es dueño
de media ciudad peluche, no perdón media ciudad Tepic. Y si ya están en
posición, comenzamos con la función y esta es la cartelera.
“Escuela de Rateros” con la actuación de RoSa
Carmina, actuación especial de Héctor González Curiel; “El Inocente” con Jonathan Lora; “Dos tipos de cuidado” con la participación estelar de Sasa el Malo
y Atolín el bueno; “Ansiedad” con el
primer actor Carlos Saldate; “Ahora soy
rico” con Héctor González Curiel, Gianni Ramírez y muchos más; “La oveja Negra” con el actor Luis
Berumen y la cómica Adelaida; “La razón
de la culpa” con el primer actor César Miguel Fragoso Amezcua; “Necesito dinero” con los ayuntamientos
nayaritas; “A toda máquina” con
Francisco García Villela” y el chivo expiatorio; “Vuelven los García” con Toñito Echevarría; “Ustedes los ricos” con un gran elenco de políticos de todos los
colores; “Nosotros los pobres” con
trabajadores sindicalizados y pueblo en general; “Las islas Marías” con Omar Reynoso, Paco García Villela y muchísimos más;
finalmente “Mexicanos al grito de
guerra” con los primerísimos actores: los guerreros sutsemistas.
Les
invito a disfrutar de esta variada filmografía y de las apoteósicas actuaciones
de las grandes luminarias de la actuación política que acompañan a nuestro gran
divo del celuloide mexicano. No es que esté usando en este momento esas
sustancias lúdicas que acaban de legalizar, pero sí estoy dejando volar mi mente
y me imagino a Pedro Infante en su ya conocida caracterización, mirando hacia el
interior de la mejor oficina de CONAGUA Nayarit, ahí por la avenida
Insurgentes, con una orden de aprehensión en la mano gritando en el paroxismo
de la actuación: ¡Toritooooooooo!
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.