Siempre
es un gusto retornar al noble ejercicio de la comunicación. Empiezo por desear
a mis amables lectores que este año 2022 sea menos doloroso y difícil que los
dos anteriores. Hay muchas razones para desear eso pues, aun con mi optimismo
renovado con el descanso de fin de año, los nubarrones que anuncian los
desafíos y circunstancias que habrá que enfrentar en el futuro inmediato, se
muestran muy amenazadores en el horizonte local y nacional.
Las
cosas de la economía se pusieron “color de hormiga” en todo el país. Cual si
fuera un frente frío, de esos que nos congelan el aliento en invierno, así se
dejó venir la escalada de precios que rompió todos los pronósticos,
principalmente los realizados por los expertos oficialistas, los del Banco de
México (BANXICO). En el año que acaba de “petatearse” se superó con mucho el 3%
anual estimado para México, consolidándose una inflación por encima del 7.3 por
ciento. Situación en gran medida provocada por la pandemia del coronavirus, que
ha afectado las cadenas de suministro y con ello el flujo normal de productos
de todo tipo a nivel global. Con ello quiero decir que el incremento de la
inflación no es un fenómeno privativo de nuestro país, situación que se puede
comprobar con solo echarle una ojeada a los números de los güeros, los vecinos
del norte (los gabachos pues) que en el mismo periodo observan cifras que
rondan también los 7 puntos porcentuales. Es por tanto, una crisis de tipo
global.
No
quería preocupar a mis amables lectores con datos tan fúnebres, aunque para los
nayaritas ya no es tan fácil sacarnos un…susto porque hemos vivido situaciones
dignas de una buena novela de terror. Hemos sufrido vicisitudes propias de un
infierno donde el diablo ha sido nuestro malévolo inquisidor, pero aun así,
acostumbrados a las pestes más terribles, se tiene que reconocer que el futuro
no se muestra muy halagador.
Dejemos
de lado la violencia generada por la delincuencia organizada, los carteles de
la droga que han extendido sus tentáculos por todos los estados de la
república, ampliando su ya de por sí bien surtido catálogo de actividades
ilícitas, y lo triste que es ver cómo Guanajuato y Zacatecas, de amplia
tradición pacifista, se han sumado con Baja California, Sonora y Chihuahua a la
lista de estados más peligrosos de nuestro país, y ahora demos paso a la nueva
y peligrosa ola de contagios de Covid-19 con la variante Ómicron que se disparó
en números exponenciales después de las festividades decembrinas y estamos en
espera de lo que se derive del “Día de Reyes” ¡Ups!
Este
último tema, el de la salud, ha sido analizado hasta el cansancio pero no dejan
de sorprender los detalles “pintorescos” que ocurren en nuestra latitud. Ya con
la experiencia de “olas” anteriores y cuando se estaba (al menos en teoría)
controlando la situación de los contagios, se vienen los típicos relajamientos
de nuestra culta sociedad, obviamente con las también típicas permisiones de
parte de las autoridades. Me refiero a los eventos masivos como conciertos
(Julión), deportes y hasta los mágicos proyectos de “bosques encantados” donde
la esperanza (de acabar con la pandemia) es lo único que se terminó.
De
verdad que es un auténtico “deleite” ver las intrincadas estrategias
gubernamentales para hacer que una ciudad sonría. Las formas son extrañas
porque por un lado se intenta promover el resguardo voluntario en casa y por
otro se convoca a la familia entera a abarrotar los senderos de la luminosidad
y la magia de una alameda convertida en una parafernalia digna de Disneylandia,
aunque quien se frotaba las manos anticipando el gusto por el sonido de la caja
registradora era sin duda la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por el pago
que recibirá (si es que se paga).
En
fin, hay muchas cosas que sumadas hacen que se paren los pelos de punta.
Trataré que más que una lluvia de ideas resulte una cascada de recuerdos.
Algunos consumados otros como intentos, pero todos amenazadores puntos. La
eliminación de descuentos en agua y predial a adultos mayores. El aumento de
impuestos (quizá no en número sino en montos) y la salvaje imposición de nuevas
placas para los vehículos son algunos de los que ahora mismo vienen a mi mente.
Todo ello me hace pensar que el pueblo siempre es el que pierde. En cuanto al
“reemplacamiento” entiendo que es una forma desesperada de recaudar dinero
líquido para resolver problemas heredados por los artífices de la corrupción,
los sexenios y trienios anteriores que se despacharon con la cuchara grande,
amasando inmensas fortunas que ahora disfrutan impunemente, mientras los
trabajadores, estatales y municipales, siguen siendo los “culpables” de la
crisis financieras. Otro asunto más que trillado y miserablemente manejado por
las administraciones que van llegando y siempre prometen encarcelar a los
“malditos saqueadores” y entregar al pueblo lo robado y pocas veces o nunca
sucede lo dicho.
En
gobierno del estado, los municipios, en la Universidad Autónoma de Nayarit
(UAN) y donde quieran voltear siempre es lo mismo. Hay crisis financiera por
los excesos, los saqueos, porque los funcionarios mayores se roban el dinero y
¿Cuál es la solución? Quitarles prestaciones a los trabajadores. ¡No saben
otra! ¿Qué hay muchos aviadores? Todo mundo los conoce pero ellos no los encuentran,
mientras eso sucede quieren correr a diez trabajadores de confianza pero para
meter a diecisiete de su equipo. Así se van incrementando los lastres que se
arrastran tristemente, como cadenas de fantasmas, de administración en
administración. Muchas cosas que decir, pero pues el espacio es escaso y el
tema es abundante. En resumen, el poder adquisitivo de los trabajadores
estatales se precariza año con año y no se ha recibido ningún aumento desde el
año 2013, es decir más de ocho años sin al menos poder contrarrestar los efectos
de la inflación. Ya basta de simulaciones, todos sabemos quiénes son los que se
vuelven millonarios en seis o en tres años y, por supuesto, que no es ninguno
de los trabajadores sindicalizados.
Veremos
qué otra brillante idea se les ocurre a los asesores de nuestros gobernantes.
Hasta la próxima.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.