"Lluvias Desnudadoras"
Después
de casi una semana de ajetreo fuera de la ciudad, regreso a casa, “Hogar Dulce
Hogar”. De verdad que esta vez me sentí como si me hubiera quedado fuera de la
alineación en la final de un campeonato. Sufres más estando fuera de la cancha
que combatiendo adentro. Así, como en ese caso, que está fuera de tu alcance
participar, igual así me sucedió esta vez. Valga el comparativo porque tuve que
salir a tratar de resolver asuntos de índole patrimonial, que requerían de
manera indispensable mi presencia. Aunque los resultados no fueron del todo
satisfactorios se puede decir que avancé de manera sustantiva en ello. Pero (y
aquí está el imprescindible pero de las cosas) me perdí dos reuniones
importantes del proyecto “Por México Hoy”. Una el sábado 24 de junio en las
instalaciones del SUTSEM en Tepic, y la otra, la regional en Guadalajara
Jalisco, el sábado primero de julio, y por si esto fuera poco me perdí también la
tarde literaria organizada por el SUTSEM en el plantón casi eterno, en la
“Plaza de la Resistencia”, vulgo Plaza Bicentenario, a la que fui invitado a
participar en el elenco, pero ya estaba con las maletas al hombro.
No me
gusta lamentarme de las cosas que no puedo hacer, mucho menos si estás cierto
de que no estaban al alcance de tu mano, pero a veces no dejan de pesar un
poco. Debo sacudirme esa afección y mirar con alegría el futuro. Habrá otras
cosas iguales o similares a las que si me tocará asistir. Debo concientizarme
en que las cosas familiares requieren atención y deben ser de carácter
prioritario. Demos unos pasos al flanco derecho y retirémonos del “muro de los
lamentos”. Pasemos a otros asuntos que quiero comentarles, aunque tengan el
mismo hilo conductor, refiriéndome a que sucedieron durante mi ausencia.
La más
lamentable de todas es la amarga situación de muchas familias que vieron
súbitamente perdido su patrimonio familiar, el menaje para ser preciso, bajo
las aguas pluviales. Esto ha sucedido incontables veces en la historia de
nuestra ciudad pero, según los datos que pude constatar, esta vez la tragedia
tuvo contingencias mayores. Lo que aprecié en las fotografías hablan de
inundaciones nunca antes vistas. Desconozco aún el “recuento de los daños” pero
sé, por experiencia propia, que en algunos lugares en que ya son habituales
esas inundaciones, tipo chinampas de Xochimilco, esta vez sí “se pasaron”.
Qué se
puede decir de esto, si ya es un caso periódico, cíclico, costumbrista. Los
mismos problemas, las mismas causas. Se puede decir, haciendo una analogía, que
estas son las típicas funciones de verano, el espectáculo de “las aguas”, con
un argumento más que predecible. Yo he tocado este tema de distintas maneras y
sigue dando para más. Si este tema fuera el título de una obra sería: “Crónica
de una tragedia anunciada”. Pasan los años y las administraciones y todo sigue
igual. Nunca se ha vislumbrado una posibilidad siquiera de resolver esos añejos
problemas. Todos los gobiernos, unos más que otros, dándole mención especial al
actual, han abusado del poder de decisión. Desde mi punto de vista, el actual
gobierno “Rosista” ha realizado muchas obras concebidas desde el fondo de la víscera,
anteponiendo la fuerza y la soberbia del capricho personal a la planeación
participativa y a otras variables de la viabilidad popular, haciendo ver como
tontos a los expertos de las áreas de planeación que se enteran por la prensa,
que existen algunas obras, cuando éstas son inauguradas.
El caso
de las inundaciones es un tema que se “cuece aparte”. Tiene, en muchas de las
zonas que son clientes de las aguas, una connotación de corrupción histórica
que ha sido solapada por todas las administraciones, la actual y las
anteriores, aquí TODOS SOMOS culpables. Y dije TODOS, como el chiste de la
viejita. Por un lado los gobernantes y funcionarios municipales, estatales y
federales (ni a cual irle) por ser parte de esa corrupta permisividad de
otorgar dictámenes positivos donde no se debe. Por privilegiar la razón del
influyente y al “mercenario” de la urbanización y por el otro, nosotros, los
ciudadanos, que vemos toda clase de trinquetes y manoseos de los recursos
naturales y zonas protegidas y nos mostramos indiferentes, ni siquiera somos
capaces de denunciar o alzar la voz. Porque vemos cómo los funcionarios y sus
familias se robaron los espacios en los zanjones y otras zonas y actualmente
tienen sus residencias en algunas de ellas, sabemos de lo desleal y lo
peligroso que resultan esas acciones y sólo tenemos indolencia ante ello.
Somos
una sociedad cómplice de los ladrones y depredadores de los recursos de la
ciudad y del estado. Lo grave de eso es que han agarrado parejo. No se han
conformado con los recursos presupuestales sino le han metido mano a los
recursos naturales. Se han robado el dinero del gobierno estatal y de los
ayuntamientos y con un cinismo proverbial sólo aciertan a decir que es culpa de
los trabajadores sindicalizados, cuando es de dominio público las inmensas
camarillas que arrimó el gobernador a la nómina. Metió a sus guaruras, asesores
jurídicos, aduladores, payasos, criados, caballerangos, directores, mucamas, y
cuanta raza se le ocurrió, ah y quiero decirles que a la mayoría con jugosas compensaciones
económicas. Lo mismo ha sucedido, con el Sasa en el municipio, el Toro, Polo y
el estólido de Guerrero que más bien parece “Güergüero”, quien salió más afrentoso
que los anteriores, o será quizá que le dejaron poco tiempo y está tratando de
barrer todo lo que pueda en este año, que ya no es el de Hidalgo (Ching.. a su
m.. el que deje algo) sino ahora es el de Carranza (Porque el de Hidalgo ya no
le alcanza).
En fin,
se han llevado todo. El dinero, propiedades, casas, playas, ranchos, vehículos
y demás y dicen que la culpa es de los trabajadores. Lo peor del caso es que
hay quienes les creen y aún les siguen aplaudiendo sus latrocinios y bajezas. Lo
generoso de las lluvias es que ayudan a que las tierras agrícolas puedan
brindar el alimento a las familias y además se convierten en estrictos
auditores que desnudan las inconsistencias en la calidad y especificaciones de
las grandes obras, convirtiendo los flamantes bulevares en modernos balnearios
populares y los auditorios de la gente en impresionantes albercas olímpicas
(mentes brillantes y visionarias las del gobernador, los secretarios de obras
públicas y de planeación, programación y presupuesto).
Seguimos
a la espera de funcionarios de verdad. Que antepongan la ética al interés
económico. Que piensen en la ciudadanía que representan (al menos en teoría).
Que tengan sentido común para entender que hay problemas que son prioritarios e
impostergables, como es el caso que hoy nos ocupa, con las “lluvias
desnudadoras de corruptos”. Alguien que vea, sienta y comparta la necesidad que
tienen los colonos de proteger sus patrimonios familiares que con tanto
sacrificio logran poseer. Creo que se requiere de un diagnóstico profundo y
preciso sobre el sistema de drenaje pluvial y demás infraestructura que
regularice y solvente este añejo problema de las inundaciones y se dejen de
andar culpando a los compañeros de aseo público que realizan muy dignamente y
con mucha disposición su difícil trabajo, por lo que les aplaudo y reconozco
sinceramente.
Qué
bueno que se regularizó el servicio de recolección de basura, si no hubiera
dicho David “Güergüero” que esta catástrofe era por culpa del SUTSEM y no por su incapacidad de administrar la
ciudad. (A ver si no me denuncia “Lord Demandas”).
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.