Este
espacio ha sido testigo de no pocas alusiones a personajes distinguidos, héroes
y heroínas o, por lo menos, personas famosas que tuvieron la fortuna de nacer
en este bello lugar al que conocemos como Nayarit. Sin pecar de presuntuoso,
podría decir que tenemos muchos nombres que traer a este vasto catálogo.
También podría decir que son considerables los rubros o ámbitos en que se han
desarrollado estos personajes nayaritas. Por dar sólo una probadita de ello,
diré que tenemos presencia en la literatura, en el cine, en el deporte, la
pintura, la música, el teatro, la danza, la ciencia, la historia, los derechos
humanos, etcétera.
En
esta columna he intentado mencionar a muchos de estos personajes nayaritas, ya
sean los que nacieron y vivieron en épocas muy remotas o algunos
contemporáneos, incluso muchos que aún están activos, reconociendo que es muy
difícil dar cuenta de la inmensa lista de nombres que merecen estar en este o
en muchos otros espacios periodísticos y siendo consciente que no es esta mi
especialidad, quisiera en esta ocasión dedicar mis líneas a uno de los
nayaritas que, no obstante destacar en varios ámbitos, es muy poco conocido por
sus paisanos que, sinceramente, debiéramos sentirnos muy orgullosos de su
origen, su trayectoria y su legado histórico. Me refiero en esta ocasión al Dr.
Ernesto Galarza.
Ernesto
Galarza es el ejemplo vivo del mexicano que se aleja con tristeza e ilusión de
la tierra que lo vio nacer, del lugar donde se queda enterrado su ombligo, para
emprender (tal como aquella fabulosa historia de las tribus que iniciaron su
peregrinar hasta encontrar un águila devorando una serpiente) un viaje difícil,
rudo y peligroso, en pos del llamado sueño americano. Originario del Municipio
de San Blas y, específicamente, del pueblo de Jalcocotán, (Jalco para los
cuates) en nuestro querido Estado de Nayarit. Nuestro personaje, a quien, desde
mi punto de vista, considero un predestinado, estoy seguro que, cuando salió de
aquel pueblito, jamás imaginó el futuro tan luminoso que habría de forjar para
beneficio de muchas generaciones de trabajadores migrantes en los Estados
Unidos y particularmente en California.
Nuestro
paisano ─ y hay que decirlo con orgullo, sí señor─ no sólo destacó en el ámbito
académico en USA, lo cual ya era más que suficiente para rendirle
reconocimiento, ya que muchos ni en nuestros pueblos de origen podemos
destacar, mucho menos tener que aprender en otro idioma y adaptarnos a culturas
desconocidas. Es cierto que él emigró desde pequeño, frisando los ocho años, y
eso le ayudó, pero aun así no fue nada fácil la tarea de obtener licenciatura y
posgrados en universidades prestigiadas de allende las fronteras. Es aún más
loable que esa preparación obtenida fue el sustento de una excelente carrera
como académico en varias universidades del Estado de California: Aprender y
enseñar lo aprendido, ciclo completo de la esencia de la generosidad humana,
compartir tu experiencia.
Una
historia digna de contar es la vida de nuestro ilustre paisano, de apellido
Galarza y de raíces profundamente nayaritas. Un hombre que antes fue un niño
jalcocotense más, un ciudadano desplazado por la necesidad y las ganas de salir
adelante y, hoy en día, es un auténtico referente de la lucha por los derechos
de los trabajadores, tanto del campo como de la ciudad. Un pionero del
movimiento sindicalista que posibilitó el esfuerzo jurídico permanente para
lograr la justicia social, fundando las organizaciones latinas que, desde los
años cincuenta hasta la actualidad, defienden los derechos civiles de los
trabajadores latinos en los Estados Unidos de América. A él, se le reconoce
como el líder de varias huelgas organizadas por la Federación Americana de
Trabajadores. A él se le atribuyen las bases para que otro grande en el tema,
César Chávez, iniciara la formación de sindicatos de trabajadores inmigrantes.
Si
lo mencionado anteriormente no fuera suficiente para reconocer y darle mérito a
Ernesto Galarza, existe otro campo del quehacer humano donde su genialidad
atestigua su grandeza. Me estoy refiriendo a su faceta de escritor donde
escribió grandes páginas, y esto último se puede tomar literal y figuradamente.
Para mí, como lo dije anteriormente, su consistencia y efectividad académica y
docente, era más que suficiente, pero el papel del activismo social es literalmente
histórico y trascendental. Pero es de imaginarse que alguien como yo, que se
apasiona por la literatura, tendrá muy en cuenta el legado que nos dejó nuestro
coterráneo en ese ámbito. No fue sólo un libro el que nos heredó, fueron
varios, unos más conocidos y famosos que otros, como el caso de “Barrio Boy” o “Traspasando Fronteras” como se le tituló en español, pero igual
todos de importantes. Fue tan significativa su labor literaria que incluso le
nominaron para obtener el Premio Nobel de Literatura, que es el máximo galardón
a que se puede aspirar dentro del mundo de las letras. Algunos autores dicen
que esta nominación fue en el año de 1979, aunque yo me inclino a darle la
razón al Dr. Abel Gómez Gutiérrez, que señala en su libro: “MIGRACIÓN Y
EMPODERAMIENTO TRANSNACIONAL: LOS NAYARITAS EN EL SUR DE CALIFORNIA”, que fue
en 1976. Pero, en fin, creo que aquí lo importante es el qué y no importa tanto
el cuándo. Existe también polémica, respecto a la cantidad de libros escritos
por nuestro ilustre nayarita, unos dicen que una decena otros señalan que fue una
veintena. De lo que sí estoy seguro es que su capacidad literaria dio para
escribir sobre cuestiones sociales, políticas, inmigración, entre otras
temáticas. Que tenía una excelente narrativa que describía notablemente los
lugares y los hechos y que incluso su inspiración le permitió publicar libros
de poesía, circunstancia que lo sitúa en la parte más fina de la literatura.
Hay
tanto que decir de este hombre que se necesitarían cientos de páginas y chorros
de tinta para hacerlo. Desgraciadamente, no es el único caso de alguien que, a
pesar de su estatura moral y su trascendencia en la historia contemporánea, sea
un desconocido en su propio terruño. ¿Será verdad aquella frase que dice, que
nadie es profeta en su tierra? Yo creo que no. Pienso que hace falta una
generosa y permanente difusión de la vida y obra de todos aquellos personajes
que son un ejemplo de vida y una fuente de motivación para tantas personas. La
filosofía de vida, la visión, la inteligencia, el valor y la dedicación al
servicio de la comunidad del Dr. Ernesto Galarza, no puede ser ignorada por
ningún motivo. No es posible, que su trascendencia en el pasado, presente y
futuro de millones de trabajadores migrantes y sus familias, el impacto de la
formación de un paradigma de superación, de lucha constante, de honor, de
fuerza, de organización, unidad y solidaridad, sea una historia desconocida en
Nayarit, en San Blas, en Jalcocotán, y tampoco en el resto de la república
mexicana. El nombre de Ernesto Galarza, debe ser una inagotable fuente de
inspiración para los nayaritas y para los mexicanos. El recuerdo de este gran
mexicano nacido en nuestro estado, debe ser el simbolismo de la superación, de
la tenacidad, de la lucha, de los sueños, la libertad y la justicia social.
(Como
un modesto homenaje personal al Dr, Ernesto Galarza, en el mes de su nacimiento
y a los hermanos migrantes en USA que luchan por sus derechos).
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.