Es un
verdadero gusto restablecer contacto con ustedes, mis amables lectores. Después
de unas vacaciones atípicas en medio del ostracismo impuesto por la pandemia,
de la incertidumbre por el futuro de nuestra salud física y económica y el
dudoso preludio de la escasa oferta política, regresamos a la actividad
informativa y de opinión envueltos en un clima inusualmente frío que nos invita
a guardarnos en un cálido y hogareño ambiente familiar, situación que favorece
el confinamiento al que la estrategia sanitaria nos convoca.
Los
números nos siguen indicando que la contingencia no ha sido superada por más
que se ven algunos indicios aislados en contrario. Hay sitios en los que
lamentablemente se ha agudizado la situación, sobre todo en lo que se refiere a
la saturación de la oferta hospitalaria que se ve a punto de colapsar, sobre
todo en el estado de México y en la ciudad del mismo nombre.
Es
evidente que habrá que esperar unos días más para ver los resultados de pasar
por un peculiar túnel en este camino. Me refiero al importante periodo de las
fiestas decembrinas. Si la situación del número de contagios de covid-19 era
alarmante, habrá que ver su comportamiento después de estos días que, a pesar
de la insistencia mediática del “quédate en casa”, seguramente hubo un gran
número de “rebeldes” que hicieron sus fiestas sin las medidas recomendadas. De
ahí se derivarán muchos nuevos contagios que pondrán de nuevo en evidencia la
estrategia y la capacidad instalada del sistema de salud pública (espero esta
vez, equivocarme). En contraparte, en el mismo túnel que aludía en líneas
previas se visualiza una pequeña luz de esperanza para revertir o controlar la
situación sanitaria, esa luz se llama: vacunas.
En
nuestro país quizá sea más difícil que en otros de mayor nivel de desarrollo
lograr la cobertura universal de la aplicación de la vacuna contra ese virus
que nos mantiene en riesgo inminente de enfermedad y muerte, pero no es
imposible que se logren resultados satisfactorios a pesar de todos los
obstáculos que habrá que sortear. Lo importante de todo es que ya arrancó la
campaña y de entrada con el acierto de dar prioridad al personal del sector que
tiene el riesgo mayor, el personal de salud. Enseguida vendrá la atención
programada por rangos de edad y así hasta que, en función de los resultados de
la cobertura y la prevalencia de las medidas de precaución de sobra conocidas,
se pueda lograr abatir las dramáticas estadísticas que nos agobian actualmente.
El control de la letalidad y el desahogo de la capacidad hospitalaria serán
factores que propiciarán el regreso a la normalidad que, no será al cien por
ciento, como era antes, pero si habrá mayores oportunidades de revivir las
actividades que se habían quedado estancadas y así reactivar la economía que
quizá en un par de años podría recuperarse al nivel que debió estar si no
hubiese llegado esta temible pandemia. Así el panorama como yo lo percibo, al menos en ese aspecto.
Existe otro tipo de pandemia que hemos venido
padeciendo históricamente y que ha sido igual de devastadora que la del
coronavirus. La del virus nos condena a la enfermedad y muerte física y la otra
al estancamiento, la pobreza y la muerte económica, ésta la hemos llamado
siempre: corrupción. Es un mal que hemos venido padeciendo desde hace casi un
siglo y la seguiremos padeciendo si no se apoyan los esfuerzos, hasta ahora los
únicos, que actualmente se han emprendido. No se trata de ningún tipo de
retórica que medie la inclinación hacia determinada corriente o partido político
sino la convicción de apoyar, y así debiéramos hacerlo todos, a cualquier
fuerza que empuje en ese sentido. Tampoco se trata de radicalizar las posturas
políticas y crear antagonismos enfermizos entre sectores de la población, sino
defender civilizadamente las posturas sociopolíticas sensatas y honestas que
intenten reivindicar los derechos y valores de la sociedad que pudieran
ofrecernos las escasas opciones políticas de la actualidad.
Es imposible no darse cuenta de las tendencias a
polarizar a la sociedad, que actualmente existen. Gran parte de esa tendencia
está orquestada a través de las redes sociales y algunos medios de comunicación
que se prestan a ese juego y operan en función de esos intereses, mediante
jugosos contratos subterráneos que les permiten mantener los viejos privilegios
que les otorgaron gobiernos anteriores. Debemos estar atentos y recordar que no
todo es blanco o negro, ya que existen matices que se dan de manera natural en
el devenir histórico de la praxis política. Situaciones que se escalan al nivel
del convenio y la negociación que algunas veces permiten avanzar en algunos
puntos que suelen trabarse precisamente por la radicalización de las posturas
partidistas.
Las posturas están debidamente configuradas al
nivel de programas de acción, declaración de principios y otros documentos que rigen el accionar de
cada partido y, desde ahí, se enfilan hacia alguna de las posiciones políticas
como la izquierda, la derecha el centro u otra colateral. Situación que antes
era muy fácil distinguir, pero en nuestros días es casi imposible, porque ahora
se antepone la búsqueda del poder a cualquier otra condición de tipo moral o
situación ética política que pudiera dignificar a las organizaciones
partidistas. De ahí las aberrantes coaliciones electorales de partidos como la
que protagonizan el PRI, el PAN y el PRD, en el que se mezclan de manera poco
ortodoxa los colores, tendencias, historia y posturas políticas. Es indudable que
ninguno de los partidos por sí solo podría ganar las próximas elecciones, por
eso buscan juntar sus activos y sumar en contra de MORENA. Yo soy de la opinión
que esa coalición pudiera resultar contraproducente, por aquello que existen
muchos electores que podrían castigar a su partido por tomar esa decisión de
unirse con sus supuestos “enemigos naturales”.
En fin, es como veo hasta ahorita el panorama.
Espero se resuelva el asunto de la pandemia y se logren los objetivos
programados respecto a la vacuna y por consecuencia se mejore la economía. La
cuestión electoral pues es difícil predecirla ahora, pero estaré atento a lo
que vaya sucediendo. Deseo para todos mis amables lectores que este año que
recién inicia sea mucho más benigno y prometedor que el que nos acaba de dejar.
RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA
SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com
.- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.