Es imposible sustraerse al caudal de
noticias generadas a partir del conflicto entre el patrón gubernamental estatal
y el sindicato de trabajadores de base del propio gobierno. Ni bien se pausa o
apaga una acción o una declaración cuando ya está otra prendida como chimenea
en clima frío.
Primero, la efervescencia por la
publicación de la nueva ley de pensiones y el fondo soberano. Enseguida los
incidentes derivados de la marcha de protesta por dicha legislación aprobada al
vapor. Esta última (la marcha) al parecer generó mucha molestia en las
autoridades, aunque ellas digan lo contrario e intentan restarle importancia,
usando todos los medios a su alcance.
Empezaré por decir que, desde mi
visión y mi cálculo, creo que la marcha logró reunir unas dos o tres decenas de
miles de personas. No hay forma de poder precisar el aforo de participantes,
únicamente lo que se pueda calcular comparando con otras similares y por la
experiencia que algunas personas conocedoras del tema aportan en ocasiones,
pero basta con dimensionar la opinión del propio Secretario General de Gobierno
que calculó más de 11 mil marchistas. Tomando como base esa cifra, podríamos
hacer un ejercicio de ponderación y sería fácil vislumbrar que la obvia
tendencia del número real sería hacia arriba, en el entendido que el
funcionario, por su propia naturaleza, intentará, como dije antes, minimizar la
respuesta a esa convocatoria.
Hizo también un comentario a la prensa
en el que señala (palabras más, números menos) que la marcha inició con los más
de 11 mil personas que calculó, pero que al arribar el contingente al nodo vial
de la Calzada del Ejército ya solo marchaban unos 2 mil, de donde dedujo que
solo se reunieron a firmar la lista y se retiraron porque (otra vez según él)
no estaban convencidos de su participación en la protesta (aquí se debe
entender que casi “todo el mundo” está a favor de sus decretos autoritarios).
Así por el estilo, un sinfín de
comentarios sustentados en las peripecias de la marcha sabatina del SUTSEM a la
que se sumaron los maestros de las dos secciones magisteriales la 20 y la 49.
Según ellos (los funcionarios mayores del gobierno estatal y sus agregados
culturales) fue un evento sin mayor relevancia, pero resulta que de inmediato
se desató la lluvia de información que ya estaba apagada. Realidades y Tello
sacaron a ventilar de nuevo (casualidad
o desquite) el aseguramiento de propiedades del sindicato y de su lideresa
(según ellos). Titulares escandalosos y amarillistas en los que sin ninguna
restricción o decoro señalan a la letra: “Ney y Águeda se chingaron más de mil
600 millones de pesos de los nayaritas” (sic), digan si eso no es una marcada
tendencia periodística a echarle la ciudadanía encima a la presidenta del
sindicato mayoritario. (Solo se cubren con una palabra en mini tamaño que dice:
Acusan).
Mientras eso sucede en la prensa
escrita, en la televisión (más que oficialista) el siguiente lunes, después de
la marcha le dedican al menos la primera media hora del noticiero de la noche a
pegarle a Águeda y los sutsemistas. Es tan ostensible la campaña mediática que
pretende linchar al sindicato y, principalmente a sus líderes, que raya en la
exageración y, con ello, en la incredulidad por parte de muchas personas que
perciben la sobreactuación de los protagonistas del melodrama que armaron.
Me gustaría ver que así como acusan
puedan demostrar que la lideresa del sindicato “se chingó (cómo dice el
realidades) esos miles de millones”, si se fueron a partes iguales, o de qué manera ella pudo
echar mano de esa millonada autorizada como préstamo a la administración del exgobernador
Ney González, autorizados por el Congreso del Estado que, por cierto, si no mal
recuerdo el propio funcionario Juan Echeagaray era uno de los gentiles y
entusiastas diputados que aprobaron con una sonrisa la moción del chaparrito de
la Mololoa. De plano, la historia está llena de extraños recovecos, algunas
veces a todas luces inexplicables.
Hay muchas otras pequeñas/grandes batallas
mediáticas. Todo es cuestión de llegar al fondo de la información que se vierte
y de su interpretación. Se podría aplicar aquella vieja y famosa máxima de
Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según
el color del cristal con que se mira”. En este tenor, intento ejemplificar las
declaraciones del Secretario de Administración y Finanzas del Gobierno del
Estado de Nayarit, en un video reciente, en el que señala que “el doctor
Navarro dio instrucciones desde el primer día de funciones para que se respeten
todos los derechos laborales de los trabajadores y que se han pagado
hasta ahora todas las prestaciones. Aquí es donde entra lo que
mencionaba anteriormente (la interpretación). La primera parte, la dejaremos
ahí en el contexto general para que el tiempo dé la razón a quien la tenga. En
cuanto a que se han pagado TODAS las prestaciones es evidente que se trata de
la interpretación del gobierno, en relación con lo que considera sus
obligaciones, las nuevas, las que ellos han dejado en el mutilado pliego, en el
mermado convenio laboral suscrito en 2013 y que, a falta de uno nuevo, debería
seguir vigente, en tanto no se sienten patrón y sindicato a negociar las
cláusulas (esa es la teoría). De las pocas que recuerdo a vuelo de pájaro que
no han sido pagadas son: el aumento de cada año al salario mínimo que autoriza
la CONASAMI, la entrega de despensas de fin de año, entre varias otras. En el
mismo video se nota que al más ecuánime de los funcionarios de primer nivel ya
lo están contagiando con el virus de las balandronadas, ya que se siente una
velada amenaza al término del mensaje que dice que: “el gobierno NO VA A
PERMITIR que se demerite con mentiras lo que se ha llevado a cabo hasta el día
de hoy…”. Bueno al menos él no mencionó nada de las famosas y temibles
“Carpetas de Investigación”.
Por la falta de espacio, ya no pude
mencionar lo que dijeron públicamente (hablando de carpetas de investigación)
que se va a investigar y “castigar” a los que pasaron lista de asistencia a los
trabajadores de las dependencias que asistieron a la marcha. No sé si tomarlo
como un exceso de prepotencia o una falta de claridad mental. En ese momento recordé
la canción de Marco Antonio Solís: ¿A dónde vamos a parar….?
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.