jueves, 7 de noviembre de 2019

"Día de Muertos"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Día de Muertos"


Cuando este texto esté en sus manos habrá culminado la serie de eventos, públicos y privados, relacionados con la conmemoración del «Día de los Muertos» o «Día de los Fieles Difuntos».

Es gratificante percatarse que las tradiciones mexicanas se siguen conservando y continúan siendo parte esencial de nuestra cultura. Aunque esta celebración ocurre en algunos otros países, sobre todo en Mesoamérica, la versión mexicana es única. Los colores, las formas y toda la parafernalia que ocurre alrededor de estos eventos, dejan ver la creatividad de los millones de personas que participan en estas celebraciones. Desde los deslumbrantes desfiles de catrinas y catrines, en los que participan miles de hombres y mujeres de todas las edades, niños, niñas, adultos mayores, y principalmente jóvenes; hasta los hermosos altares dedicados a personajes famosos o queridos, internacionales, nacionales o locales, personas que adquirieron la calidad de inolvidables por su ciencia o su virtud, que con su paso, su vida y sus acciones, dejaron huella en el corazón de la sociedad que, a través de estas maravillosas creaciones, les rinden merecidos homenajes.

En todas partes sólo se habla de esas conmemoraciones. En la capital de la república, específicamente en San Andrés Mixquic, alcaldía de Tláhuac, tiene lugar una de las más importantes y reconocidas celebraciones del día de muertos. Esta localidad, reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, recibe en esos días más de cien mil visitantes que gozan de un programa en el que destacan La Alumbrada, un espectáculo nocturno de velas, que alumbran con hermosas y fantasmagóricas formas las tumbas y flores del panteón; los concursos de calaveras de cartón y la escenificación de un cortejo fúnebre, en donde de manera jocosa la supuesta viuda del supuesto difunto, dice al público frases picarescas.

Nuestra ciudad de Tepic, pues también tiene lo suyo. No sé si en todas las dependencias del gobierno estatal sucede lo mismo, pero en la Secretaría de Infraestructura, se realiza cada año una misa a la que asiste el personal y las autoridades administrativas, además de algunos invitados, y este año no fue la excepción. En esta ceremonia religiosa se recordó a los trabajadores y trabajadoras que fallecieron durante el año en curso y se pidió por sus almas. Se pidió también por la salud y el éxito individual y social de la dependencia, así mismo, se propicia un saludo de paz entre los asistentes, que de manera simbólica lima cualquiera aspereza en el trato laboral. Todos se extienden la mano en señal de armonía e incluso la mayoría se brinda un abrazo, excepto los representantes de los sindicatos adversos (Digo, al menos eso es lo creo que vi). Una vez concluida la misa, se realizó la bendición del altar, dedicado a los fallecidos del año y se ofreció a los asistentes el tradicional pan de muerto, acompañando por un rico chocolate caliente. Bien por quienes hacen posible que estas bellas acciones se conserven para siempre.

Es imposible pasar por alto el interés que despierta entre los habitantes de la capital nayarita y algunos visitantes, el espectáculo mágico, un poco fúnebre, pero amoroso y artístico, que se desarrolla durante los dos primeros días de noviembre en la calzada del panteón, que adquiere la categoría de museo de los altares de muertos y bulevar de los sueños eternos. Ese espacio, que marca la ruta hacia el camposanto, el lugar que simboliza la última estación del viaje terrenal y el principio de la trascendencia y la luz, se convierte, por unas horas, en la meca de las expresiones artísticas donde todos quieren participar. Se inicia con el desfile de Catrinas y Catrines, con origen en la Plaza Bicentenario y conclusión en el Panteón Hidalgo. Ya en esta sede, se inaugura el evento y se disfruta de muchas sorpresas para los visitantes, entre las que se pueden mencionar el concurso de altares, propiamente dicho, obras de teatro, música, cuentos de ultratumba, transmisiones de radio y televisión en vivo, entre muchas otras cosas.

Cada pueblo tiene su propia rutina y conserva sus costumbres ancestrales. Muchos de ellos desconocen el origen prehispánico de estos ceremoniales y aunque también elaboran sus altares de muertos, ignoran lo que las culturas antiguas referían como parte de sus creencias acerca de la vida ultraterrena. Quizá no oyeron ni oirán jamás del Mictlán, el Tlalocan o el Omeyocán, pero siguen conservando las tradiciones del altar, las coronas de flores de papel y, en algunos lugares, el uso del humo del copal.

En lo que respecta a mi pueblo natal, Tecuala La Orgullosa, esos días se dan (nos damos) cita en el panteón municipal todo el mundo, usando esa vieja frase anterior para decir que es muchísima gente, tanta que sería difícil contabilizarla. Lo común es ver a toda esa gente limpiando las tumbas de los familiares y las áreas aledañas, ya sea por propia mano o por encargo laboral; el caso es que todos acudimos a realizar esa insoslayable tarea y llevar algún detalle floral, sea natural o sea artificial, así como alguna veladora.

Yo siempre he dicho que el luto se lleva en el corazón y que no necesitas un lugar para llorar una pérdida, pero no cabe duda que la tumba de un ser querido es un punto de referencia, un lugar que significa el nudo que amarra el cordel del recuerdo. Si no fuera así por qué entonces cuando llego a ese lugar empiezo a platicar con mi madre o con mi padre, como si estuvieran vivos, así como cuando llegaba a casa a saludarlos en una de mis recurrentes visitas. ¿Será producto de mi locura el decirle, hola madre ya estoy aquí, vine a verte? «Hola, jefe, aquí estoy». ¿Creíste que no vendría? Sentarme despreocupadamente por un buen rato en la tumba y sentir que están felices porque me ven ahí, acompañándolos. ¿Es un lazo de amor invisible que no termina de esfumarse nunca? ¿Es una costumbre muy arraigada que provoca sensaciones tan extrañas como placenteras? No lo sé. Pero de lo que sí estoy seguro es que me provoca cierta paz, una quietud interior única, como esa sensación que tienes con el deber cumplido, pero un poco más espiritual, un poco más profunda, un poco más amorosa.

Para finalizar el comentario, quiero hacer una mención, deseo o plegaria a favor de quienes por desgracia han perdido a un ser querido pero no tienen un sitio donde ir a visitarlo. Me refiero a los padres, hermanos, hijos, parientes de alguien que ha sido desaparecido y no saben, si es que ha fallecido por la acción de manos criminales, donde pudiera encontrarse. Pido a Dios que los desaparecidos sean encontrados, ojalá estuvieran vivos y, si desafortunadamente no es así, que puedan tener su descanso eterno al lado de sus familias  y que jamás vuelvan a repetirse esas reprochables atrocidades.  

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.