JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
"Un buen paro"
Eran treinta
minutos después de las seis cuando de manera sorpresiva encontré un lugar para
estacionar mi coche. Acera derecha de acuerdo a la circulación de la calle
Abasolo, casi llegando a la San Luis. La mañana era fría y húmeda. Aun así era
agradable sentir la brisa ligera en mi adormilado rostro. Se acercaba la hora
de la verdad. Estaba a punto de iniciar el paro estatal de trabajadores
sindicalizados del gobierno del estado, organismos descentralizados y de los
veinte ayuntamientos.
Crucé
con decisión el espacio público que, con mucha razón, hoy se conoce como “Plaza
de la resistencia”. Digo lo anterior porque es el lugar en el que se realizan
todas las manifestaciones de protesta. En los últimos cinco años se han
manifestado campesinos, médicos, profesores, comerciantes, estudiantes y todo
tipo de trabajadores.
No es
una graciosa coincidencia que todas las manifestaciones de protesta se realicen
frente al palacio de gobierno estatal. No es tampoco porque sea el lugar más
atractivo para hacerlo. Lo que sucede en realidad es que generalmente se
protesta frente al lugar donde se localiza el causante de la protesta. Así es
de sencillo explicar por qué todo mundo se planta frente al palacio de gobierno
del estado a protestar. Exacto, porque los problemas de todos los quejosos son
hijos del mismo parto.
La
gente empieza a llegar de poco en poco. Todos se reportan al plantón que "premonitoriamente" se le denominó permanente. Ese será el centro de
operaciones tácticas del movimiento sindical, cuyo objetivo central el día de
hoy sería inmovilizar las oficinas del citado centro laboral.
Evidentemente el “palacio del diablo” será sitiado desde hora temprana si se
quiere evitar la entrada al personal que ahí trabaja. Digamos que hablo de los
empleados de “desconfianza” y lista de raya porque se supone que los de base
estarán de este lado del mostrador.
El
cielo se mira un tanto amenazador, la lluvia anuncia su muy probable presencia.
Eso no desanima al cada vez mayor número de trabajadores, hombres y mujeres,
dispuestos a soportar una jornada de seis horas de pie y por supuesto aguantar
la “venganza” de quien maneja los hilos del corrompido sistema de la administración
actual. Me refiero al descuento de un día de trabajo en la próxima nómina
quincenal. Doloroso golpe a la economía familiar, pero conscientes del
sacrificio que se va a realizar por el triunfo de la causa sindical, única
garante de la conservación de las prestaciones económicas conquistadas durante casi
ocho décadas de esfuerzo y sacrificio.
Apenas
pasan las siete de la mañana y las puertas de acceso al palacio ya se
encuentran custodiadas por numerosos contingentes que de forma ordenada se
instalaron en los accesos ubicados por la avenida México y las calles Mina y
Veracruz.
Quizá
sea una estampa poco vista en la ciudad, ver palacio de gobierno tomado por los
propios trabajadores que reclaman la toma de nota, el pago del adeudo al fondo
de pensiones, la firma de los convenios laborales de los años 2014, 2015 y
2016; la entrega de uniformes, entre otras cosas. Es probable que esta
situación cause algunas molestias a la ciudadanía a la que se le ofrecen
disculpas sentidas, pero son medidas de presión necesarias ante la cerrazón y
el mutismo del gobernador y sus achichincles. Son muchos meses solicitando una
mesa de diálogo que se ha negado. Soportar su mentira sistemática declarando
públicamente que “no debe nada al SUTSEM” y empecinado en idear de la noche a
la mañana y como por arte de magia dudosos “programas de apoyo” a los
trabajadores.
Es
prudente aclarar a la ciudadanía que el SUTSEM declinó la posibilidad de cerrar
las calles aledañas al palacio de gobierno, precisamente para evitarle
molestias de tráfico vehicular. Vale esta aclaración porque al parecer ya para
finalizar el paro, se presentaron los maestros de la CNTE que, con toda
justicia, se manifestaron por la Avenida México hasta llegar justo frente a
palacio y obstaculizaron momentáneamente la circulación por esa avenida
principal.
Fui
testigo presencial y activo (al menos en parte) de este paro estatal de
trabajadores que se realizó de manera simultánea en palacio de gobierno y en
todos los ayuntamientos del estado. Aunque observé los movimientos alrededor
del inmueble gubernamental estatal, por
mi ubicación pude apreciar con mayor detalle el acceso por la calle Veracruz.
Desde
las siete de la mañana, hubo presencia de trabajadoras de intendencia (limpieza),
integrantes del Comité Estatal y representantes sindicales del SUTSEM. Al
principio solo los suficientes para bloquear las pesadas puertas de madera,
pero a partir de las nueve de la mañana la calle se vistió de colores y se
llenó de algarabía. Las distintas dependencias que tuvieron esa comisión abarrotaron
ambas aceras de la calle Veracruz, entre Abasolo y Mina. En un santiamén la
calle se convirtió en un florido valle repleto de hongos de variados colores
que buscaban afanosamente proteger del sol a cientos de sudorosos rostros
sutsemistas. Bastaron unos minutos para que aquello se convirtiera en una
auténtica romería.
Como
brotados de la nada, aparecieron las bebidas para mitigar el calor, aguas y
refrescos, tortas del chavo y sabrosos sándwiches. Los banquitos plegables y
las sillas de playa. Las gorras y los abanicos de cartón. Incluso hasta un
pequeño toldo fue armado para servir de refugio a las señoras que eran
acompañadas por lactantes que requerían el alivio de la sombra para nutrirse de
la prodigiosa savia materna.
La
lideresa Águeda Galicia, después de dar la conferencia de prensa, realizó un
“maratónico” recorrido por el perímetro del palacio. No utilizo ese término por
la distancia recorrida sino por la desgastante tarea de saludar de mano y
tomarse la foto del recuerdo con todos quienes quisieron hacerlo. Con
cronómetro en mano puedo afirmar que tardó poco más de una hora en visitar las
tres puertas bloqueadas. Una gran muestra de su calidad humana el hecho de ir a
saludar y agradecer a la base sindical el apoyo y la respuesta a esta actividad
acordada en el pleno estatal del diez de agosto.
Aun no
se sabe a ciencia cierta la trascendencia de esta movilización, pero desde mi
punto de vista debe arrojar buenos resultados. Ya se hará próximamente el
análisis detallado. Por ahora solo queda estar alerta a las respuestas y
señales de parte del gobierno. Existen expectativas por los cambios en el
gabinete. Para esta problemática era ya insufrible la relación con el famoso
“Joseph Atolín Chocomileski”, ex encargado de la política interna. También se
registraron cambios y enroques en posiciones de segundo y tercer niveles en
dependencias. Esperemos que sean para bien.
En
resumen, este movimiento realizado por el SUTSEM, debe tener beneficios
externos e internos. Los externos, nueva presión en la lucha contra el sátrapa,
por los derechos conquistados, y los internos, hacer nueva valoración de la
lealtad de los agremiados. En lo particular,
pude constatar una vez más, que hay gente hipócrita que juega las dos
cartas a la vez. Pero como dice el refrán: “El que a dos amos sirve con uno
queda mal”. Aunque lo peor de todo es que hubo situaciones de algunos (as) a los que les diría: “Si me vas a mentir, por
lo menos hazlo bien. No ofendas mi inteligencia”. A los que se pusieron la
camiseta y a los que tuvieron el valor civil de hablar de frente, mi respeto y
admiración.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.