JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
Tepic,
Nay; ene 30, 2014.- Escuchaba con
atención el discurso que la Señora Águeda Galicia ofrecía en el espeso silencio
de una atmósfera expectante en la Plaza Bicentenario. Su intervención retórica
denotaba un ritmo pausado pero lleno de firmeza y convicción. Se percibía
seguridad en su decir, el manejo de su expresión corporal invitaba a la
participación, a la motivación, la unidad y la credibilidad.
En
forma sencilla y ágil realizó un excelente ejercicio de síntesis acerca de las circunstancias
laborales más recientes y los resultados obtenidos en las negociaciones con las
autoridades municipales y estatales que han aceptado reunirse para dialogar. Hizo
también un señalamiento claro y decidido de las acciones (paros laborales) que iniciaron
los trabajadores de algunas dependencias municipales con el afán de darle mayor
fortaleza a sus pretensiones de triunfo ante la pasividad, el mutismo y la
cerrazón por parte de los patrones municipales quienes no quieren cumplir con
sus obligaciones de pagar lo que adeudan.
Por
otro lado, además de constatar que aumentó el número de asistentes al plantón,
también pude percibir un poco más de sensibilidad, solidaridad y voluntad en el
contingente sindical, situación que me hizo sentir bien. Digo lo anterior
porque estoy convencido de que es esencial que se mantenga la unidad como
premisa indispensable para poder hacer frente y contrarrestar los furiosos
embates que está sufriendo la clase trabajadora por parte de los gobiernos
autoritarios y los poderes fácticos.
Lo dijo
clara y tajantemente la Señora Águeda, yo lo escribí hace quince días y lo
reiteré en el párrafo anterior, “lo único que puede ayudarnos a salir adelante
es mantener la unidad de la clase trabajadora”. Me place coincidir plenamente
con la opinión de una persona tan experimentada como la lideresa sindical, pero
me preocupa que muchas personas aún no acaben de entender a cabalidad este
concepto.
Decidí
escribir este artículo, que bien puede parecer un diálogo con mis amables lectores,
un soliloquio o tal vez un pensamiento en voz alta, pero que se fundamenta en
mi más sincera inquietud acerca de lo que está sucediendo en los escenarios
políticos y sociales locales, nacionales e incluso internacionales.
Debo
empezar por puntualizar que es así como percibo las circunstancias que le dan
forma a estos conflictos, decir además que mi opinión se fundamenta en un
diagnóstico visual y quizá un tanto experimental que recoge datos gráficos y
sensoriales de distintos campos de acción, escenarios casuales y sobre todo de
la recopilación de opiniones no pedidas y
actitudes observadas en diversos momentos de la cotidianidad laboral.
Dicho de otra manera, mi punto de vista ha sido alimentado por lo que he
observado, analizado y escuchado en el contacto con muchas personas, colegas
trabajadores de distintas dependencias gubernamentales que de manera fortuita
forman parte de este análisis.
La CONCIENCIA
SOCIAL es quizá una de las grandes carencias de nuestros actuales grupos
sociales y por supuesto que nuestra organización sindical no escapa a esta
situación. En un afán meramente pedagógico quiero asentar la que me parece la
definición más aproximada de este término, Conciencia
Social: “Capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones
sociales de percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención,
de reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación
de las mismas”. Efectivamente, sin generalizar, hay personas que no se dan
cuenta de lo que pasa a su alrededor, por consiguiente poco se puede esperar de
ellas en cuanto a que puedan actuar en consecuencia.
Existen
muchas personas que no sienten la camiseta del SUTSEM, mucho menos la van a
sudar, como sugería en su alocución el compañero José Luís Núñez. A veces es
difícil reconocer este tipo de conclusiones, pero también es muy necesario
hacerlo para estar en posibilidades de tomar las medidas pertinentes que puedan
transformar esas debilidades en fortalezas. Cuando hablo de “tomar medidas” no
me circunscribo al mero aspecto coactivo, sino
quizá preferencialmente potenciar el aspecto educativo o de
sensibilización. Definitivamente es un descomunal reto lograr que la totalidad
de agremiados entienda el compromiso social que significa pertenecer a un
sindicato con la grandeza y tradición del
SUTSEM.
En
nuestro gremio hay muchos compañeros que están ahí porque las autoridades con
las que llegaron al gobierno o ayuntamiento los premiaron con bases sindicales por
su participación en la campaña política. Estas bases han sido usadas como un
mero escudo protector para los siguientes sexenios y en general para su futuro
personal. Pero, jamás accedieron al SUTSEM por la convicción de pertenecer a
una organización con ideales, estatutos, compromisos y objetivos sociales. Este
tipo de elementos se expresan mal del sindicato y de sus dirigentes, reniegan
de todas las instrucciones y requerimientos de apoyo y sólo les interesan los
beneficios y logros que gestiona la dirigencia, sin embargo muchos de ellos gozan
de buenos niveles, mejores que los que tenemos los siempre leales a la causa.
Por eso ni sienten orgullo ni pasión por las siglas, emblemas, himnos o
acciones del sindicato, porque ellos tienen la seguridad y pregonan por lo bajo
que “no le deben nada al SUTSEM” que su base se las dio fulanito o menganito,
lo que no entienden es que las prestaciones que dan forma y soporte económico a
su base son conquistas sindicales de muchos años de lucha y que aunque fuera
como dicen ellos, deberían entender al menos que la conservación de esos beneficios,
ya no está en las manos del fulanito que se las regaló, que seguramente ya ni
está en el gobierno, sino que hoy por hoy dependerá de la fortaleza del
sindicato que representa, quieran o no, sus intereses y por ese sólo hecho
tendrán que apegarse a sus estatutos y directrices. Si no sienten ningún
aprecio ni respeto por su organización, pues sería bueno que dejaran su lugar a
las personas leales y trabajadoras que esperan con impaciencia una oportunidad.
Así las
cosas, me declaro partidario de las acciones de concientización a los
trabajadores, reuniones por dependencias como las que convocó el sindicato
recientemente en las que se explicaron los derechos y obligaciones de los
patrones y trabajadores, y algunas otras más en las que se intente promover la
identidad sindical, el compromiso y solidaridad de los trabajadores con su
gremio y por supuesto la CONCIENCIA SOCIAL.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com MIEMBRO ACTIVO
FRECONAY, A.C.