JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"Aguas con la ley"
Hay
un tema que “está robando un poquito” (como el famoso Layín) las cámaras y
reflectores a la política. Se trata del campeonato mundial de futbol soccer que
se inauguró esta semana en Rusia. Las miradas del planeta están detrás de la
pelota que empezó a rodar el día catorce de este mes de junio. No sólo las
miradas de los países que participan en este evento deportivo, que no son pocos
(32), estarán atentas al televisor sino prácticamente todas las naciones del
orbe. Por supuesto que México no es la excepción.
Este
tipo de eventos acapara la atención de todos, directa o indirectamente, y no se
explica sólo desde el punto de vista de que el futbol sea el deporte más
popular del mundo sino que se ha venido convirtiendo en un pingüe negocio. Y
digo que se ha venido convirtiendo porque cada vez es mayor el involucramiento
del factor económico trasnacional que, sin temor a equivocarme, supera con
creces al espíritu deportivo que dio origen a este tipo de competencias. Años
atrás, digamos desde Uruguay 1930 hasta México 1986, se respiraba esa atmósfera
de rivalidad por orgullo, por nacionalismo deportivo. Desde mi punto de vista,
el aspecto económico cada vez le va ganando terreno al deportivo.
Esa
tendencia se entiende de manera muy sencilla si observamos que tan sólo el
monto del dinero que se reparte entre los equipos participantes, como dotación
económica de los premios, casi se duplicó en los últimos ocho años, al pasar de
un poco más de 400 millones de dólares en el mundial realizado en Sudáfrica en
2010, a casi 600 millones de dólares en el efectuado hace cuatro años en Brasil
y casi ochocientos en el actual, en
Rusia. Esas cifras por supuesto sólo se refieren al monto de los premios, pero
existen montos exorbitantes en contratos de publicidad, derechos de
transmisión, sin contar la inmensa derrama económica en el ámbito turístico
como alojamiento, restaurantes, transportes y bebidas, sobre todo la cerveza,
que seguramente los mexicanos que viajaron a Rusia dejarán secas las tabernas
de las ciudades rusas. Si queremos ver el asunto desde otro ángulo, basta citar
la cifra que el gobierno ruso tuvo que utilizar para realizar este evento, que
es de aproximadamente catorce mil millones de dólares.
En
fin, los mundiales de futbol son extraordinarios negocios que se realizan cada
cuatro años. En lo deportivo, pues siempre hay un grupo selecto de ganadores
asiduos, Brasil 5, Alemania 4, Italia 4, Argentina 2, Uruguay 2, España 1, Francia 1 e Inglaterra
1, y párale de contar. Pero, también estos eventos son grandes fuentes de
polémica y enormes distractores. Y no me refiero, en este caso, a esa distracción
que se usa como símbolo de esparcimiento sino como una “cortina de humo” para
que pasen desapercibidos otros asuntos de mayor impacto en el acontecer de
algunos países.
Hay
mucha tela de donde cortar en varios países, por ejemplo la tensión entre Rusia
y USA, el asunto de los bombardeos de Siria, entre otros. Pero viraré mi
atención hacia el área que más me interesa, nuestro país, que sin ponerlo en
tela de duda, se han usado con cierta frecuencia los “emotivos” partidos de la
selección mexicana (que siempre termina eliminada en la misma etapa) para
distraer la poca atención de los ciudadanos ante las cuestiones importantes de
la política nacional. Siempre nos aplican la misma jugada. Mientras gritamos,
nos emocionamos hasta las lágrimas, suspendemos labores, y nos ponemos “hasta
las chanclas” vitoreando a nuestros divos de la “coz y la machincuepa” el poder
legislativo (nuestros entrañables legisladores) aprueban de manera relampagueante
o (fast track) todo tipo de reformas constitucionales lesivas y leyes ominosas,
antes de que pudiéramos despertar.
Finalmente,
nuestro representativo nacional termina eliminado y los mexicanos vapuleados
por tantas leyes injustas y perversas. Así que, cuando estemos viendo los
partidos de la selección, también hay que estar viendo el canal del congreso,
porque lo más reciente que se está cocinando es la “Ley General de Aguas” que,
palabras más o palabras menos, pretende concesionar a la iniciativa privada los
caudales nacionales de agua y dar permiso para que ésta realice descargas de
líquidos residuales. En otras palabras pretenden privatizar la explotación del
agua, así que “aguas”, porque esa ley ya se está cocinando en la cámara de
nuestros patrióticos diputados federales. ¿De quién creen que es esta
iniciativa? ¡Adivinaron! Es del PRI, propuesta por un “brillante junior
político”, hijo de… papi, José Ignacio Pichardo Lechuga, hijo de uno de los más
encumbrados políticos del grupo Atlacomulco o (Atracomucho) si lo prefiere, que
es ni más ni menos que la camarilla que apoya a Peña Nieto para sacar adelante
la denigrante y corrupta reforma energética. Esta ley que se está apresurando sería
la cereza del pastel, porque permitiría la explotación indiscriminada de
hidrocarburos (petróleo y gas natural principalmente) mediante la técnica dañina del “Fracking” que abusa en el
uso del agua y contamina con químicos las áreas explotadas.
En
esa circunstancia me estoy basando para decir que intentarán sacar “al vapor”
esa ley que les urge para completar el jugoso paquete energético que convirtió
a muchos priístas y panistas en grandes empresarios petroleros y gaseros. Saben
perfectamente que la tienen que aprobar en las dos cámaras antes de que pudiera llegar a la presidencia
López Obrador, lo cual resulta casi inevitable. De llegar Meade o Anaya, no
pasaría nada, seguirían adelante sin contrapeso con el famoso “Proyecto México
2030”-La venta de un país- cuyo objetivo es que, justamente en ese año, el
2030, se haya concluido con la venta, o el robo, de todos nuestros recursos
nacionales. Que en ese plazo, todo haya quedado privatizado, en manos de la
oligarquía nacional e internacional que están ejecutando este proyecto
imperialista.
Por
esa y muchas razones más, les sugiero que pongan mucha atención en todo lo que
está en juego, y no me refiero al otro juego, al de las patadas, ese, si
quieren disfrutarlo pueden hacerlo pero, no se dejen hipnotizar por el canto de
las sirenas. A mí me encanta ese deporte y lo jugué muchos años, pero jamás lo
antepuse a las cuestiones prioritarias de la vida, aquellas que tienen que ver
con nuestro futuro, con nuestra seguridad, con nuestro empleo, con nuestros
recursos, nuestras familias y nuestro país.
Si
a la selección le va bien, que bueno, pero no nos distraigamos porque nos
pueden anotar uno de los peores autogoles de nuestra historia. Estemos atentos
y reaccionemos de acuerdo a las circunstancias. Debemos protestar ante las iniquidades del poder y los traidores al pueblo. No permitamos que los que
debieran proteger y beneficiar al pueblo, por ser los “representantes”
populares, se unan a los que lo despojan y lo humillan.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.