jueves, 21 de junio de 2018

"Aguas con la ley"



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Aguas con la ley"


Hay un tema que “está robando un poquito” (como el famoso Layín) las cámaras y reflectores a la política. Se trata del campeonato mundial de futbol soccer que se inauguró esta semana en Rusia. Las miradas del planeta están detrás de la pelota que empezó a rodar el día catorce de este mes de junio. No sólo las miradas de los países que participan en este evento deportivo, que no son pocos (32), estarán atentas al televisor sino prácticamente todas las naciones del orbe. Por supuesto que México no es la excepción.

Este tipo de eventos acapara la atención de todos, directa o indirectamente, y no se explica sólo desde el punto de vista de que el futbol sea el deporte más popular del mundo sino que se ha venido convirtiendo en un pingüe negocio. Y digo que se ha venido convirtiendo porque cada vez es mayor el involucramiento del factor económico trasnacional que, sin temor a equivocarme, supera con creces al espíritu deportivo que dio origen a este tipo de competencias. Años atrás, digamos desde Uruguay 1930 hasta México 1986, se respiraba esa atmósfera de rivalidad por orgullo, por nacionalismo deportivo. Desde mi punto de vista, el aspecto económico cada vez le va ganando terreno al deportivo.

Esa tendencia se entiende de manera muy sencilla si observamos que tan sólo el monto del dinero que se reparte entre los equipos participantes, como dotación económica de los premios, casi se duplicó en los últimos ocho años, al pasar de un poco más de 400 millones de dólares en el mundial realizado en Sudáfrica en 2010, a casi 600 millones de dólares en el efectuado hace cuatro años en Brasil y casi ochocientos  en el actual, en Rusia. Esas cifras por supuesto sólo se refieren al monto de los premios, pero existen montos exorbitantes en contratos de publicidad, derechos de transmisión, sin contar la inmensa derrama económica en el ámbito turístico como alojamiento, restaurantes, transportes y bebidas, sobre todo la cerveza, que seguramente los mexicanos que viajaron a Rusia dejarán secas las tabernas de las ciudades rusas. Si queremos ver el asunto desde otro ángulo, basta citar la cifra que el gobierno ruso tuvo que utilizar para realizar este evento, que es de aproximadamente catorce mil millones de dólares.

En fin, los mundiales de futbol son extraordinarios negocios que se realizan cada cuatro años. En lo deportivo, pues siempre hay un grupo selecto de ganadores asiduos, Brasil 5, Alemania 4, Italia 4, Argentina 2,  Uruguay 2, España 1, Francia 1 e Inglaterra 1, y párale de contar. Pero, también estos eventos son grandes fuentes de polémica y enormes distractores. Y no me refiero, en este caso, a esa distracción que se usa como símbolo de esparcimiento sino como una “cortina de humo” para que pasen desapercibidos otros asuntos de mayor impacto en el acontecer de algunos países.

Hay mucha tela de donde cortar en varios países, por ejemplo la tensión entre Rusia y USA, el asunto de los bombardeos de Siria, entre otros. Pero viraré mi atención hacia el área que más me interesa, nuestro país, que sin ponerlo en tela de duda, se han usado con cierta frecuencia los “emotivos” partidos de la selección mexicana (que siempre termina eliminada en la misma etapa) para distraer la poca atención de los ciudadanos ante las cuestiones importantes de la política nacional. Siempre nos aplican la misma jugada. Mientras gritamos, nos emocionamos hasta las lágrimas, suspendemos labores, y nos ponemos “hasta las chanclas” vitoreando a nuestros divos de la “coz y la machincuepa” el poder legislativo (nuestros entrañables legisladores) aprueban de manera relampagueante o (fast track) todo tipo de reformas constitucionales lesivas y leyes ominosas, antes de que pudiéramos despertar.

Finalmente, nuestro representativo nacional termina eliminado y los mexicanos vapuleados por tantas leyes injustas y perversas. Así que, cuando estemos viendo los partidos de la selección, también hay que estar viendo el canal del congreso, porque lo más reciente que se está cocinando es la “Ley General de Aguas” que, palabras más o palabras menos, pretende concesionar a la iniciativa privada los caudales nacionales de agua y dar permiso para que ésta realice descargas de líquidos residuales. En otras palabras pretenden privatizar la explotación del agua, así que “aguas”, porque esa ley ya se está cocinando en la cámara de nuestros patrióticos diputados federales. ¿De quién creen que es esta iniciativa? ¡Adivinaron! Es del PRI, propuesta por un “brillante junior político”, hijo de… papi, José Ignacio Pichardo Lechuga, hijo de uno de los más encumbrados políticos del grupo Atlacomulco o (Atracomucho) si lo prefiere, que es ni más ni menos que la camarilla que apoya a Peña Nieto para sacar adelante la denigrante y corrupta reforma energética. Esta ley que se está apresurando sería la cereza del pastel, porque permitiría la explotación indiscriminada de hidrocarburos (petróleo y gas natural principalmente) mediante la  técnica dañina del “Fracking” que abusa en el uso del agua y contamina con químicos las áreas explotadas.

En esa circunstancia me estoy basando para decir que intentarán sacar “al vapor” esa ley que les urge para completar el jugoso paquete energético que convirtió a muchos priístas y panistas en grandes empresarios petroleros y gaseros. Saben perfectamente que la tienen que aprobar en las dos cámaras  antes de que pudiera llegar a la presidencia López Obrador, lo cual resulta casi inevitable. De llegar Meade o Anaya, no pasaría nada, seguirían adelante sin contrapeso con el famoso “Proyecto México 2030”-La venta de un país- cuyo objetivo es que, justamente en ese año, el 2030, se haya concluido con la venta, o el robo, de todos nuestros recursos nacionales. Que en ese plazo, todo haya quedado privatizado, en manos de la oligarquía nacional e internacional que están ejecutando este proyecto imperialista.

Por esa y muchas razones más, les sugiero que pongan mucha atención en todo lo que está en juego, y no me refiero al otro juego, al de las patadas, ese, si quieren disfrutarlo pueden hacerlo pero, no se dejen hipnotizar por el canto de las sirenas. A mí me encanta ese deporte y lo jugué muchos años, pero jamás lo antepuse a las cuestiones prioritarias de la vida, aquellas que tienen que ver con nuestro futuro, con nuestra seguridad, con nuestro empleo, con nuestros recursos, nuestras familias y nuestro país.

Si a la selección le va bien, que bueno, pero no nos distraigamos porque nos pueden anotar uno de los peores autogoles de nuestra historia. Estemos atentos y reaccionemos de acuerdo a las circunstancias. Debemos protestar ante las iniquidades del poder y los traidores al pueblo. No permitamos que los que debieran proteger y beneficiar al pueblo, por ser los “representantes” populares, se unan a los que lo despojan y lo humillan.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.