Conducía
por una de las avenidas que más frecuento y llamó poderosamente mi atención un
tremendo anuncio espectacular en el que destacaba el rostro del diputado Adahán
Casas Rivas anunciando con bombo y platillo su tercer informe legislativo. La
majestuosidad del cartel me hizo entender el por qué les llaman “espectaculares”
a ese tipo de anuncios. Me quedé pensando en el costo que podría tener ese
anuncio por cierto situado en la zona de acceso al sitio de mayor glamour
comercial de nuestra ciudad: la Plaza Fórum.
Mencioné
lo del costo de tal cartelón porque a mí me cobraron seiscientos pesos por
imprimir una lona de menos de seis metros cuadrados con unas cuantas letras lo
que en nada se compara a lo monumental del anuncio mencionado. Encontré dos
cosas dignas de comentarse de ese colosal cartelón. La primera de ellas es
precisamente el dinero que se invierte en esa propaganda electoral, la segunda
es que al parecer la ley no prevé esos artificios legales que usan los
diputados, regidores y hasta los presidentes municipales para anunciar sus
obvias pretensiones electorales. Me refiero a que es un uso abusivo de ese
recurso, escondido en la obligación de informar a su distrito, en el que dilapidan
no solo presupuesto sino que hacen un cínico usufructo de dicha oportunidad,
por ejemplo los diputados que quieren ser presidentes municipales anuncian su
flamante informe legislativo en carteles vistosos en los que su nombre destaca
al igual que la palabra PRESIDENTE con letras de tamaño jumbo y allá en lo bajo unas diminutas letritas descoloridas que
dicen de la comisión de educación. Ese
es el tenor de quienes pretenden y logran hacer campañas anticipadas
perfectamente agazapadas en las permisiones que la propia ley otorga.
Debo
aclarar que no es que tenga algo en contra de este personaje de la clase
política local que aludo en el comentario, simplemente es porque tuve la suerte
o la desgracia de ver su descomunal anuncio así como pude ver cualquier otro,
como el de Polo Domínguez o el de Javier Mercado, la mayoría son similares,
unos más otros menos pero usan los mismos métodos electoreros disfrazados de
cumplimiento constitucional. En realidad no entiendo por qué cacarear de esa
forma sus pobres actuaciones y escasos logros populares si la gente no se
presta ya a esos engaños. Esos informes de relumbrón en los que recrean sus
fantasías y ansias de seguir escalando puestos de poder y perpetuar su
erario-dependencia solo los evidencian más, los exhiben no como aspirantes
naturales a liderar los ámbitos gubernamentales sino como sujetos ambiciosos
que, al influjo de su propia parafernalia, se sienten ya gobernadores.
Que
gastos tan infructuosos si consideramos que la mayoría de precandidatos están
más vistos que las telenovelas del canal dos y más quemados que los cerros de
Tepic. Es triste ver que nuestro horizonte político es más árido que el
desierto de Sonora y menos prometedor que un año pandémico. Ves las cartas de
la baraja electoral y te das cuenta que hay puro dos de bastos y si no te pones
buzo te ponen un cuatro. Los personajes centrales de los partidos tradicionales
parecen artistas del trapecio que se mecen y cambian de circo (partido) como
cambiar de calcetines. Aquello que en la antigüedad política se denominaba
ideología o se le definía como lealtad a los principios básicos partidistas es
en la actualidad un chiste de mal gusto. Es de tristeza o de risa (depende de
la perspectiva) ver como un miembro prominente (sin albur) de la clase política
local nace, crece y se reproduce por ejemplo en el PRI y en cuánto se oscurece
la ruta o percibe un poco de tiempo antes de la elección que no es para él la
candidatura se cambia al PAN. Todo ello fundado en la tesis filosófica o en la
duda existencial de que la única lealtad era la suya y que la deslealtad es del
partido porque no le otorgó (o no le iba a otorgar) lo que por derecho le
correspondía (según él) pero en realidad no fue eso lo que sucedió sino que esa
candidatura ya estaba aCOTAda.
Ese es
solo un ejemplo de las muchas historias que se han visto y se seguirán viendo
en esta ya inminente etapa de selección de candidatos. Lo mortificante de este
asunto, al menos para mí, es que ya se perdió la capacidad de asombro. Lo que
antes era una especie de contingencia, un auténtico accidente electoral
generado por la casi mística búsqueda de la democracia (ajá) que causaba una
extrañeza impactante y duradera, hoy es algo tan normal como los fracasos de
los últimos sexenios gubernamentales.
Así que
debemos prepararnos para ver con la mayor naturalidad del mundo los próximos
saltos de trapecio de varios personajes conocidos del medio artístico (dije artístico y no político porque
son expertos, verdaderos artistas como saltimbanquis). Casi podría apostar que
el Doctor Polo (no es el de Caso Cerrado) se va a ir del PAN, el Doctor Navarro
se va a ir de MORENA y quien sabe qué otras cosas puedan pasar en los días que
están por venir. Puedo asegurar que se verán cosas impensables. Están en
veremos (en el sesudo juego de los operadores políticos) varias jugadas que
pueden ir desde alianzas partidistas hasta sorpresas de nominación de último
minuto. No queda más que estar atentos a todas las ocurrencias y desfiguros que
seguramente protagonizarán los hombres y mujeres que son capaces de cualquier
cosa por adherirse o seguir adheridos a la ubre presupuestal y a los
privilegios casi celestiales que otorga el usufructo del poder. Se avecinan
cosas extrañas, sorpresas, se sacarán trapitos al sol, hay muchas cartas bajo
la manga, saldrán a la luz una que otra demanda penal que intentará cortar
cabezas y con ello impedir la llegada de algunos personajes a su destino
deseado. Esperemos los tiempos.
RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA
SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com
.- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.