JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
"La esperanza no se jubila"
Sería
imposible precisar las veces que se haya hablado de este tema tan importante
pero a la vez tan difícil de tratar. Es un asunto que tiene múltiples
connotaciones. Incluso me da la impresión de que a estas alturas de la
modernidad y la globalización, no ha dejado de ser una especie de tabú para la
sociedad mexicana. Me refiero a la jubilación laboral.
La gran
controversia de este asunto gira alrededor de la idea tan drástica o pesimista
que se tiene respecto al vínculo de la jubilación con la vejez. Si bien es
cierto hay algo de relación en ello porque el marco estadístico arroja un gran
porcentaje de personas que logran la jubilación en sus trabajos a una edad algo
avanzada. Esto obedece a que la mayoría de mexicanos inician sus vidas
laborales a una edad no tan temprana, al menos en lo que tiene que ver con el
ámbito de la administración pública. Así que es muy poco común ver a personas
que se jubilan en alguna dependencia y aún se aprecian en muy buen estado
físico por no decir que jóvenes.
Entre
las connotaciones que mencionaba al inicio está la económica. En esta
vertiente se puede destacar la procedencia y justicia de la jubilación dinámica.
El rasgo distintivo de esta modalidad es que el trabajador(a) se retira de
manera definitiva de su fuente de trabajo pero sigue disfrutando de su salario
y prestaciones que se adquirieron durante su vida laboral activa. Justo en ese
punto es donde se deberá centrar la atención. Es esa cualidad, esa modalidad de
jubilación, la que el sindicalismo mexicano y nayarita en particular deberá
proteger a toda costa, porque es un derecho laboral ganado a pulso que la
oligarquía y sus aliados pretenden arrebatarle a la clase trabajadora.
Este
tema es digno de un concienzudo análisis a través de una revisión profunda y
seria, que incluso se ha abordado en reuniones de trabajadores y en otras
ediciones de este medio de comunicación.
En esta
ocasión traje a su consideración el tema por dos razones primordiales. La
primera dejar ahí el asunto para su reflexión y quien esté cerca de conseguir
tal meta empiece a realizar todo lo necesario para ir preparando su trámite. En
segundo lugar porque justo el día de hoy (15 de enero) fui testigo presencial y
activo de un acto relacionado con el tema de la jubilación que les platico
enseguida.
No es
la primera vez que asisto a una ceremonia de jubilación, es decir a una misa de
acción de gracias y entrega de reconocimientos y algún detalle para los
jubilados, aunque si la primera en cuanto a mi carácter de representante
sindical y por ende principal organizador del evento.
No cabe
duda que no es lo mismo “ver los toros desde la barrera, que estar en el
ruedo”, o “ver la lluvia sin mojarse que estar bajo el aguacero”. Por supuesto
que nunca minimicé el mérito de quien me antecedió en el cargo, pero de ninguna
manera es igual sentir el estrés de la preocupación y la responsabilidad en carne
propia. Vaya que se sufre.
Pero
todo vale la pena al final de cuentas. El trabajo exhaustivo, el hecho de
recibir a veces malas caras, el ajetreo, la diversidad de opiniones y gustos,
reclamos y un largo etcétera, quedan agotados y superados al ver el rostro de
expresión aprobatoria de mis compañeros y compañeras que hoy vieron
cristalizado el sueño de llegar a esa meta anhelada. Sus comentarios favorables
respecto a su sentir, el agrado por la forma en que fueron tratados, el
respeto, el cariño y la devoción que se les entregó en el evento organizado
para ellos hace que todo haya tenido sentido. Eso compensa cualquier esfuerzo
realizado.
En esta
ocasión homenajeamos a once compañeros, 3 mujeres: Luz Herminia Álvarez Pérez,
Rosa María Castillo Ruiz y Olga Lidia Trejo Cruz; y ocho hombres: José de Jesús
Alvarado Gutiérrez, Francisco Castellón González, Juan Francisco Fletes Monroy,
J. Jesús Hernández Plascencia, Fernando Herrera Villaseñor, Miguel Navarro Ruiz,
Felipe de Jesús Ramírez Elías y Jorge Octavio Salinas Zambrano.
Los
cuidados jardines de la Secretaría de Obras Públicas fueron el escenario para
este importante evento. A pesar de que intentamos cubrir todos los aspectos y
detalles de la organización, no falta el pelo en la sopa, como se dice
coloquialmente. Así que el estrés inició desde temprano, porque nunca faltan
los dichosos imponderables que afortunadamente fueron superados con la
invaluable colaboración del personal de las distintas áreas de la secretaría,
como eventos especiales, laboratorio, infraestructura urbana y vial, trabajo
social, conservación, informática, maquinaria y el apoyo individual de varias personas a
quienes agradezco de manera especial a través de esta tribuna.
Por
supuesto también mi agradecimiento a todos los enlaces de los distintos
departamentos que me ayudaron a organizar la colecta y a todas las personas de
la secretaría por su aportación económica que hizo posible la realización de
este evento. Así mismo les exhorto a que abran su corazón y den salida a su
generosidad. De antemano sé que no es nada agradable que nos pidan cooperación
económica, pero tampoco son cuotas o cantidades onerosas, son aportaciones casi
simbólicas que nos permiten hacer felices a un grupo de compañeros(as) y
amigos(as) una vez en su vida. También estoy consciente que a veces son varios
los grupos de jubilados que van saliendo en el transcurso del año, pero sólo es
cuestión que en esas ocasiones nos “pongamos en los zapatos de ellos” y nos
visualicemos en su lugar, y pensar cómo nos sentiríamos si todo el personal
estuviera dispuesto a aportar una pequeña cuota para rendirnos a nosotros
también un homenaje de esa trascendencia, si fuera el caso.
En fin,
quise compartir esta experiencia que espero sea alentadora para muchas
personas. El ejercicio de un liderazgo exige un sacrificio adicional y hay que
estar siempre dispuesto a ello. A veces cuesta trabajo llegar a convencer y
concientizar a tus representados acerca de lo importante que es la unidad y el
trabajo en equipo. Pero cuando se calculan y visualizan los resultados de ese
esfuerzo no se debe desmayar nunca en el intento. La fuerza y el peso de la
razón son contundentes y tarde que temprano tendrán que aparecer plenos de
brillo. Tengan siempre viva la fe y la esperanza de que pronto habremos de ver
en nuestras vidas un horizonte benigno en el que asome como un sol nuevo y
espléndido el mejor rostro de la justicia social.
Un
agradecimiento especial a la Señora Águeda Galicia Jiménez por engalanar
nuestro evento con su presencia y la asistencia de los invitados especiales,
dirigentes de diversas secciones sindicales municipales del estado. Al
Secretario de nuestra dependencia Ing. Juan Ignacio Ávila Ruiz por acompañarnos
en este acto.
Una
ceremonia plena de emoción y afecto. El respeto y el compañerismo fueron los
grandes protagonistas en esta histórica mañana. El mensaje del sacerdote muy
acorde a la situación, destacando la unidad y la humildad de las personas. Lo
mismo señalamos quienes hicimos uso del micrófono, privilegiando y destacando
el cariño y el reconocimiento a quienes constituyen el motivo esencial de este
esfuerzo: Los jubilados y jubiladas. A ellos (as) deseo la mejor de las
suertes.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.