SAÚL ARMANDO LLAMAS LÓPEZ / Periodismo Nayarita
Guadalajara, Jal.- Nació en San Luis hoy San Luis de
Lozada, municipio de Tepic en el Estado de Nayarit, bajo el nombre de Manuel García González, hijo de
Norberto García y de Cecilia González, en 1828, más tarde adoptó el nombre de
Manuel Lozada, tomando el apellido de su tío José María Lozada, con quien vivió
durante mucho tiempo.
La
historia de Manuel Lozada el famoso “tigre de Álica” es parecida a la de
Doroteo Arango, el ya conocido Pancho Villa quien fuera señalado como un
salteador, ladrón y roba vacas. Lozada por su parte, fue perseguido por su
patrón cuando se raptó a la hija de éste y huir a la sierra de Nayarit, ahí se
dio cuenta de las injusticias en que habían caído los indígenas y los despojos
del cual habían sido en relación a sus tierras, esto lo motivó a enfrentar el
gobierno iniciándose una etapa en la historia de Lozada quien se convertiría en
defensor de los indígenas, se identificó con las ideas liberales reconociéndolo
el propio Benito Juárez y Porfirio Díaz, aunque su lucha fue un poco difícil de
entender, ya que luchó en contra de las fuerzas conservadoras, bajo condiciones
que favorecían la causa por la que luchaba y sin comprometer la libertad, ya
que su fin era acabar con las injusticias de la nación.
Manuel
Lozada exigía a los gobiernos se devolvieran las tierras a los indígenas, este
hecho llenó de esperanzas a los indígenas de sonora, Sinaloa, Durango,
Zacatecas, Nayarit y el mismo Jalisco, por lo que el entonces Gobernador de
Jalisco, el señor Pedro Ogazón, preocupado por los levantamientos de Lozada en El
séptimo cantón (Tepic) tuvo que pactar con él firmando los convenios de Pochotitlán,
el 24 de enero de 1862, en los cuales se comprometió en atender las demandas de
tierras que pedía Lozada para la causa que defendía. Transcurrido un largo
tiempo y al no llevarse a efecto dicho tratado, el coronel del gobierno de
Pedro Ogazón, Ramón Corona, inició una persecución personal contra los
Lozadistas, teniendo un enfrentamiento en el Ceboruco y de ahí en adelante,
corona le tomó un odio muy personal a Lozada. Lozada auxilió a Juárez en su
lucha, fue engañado por el francés Félix Abeli Douay, ofreciéndole el control
del séptimo cantón, subsidio para su lucha y otorgarles armas y dinero, además
del apoyo para la causa que este perseguía, oferta que fue aceptada por Manuel
Lozada y no porque haya sido un traidor a la patria, sino porque él había sido
traicionado cuando Corona luchó contra él, desconociendo el tratado de
Pochotitlán, por lo que se debe reconocer que sus ideas eran favorables en
todos los aspectos en bien de nuestro país y cuando hubo que luchar en contra
de Juárez, éste se declaró neutral. Lozada se retiró de la lucha confiado de
que el Gobierno cumpliría con el tratado, siendo un hombre pacífico dedicado a
su familia y a dar atención a los indígenas, recibiendo los reconocimientos de
los gobiernos Español y Francés en honor a la causa que perseguía.
El 19 de
julio de 1866, después de la lucha sin éxito contra Ramón Corona, renunció al
Séptimo Cantón y al sentirse traicionado, regresó a la lucha con más fuerza,
dispuesto a tomar la capital de la República y otorgar a los indios lo que
algún día les había pertenecido. Lozada al igual que todos los grandes
luchadores por los beneficios a favor de la nación, fue traicionado por lo que
fue hecho prisionero, solamente así han muerto los grandes como Zapata y Villa.
Aunque se
desarrolló una campaña en favor del gobierno federal por el desprestigio de
Lozada, tal y como lo indica la historia durante la defensa de Tequila,
pintándolo como un terrorista en contra de los intereses de la nación, la
verdad es de que “el tigre de Álica” como así se le conoció a este personaje
por su gran sagacidad y destreza para la lucha, peleó por la misma causa que
tiempo después hiciera Emiliano Zapata y por mantener la igualdad y la justicia
entre todos los mexicanos, solamente como su lucha era contra el gobierno
Federal, no se le ha reconocido como tal en las páginas de nuestra historia.
Los
ricos, hacendados y el gobierno realizaron campañas en su contra argumentando
que era un salteador, bandido, violador y matón, por ser estos los
perjudicados. Cuando Lozada se propuso recuperar las tierras para los
indígenas, y cuando robaba a los ricos para llevarles dinero a los indígenas y
llevarles carne del ganado que les robaba, causa que se considera justa, porque
no robaba por maldad, si no para ayudar a los desprotegidos y marginados indios
en la época en que los ricos y Hacendados injustamente eran los dueños del
gobierno y del país.
Prueba de
esto fue Francisco Villa, quien en el siglo siguiente siguió su ejemplo, y
Zapata quien continuó sus ideas.
Fue
fusilado el 19 de Julio de 1873, en Tepic Nayarit, por tropas del general
Ceballos.
LA OTRA VERSIÓN SOBRE EL TIGRE DE
ÁLICA.
Como lo
hemos descrito al inicio de esta obra, la historia se escribe según quien la
mande hacer, a quien se le dedique, si de quien voy a hablar fue amigo o
enemigo, o pariente de quien escribe o hablar del familiar de un amigo.
En la
enciclopedia escrita por Vicente Riva Palacio, titulada “MÉXICO A TRAVEZ DE LOS
SIGLOS”, dicho escritor, se refiere a Manuel Lozada como un personaje que luchó
en favor de la clase necesitada, principalmente de los indígenas con quienes
convivió en la sierra y conoció sus problemas, y lo destaca como un liberal,
quien luchara en favor de la patria, y no quiso luchar contra Juárez cuando fue
invitado por don Porfirio Díaz, y quien se mantuvo neutral cuando los franceses
le otorgaron armas y dinero para su ejército, y lo invitaron a luchar contra el
gobierno de México, este agradeció a los Franceses el donativo que el gobierno
de México nunca le pudo otorgar, por ello decidió no luchar. Porque si los
Franceses no le otorguen a Lozada las armas, este los hubiera combatido, por
ello les dijo cuando le dieron lo que pidió: “si es a cambio de luchar contra
mi gobierno, les devuelvo sus armas”, prefirieron no tenerlo como enemigo, pues
dicen que era muy temido, sin embargo chocó en varias ocasiones contra Ramón
Corona, y este nunca pudo derrotarlo, es por ello que Corona lo odiaba tanto
que deseaba su muerte. Ambos pertenecieron al ejército liberal, solo que Corona
estaba aliado con algunos empresarios, y sus ideas no coincidieron, uno estaba
en favor de las clases bajas, y el otro defendía los intereses de los ricos. Se
cree que fue una estrategia de los ricos el introducir a Corona en el ejército
Liberal, porque antes fue pistolero de algunos de empresarios de Jalisco y
Nayarit. Cuáles eran las intenciones de Lozada de tomar la capital del país,
pues exigía se le devolvieran las tierras a los indígenas, y campesinos, y como
no se hacía caso a su petición, entonces decidió entrevistarse directamente con
el presidente Benito Juárez, solo de esta manera lograría su objetivo, en caso
de un rechazo, entonces tomaría la capital.
Riva
Palacio, dice que si el Tigre de álica hubiera tomado las riendas de nuestra
República tuviéramos un país diferente, más próspero y quizá sin corrupción. Y
quien es Riva Palacio? Nada más y nada menos que uno de los soldados Liberales
quien luchó al lado de Benito Juárez, y que conoció de cerca a Manuel Lozada,
junto con sus ideales, por ello se expresa del de esta manera.
Sin
embargo otros autores se expresan de una manera muy diferente de Manuel Lozada,
por ejemplo, Juan B, Hijar y Haro, y José M. Vigil, en su libro “ENSAYO
HISTÓRICO DEL EJERCITO DE OCCIDENTE”, una obra dedicada a José Ramón Corona
Verdugo, nieto del General Ramón Corona, quien verdaderamente fue un gran
personaje en la historia de nuestro país. En esta obra se dice que la defensa
hecha por los Tequilense, fue un error, pues ellos no sabían que era el tigre
de Álica quien pasaría por ahí, pues creyeron que se trataba de bandoleros, y
que Cuando se dieron cuenta que se trataba de dicho personaje, se disculparon
con él, y le brindaron todas las atenciones.
El libro dice:
Manuel
Lozada dirigió al propio tiempo una sección de tropas para Zacatecas, otra para
Sinaloa, y otra dividida en dos hacia la capital de Jalisco. La autoridad de
Tequila se hallaba preparada para defenderse de una gavilla de bandidos,
(gavillas que azoraban a la región). Sigue: batieron el grueso de ellas, por un
equívoco; viéndose obligados a pedir garantías a Lozada y a rendirse tan pronto
comprendieron su error.
Lozada,
al saber que la resistencia tenía por causa la morosidad de un correo, a quien
había enviado. (Persona que Lozada había enviado para dar aviso de su paso a la
autoridad de Tequila, pero no llegó, por ello tuvo que fusilarlo), pues a causa
de la tardanza, se suscitó aquel inesperado ataque.
Al
enterarse las autoridades del estado, que Lozada se encontraba en Tequila, no
por aviso de Sixto Gorjón como se comenta en la versión de la historia anterior
escrita por el doctor Martínez, se ponen de acuerdo con el gobierno federal por
medio del telégrafo, y estos envían refuerzos a Jalisco, y se ordena que el
batallón 14 y 21, marchasen a jornadas dobles al estado de Jalisco, llegando a
Guadalajara el día 26 de Enero.
Se dice
que desde ese momento, hubo voluntarios de Guadalajara que se unieron al
movimiento, y se formó la guardia municipal formada por cuatrocientos hombres,
y un batallón de cien hombres más entre empleados y jefes y oficiales
retirados. El día 28, a las ocho de la noche, procedente de Colima llegó el
séptimo batallón, por la tarde Ramón Corona, le comunicaba al general D. Rafael
Junguito, que no se le enviase mas fuerzas en su auxilio por no serle
necesarias. A las once de la noche, se presentó una fuerza de trescientos
soldados de caballería en la garita de la leña, al Oriente de la ciudad de
Guadalajara, al mando de don Plácido Vega, quien intimó rendición al señor
gobernador Ignacio L. Vallarta. (En la versión anterior del doctor Martínez, se
menciona como gobernador al general Ramón Corona). El gobernador, contestó
cortésmente que cono no era jefe de la plaza, se dirigiera al señor general
Junguito, y así lo practicó Vega sin éxito alguno. Dicha obra, manifiesta una
carta con un informe que envía el general Ramón Corona, a diversas dependencias,
y algunas que envía don Benito Juárez.
Hemos
investigado que las familias adineradas de Tequila se encontraban divididas
entre ellas mismas, y algunas simpatizaban con los liberales mientras otras con
los conservadores, por ello la controversia sobre este tema, recordemos que
algunos ricos empresarios le pagaron a Ramón Corona para que combatiera en su
favor y los protegiera, aun que eran pocos, pero con bastante poder, hicieron
que se reconociera la defensa de Tequila, y que entretuvieron a Lozada para que
el gobierno del Estado se organizara, y esto hizo que se le otorgara el Título
de Ciudad. La misma iglesia defendía las ideas conservadoras, y en Tequila Los
habitantes siempre han sido muy religiosos. Antonio Gómez Cuervo, uno de los
que apoyaron económicamente a Corona, y en respuesta, Corona lo designó más
tarde como Gobernador interino y Comandante Militar del Estado de Jalisco.
INFORME
ENVIADO POR EL GENERAL RAMÓN CORONA. Ministerio de guerra y marina,- ejército
mexicano. – cuarta división. – general en jefe. – tengo la honra de participar
a este ministerio; para el conocimiento del supremo gobierno, los hechos de
armas que se dieron los días 28 y 29, del próximo pasado Enero tuvieron lugar
en el campo de la Mojonera distante cinco leguas el Noroeste de esta ciudad,
entre las fuerzas de mi mando , constantes de 2, 241 hombres de las tres armas,
según consta del estado número 1, y las que acaudilladas por don Manuel Lozada
y de don Plácido Vega, vinieron del cantón de Tepic a invadir el Estado de
Jalisco en número de más de seis mil hombres con tres piezas de artillería.
Acompaño a la presente ocho estados relativos a las operaciones ejecutadas, los
cuales dan a conocer los hechos y sus resultados; limitándome por lo mismo, en
la exposición de aquellos, a lo muy preciso para que el supremo gobierno los
juzgue.
En
cumplimiento de las instrucciones que ese ministerio se sirvió darme, y en
virtud de los movimientos del enemigo, resolví salir con las fuerzas federales
a encontrarlo, y al efecto emprendí la marcha de esta plaza el día 27 a las dos
de la tarde, pernoctando ese día en la Villa de Zapopan a dos leguas de esta
población. La columna quedó dividida de la manera siguiente:
Los
batallones números 11 y 12 con dos piezas de montaña y una de batalla, formaron
la brigada de vanguardia a las órdenes del C. General Prisciliano Flores.
Los
batallones 11 y 12 y dos compañías del noveno batallón con una pieza de montaña
y dos de batalla, formaron la brigada de retaguardia a las órdenes del C.
General Gregorio Saavedra.
La
caballería compuesta del cuerpo número 6 y setenta caballos de la Gendarmería
del Estado, era mandada por el C. Coronel Leopoldo Romano. Los trenes de
artillería y ambulancia, ocuparon el centro de la columna, bajo la inmediata
vigilancia del mayor general C. Coronel Rafael Barrón.
El
escuadrón que comenzaba a organizar el C. teniente Coronel Praxedis Núñez,
dependía directamente de este cuartel general.
A las
ocho de la mañana del día 28, el enemigo se encontraba en las inmediaciones del
rancho las Mojoneras, ocupando el frente y el flanco izquierdo, poco tiempo
después avanzó sobre nosotros, y la caballería nuestra, comenzó a batirse con
la guerrilla.
Inmediatamente
le ordené al C. General Flores hiciera frente con la brigada a su mando
apoyándose en los corrales de piedra de dicho rancho, y que enviara a la mitad
de la caballería al mando del C. Coronel Romano. Acto continuo, ordené al C.
general Saavedra desplegara con su brigada por el flanco izquierdo para
contener al enemigo, el cual se encontraba cercado, pero el enemigo parecía
adivinar nuestra estrategia, y nos atacaba por cada frente provocándose un Combate
general. Aun que el enemigo era muy numeroso, sus armas eran inferiores a la
artillería nuestra, por lo que se le causaban bastantes bajas.
Cerca de
las doce del día, intentó un vigoroso asalto sobre las posiciones que ocupaban
las brigadas de Vanguardia. Advertido esto por el C. General Flores se
manifestó la conveniencia que habría en salir a encontrarlo cargando sobre él a
la bayoneta; cuya autorización le di, y al efecto cargó con él con los
batallones 14 y 21 y con la caballería que comandaba el C. Coronel Romano,
protegiendo esta carga la artillería cuyos fuegos certeros causaron grandes
estragos en las masas del enemigo.
Media
hora después el enemigo había perdido toda su artillería, pues se habían
quedado sin parque. Inesperadamente, la derecha del enemigo atacó fuertemente a
nuestro flanco izquierdo, siendo rechazados por los batallones 11 y 12 y la
artillería correspondiente, prolongándose el ataque hasta la retaguardia que cubrían
las compañías del noveno batallón y una pieza de batalla. El día 29 como a las
nueve de la mañana, emprendí mi marcha para esta plaza, en un orden inverso al
del día anterior, encargando la retaguardia al C. General Flores, a cuyas
órdenes puse al Coronel Romano con el sexto cuerpo de caballería para que
protegiera su retirada, y durante el trayecto de la Mojonera a Zapopan, fue
hostilizada la retaguardia de la columna por la caballería enemiga, que
protegida por el terreno y por el mal estado de la nuestra no se pudo
escarmentar debidamente, sin embargo de que el fuego de artillería la
dispersaba. Al enemigo se le ha puesto fuera de combate entre muertos y heridos
más de mil hombres. El enemigo, según los datos que por diferentes conductos se
han obtenido después del combate, se han replegado en las barrancas de
Mochitilte, manteniendo sus fuerzas avanzadas hasta Tequila. Felicito al
supremo gobierno por el triunfo que sus armas obtuvieron contra los enemigos de
la sociedad, y concluyo el presente parte consignando aquí, que tanto los
generales en jefe de las brigadas, como los demás jefes, oficiales e individuos
de tropa que concurrieron al combate de la Mojonera, cumplieron sus deberes,
sin poder recomendar en particular a ninguno, pues todos en porfía procuraron
distinguirse, dando esto por resultado la victoria que merecieron sus valientes
esfuerzos.
El
supremo gobierno en vista de los informes que rindo sobre el grueso número de
enemigo que atacó y el pequeño que resistió, juzgará del valor de la jornada y
del mérito de los soldados que tuve la honra de mandar. Independencia y
libertad. Guadalajara, Febrero 4 de 1873. – R. Corona. – C. Ministro de Guerra.
– México. (Se observa como Ramón Corona se mantuvo como estratega, el no
combatió). El 28 de Enero de 1873, el supremo gobierno ya ocupaba Tepic por el
general Ceballos con la división de Occidente. Ordenó al general Corona se
moviera hacia aquella ciudad con sus fuerzas, nombrándolo general en jefe del
ejército de operaciones. El general Corona dirigió la campaña con tal éxito,
que tres meses después, en que por asuntos de familia tuvo que separarse de
Tepic, Lozada contaba, nada más, que con menos de treinta hombres. Al verificar
esta operación, ordenó al general Ceballos mantuviera fuerzas sobre Lozada,
cuya aprehensión logró hacer el coronel don Andrés Rosales, el 14 de Junio.
En el
acto, el general Ceballos ordenó procesar al jefe insurrecto, conforme a la ley
del 3 de Mayo anterior. El odio hacia Lozada era tanto, que no quisieron
procesarlo como a un caudillo revolucionario, si no como a un salteador de
caminos, y el 17 de Julio fue sentenciado por el mismo general Ceballos, a ser
pasado por las armas, previa identificación de la persona, señalándose el día
19 para su ejecución. Este último día, denegado el indulto por el jefe político
don Juan Sanromán, en el momento de estar dentro del cuadro para ser fusilado,
pidió permiso de hablar y con gran entereza de ánimo, dijo lo siguiente:
“Pido hablar dos palabras al
cuadro y a los habitantes de Tepic”.
“Soldados de la federación:
Tengo el honor de dirigiros la
palabra, para manifestaros que abrigo la conciencia que durante diez y seis
años que goberné los pueblos del Nayarit, siempre he procurado su progreso,
engrandecimiento y prosperidad”.
“Jamás he hecho mal, y doy con
gusto mi vida en estos momentos por los pueblos que goberné. Os suplico que me
perdonéis el sacrificio de los que sucumbieron en los distintos combates,
sostenidos sobre las fuerzas que mandé, y os suplico, también, que los tiros
que me disparéis, los dirijáis a una parte de mi cuerpo en que me hagan al
momento dejar de existir.
Pueblos del distrito de Tepic.
Tengo la conciencia de que jamás
hice mal a nadie; no me arrepiento de mis hechos, pues si alguna vez los que me
rodeaban no cumplieron con mis disposiciones, la culpa no fue mía. Si la
desgracia en adelante se apodera de estos pueblos, culpa será de varios, y más
particularmente, de Domingo Nava. No me culpéis a mí, pues como he dicho antes,
mis intenciones eran buenas para con vosotros. Muero con gusto”.
Al
pronunciar estas últimas palabras, recibió la muerte, de la misma manera con
que había vivido, es decir, como un valiente, pues cualquiera que hayan sido
sus vicios y sus crímenes, no le puede el historiador negar esta cualidad, que
conservó durante su carrera. La simpatía de Lozada era tan grande, que cuando
dividió sus fuerzas para atacar al mismo tiempo Zacatecas, Sinaloa y Jalisco,
contaba con más de dieciocho mil hombres, y si logre el reparto de tierras,
hubiera alcanzado la gloria, pues los indígenas de Michoacán y otros Estados lo
admiraban, y si logre llegar a Michoacán, su ejército se hubiera hecho tan
numeroso, que ningún ejercito de México lo hubiera superado, pero la suerte no
estuvo de su lado y fue derrotado en Jalisco, siempre luchó como una fiera,
tenía un valor envidiable. Si no se le acabe el parque, no le hubieran faltado
víveres, otra cosa hubiera sido la batalla de las Mojoneras, porque se
considera un estratega, una persona muy inteligente y zagas, inclusive, en este
libro se insinúa, Que la gente de Tequila estaba con él, por ello mandó un
correo para indicarles donde pasaría por ese pueblo.
Ramón
Corona, inició su carrera militar, cuando se levantó en armas en 1858
patrocinado, o apoyado económicamente por la familia tequilera Gómez Cuervo, y
de un famoso comerciante arraigado en Tepic de nombre Juan Antonio Aguirre,
dueños ambos de los minerales del Motage, y donde Ramón Corona tuvo a su cargo
la tienda de raya. Si analizamos ambas versiones, la primera fue copiada del
primer libro surgido sobre Tequila, del doctor Martínez, pero no se cual haya
sido la fuente de dónde sacó esta historia, y en la que escribo al final, fue
escrita por soldados que lucharon al lado de Ramón Corona. ¿Cuál es entonces la
diferencia?
Bueno
pues en la primera nos dice sobre el ataque hacia el tigre de Álica, pero que
si sabían a quien atacaban, en la segunda se dice que el Tigre mandó un correo
para que le avisara al Jefe Político don Sixto Gorjón que lo esperara por que
pasarían por Tequila, esto significa que eran amigos, y que la gente de Tequila
simpatizaba con Lozada.
Se habla
del gobernador Ramón Corona, y en la otra versión se habla de Ignacio L.
Vallarta como Gobernador. Y que Lozada pasó derrotado por Tequila, y en la
nueva versión, que después de la derrota se volvió a instalar en la sierra de
Tequila, porque ahí tenía simpatizantes como ya lo mencioné.
DEL LIBRO "TEOCHINCHÁN" LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE TEQUILA
JALISCO. DE JOSÉ RAMÓN PALOMARES MEDINA.