JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita
Tepic, Nay; feb 5, 2014.-
No
recuerdo cuantas veces haya escrito sobre este tema de la educación vial, pero
de seguro serán varias. Pero, también estoy seguro que desde la última vez que
lo hice a esta fecha el problema no se ha resuelto, muy a mi pesar creo que se
ha agudizado,
La
carencia de una buena educación vial es un problema que las autoridades no han
tomado en cuenta y se ha venido convirtiendo poco a poco en un obstáculo para
la convivencia social.
La
administración actual parecía que tomaría cartas en el asunto iniciando
programas de esta temática en algunas escuelas, pero creo que no terminó siendo
la constante. Lo he comentado y lo repetiré hasta el cansancio, es necesario
que se instituya la educación vial en las primarias. La única manera de que los
ciudadanos aprendan de una manera más o menos natural es esa, a la vieja
usanza, así como nos educaron a nosotros, a nuestra generación, poniéndonos de planta un
instructor en la escuela que nos daba la materia EDUCACIÓN VIAL, que aunque no
estaba registrada en la boleta de calificaciones, era tan importante que si no
la pasabas el mismo director se encargaba de no entregarte la boleta hasta que
lo hicieras.
Jamás
se borró de mi memoria la definición: "Educación vial es el conjunto de
normas y reglas que enseñan a peatones y conductores a conducirse correctamente
en la vía pública y hacer el debido uso del sistema de transporte urbano".
Ese era el primer concepto que había que aprender, pero no sólo era algo
teórico que había que aprenderse y recitar como de "chorro", no, por
supuesto que teníamos la parte práctica que era igual o más importante que la
teórica. Aprendimos a conocer las señales, nos teníamos que saber al dedillo
los principales artículos del reglamento de tránsito. Recuerdo que Don Nati,
así se llamaba mi instructor, nos hacía acompañarlo y en algún crucero practicábamos
lo aprendido en clase y ahí estábamos conduciendo el tráfico como auténticos
agentes viales.
También
recuerdo que aplicábamos algo de la teoría con fórmulas matemáticas,
aprendiendo a definir a qué velocidad iba un conductor que había tenido un
accidente en cualquier calle, con sólo medir la huella de frenado que había
dejado su vehículo y apoyados en el coeficiente de gravedad. Fue algo muy interesante
para todos los que formamos aquella generación, aprendimos muchas cosas y el
resultado está ahí, la mayoría de nosotros somos buenos conductores,
respetuosos de las reglas, corteses con el peatón y no provocamos problemas
viales.
Desafortunadamente
manejar en Tepic es una verdadera catástrofe. Todo mundo hace lo que quiere y
como quiere. Se meten en sentido contrario, se pasan el alto, no le dan el paso
al peatón, se estacionan en sitios prohibidos, en doble y triple fila, en los
cajones exclusivos para discapacitados y toda una serie de linduras que creo
ocuparía todo el espacio de mi columna para mencionarlas. Es absolutamente
deprimente el nivel de cultura vial que tenemos en Nayarit, me duele decirlo
pero es cierto. Los conductores no conocen los conceptos básicos del manejo, no
saben para que sirven las direccionales, es raro que alguien las use
adecuadamente, se van a "vuelta de rueda" por el carril de la
izquierda porque van a virar en esa dirección aunque todavía le falten diez
kilómetros para llegar ahí.
Quizá
tenga mucho que ver el hecho que cuando obtienes tu licencia de conducir,
aunque sea la primera vez, ni siquiera te obligan a leer por lo menos un
panfleto, algo básico o que algún
instructor de tránsito te dijera lo
básico que tienes que respetar, siquiera las mínimas recomendaciones antes de
aventurarte al mundo de las calles, a la parafernalia del mundo loco de los
vehículos. Vaya que si es algo esquizofrénico el asunto, vas manejando das
vuelta en alguna calle y de pronto te sale un "bicicletero" en
sentido contrario, vas circulando con normalidad y de manera imprevista se
atraviesa una persona que salió del camellón y así por el estilo, sin contar
con los famosos "motolocos" que son verdaderos kamikazes de las
calles.
Otra
situación que causa pena, es la poca cortesía de los conductores hacia los
peatones. Es muy difícil ver que alguien le ceda el paso con corrección a un
peatón. Cuando yo estoy en el papel de peatón, muy a propósito del caso,
realizo mis pequeñas estadísticas contando con los dedos de la mano el número
de conductores que circulan frente a ti sin darte el paso, no obstante ser muy
evidente e inequívoca la necesidad de cruzar por parte mía y así van pasando,
uno, dos, siete, nueve, normalmente es hasta el número diez que encuentro un
alma caritativa que se decide a dejarte pasar, sacando cuentas te queda como
resultado que únicamente uno de cada diez conductores te ceden el paso, lo cual
me parece un dato que habla muy mal de nuestra urbanidad.
Así las
cosas, hay mucho que mejorar en esta temática, mi propuesta sigue siendo la
misma de hace años, por parte de nosotros los conductores y peatones hacer
conciencia de lo importante que es tener una buena convivencia ciudadana,
tratar de respetarnos unos a otros, de acuerdo al papel que tienes en el
momento. Por parte de las autoridades intervenir en dos vertientes, una es el
aspecto educativo, instaurando programas permanentes de educación vial,
acciones serias y supervisadas desde el nivel primaria, así más o menos como he
descrito mi experiencia personal en mi época escolar básica y en la otra
vertiente estaría el rigor, la parte coactiva del gobierno, endurecer la vigilancia y la penalización de las
conductas antirreglamentarias, condicionar la entrega de las nuevas licencias
de conducir a un examen que contenga al menos los puntos básicos que un
conductor debe conocer para no andar causando estropicios y recibiendo mentadas
de madre al mayoreo en las calles de la ciudad.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com