"Sabia virtud de conocer el tiempo"
Siguen
transcurriendo los días. Hasta la fecha en que escribo este texto, son ya cuarenta
y cinco, desde que el gobierno de Toño Echevarría García asumió su
responsabilidad, misma que habrá de tener por los siguientes cuatro años.
Percibo
en la sociedad que su gran ilusión empieza a tornarse en una especie de
desesperanza. Eso no me parece que sea un buen síntoma para la tan esperada
administración del cambio. De hecho hay opiniones bastante radicales en el
sentido de que han iniciado mal desde la confección del gabinete.
Particularmente hay denostaciones muy específicas para el Secretario General de
Gobierno y el de Planeación, Programación y Presupuesto. Evidentemente estas
críticas, de algunos sectores, se sustentan en las actuaciones que estos
personajes del ámbito político tuvieron, el primero en el sector educativo y el
segundo en su trabajo como presidente suplente de Polo Domínguez, hoy flamante
jefe del congreso estatal.
Hay
cierta razón en la ciudadanía, cuando quisiera ver de manera inmediata los
resultados que espera. Ya les había comentado de las inmensas expectativas que
se crearon respecto a este nuevo proyecto de gobierno, al grado que se le
atribuyeron características mesiánicas, cosa que siempre me pareció fuera de
todo razonamiento. Por supuesto que la sociedad en su conjunto, o los que le
apostamos a esta fórmula, seguimos esperando esos resultados que yo creo que sí
van a llegar.
Es
entendible el desaliento de muchas personas, porque todos quisiéramos ver
resueltos los problemas que más nos duelen. Pero también es cierto que es
imposible hacerlo de la noche a la mañana. Se me hace muy difícil que esta
administración pueda recomponer en un tiempo breve la catástrofe ocasionada por
los “sombreristas” que se acaban de marchar. Pero también es cierto que no se
les pide que resuelvan todo y de una vez. Se entiende que no es como una varita
mágica que, al conjuro de un abracadabra, puede transformar un pestilente
pantano en un paradisiaco oasis. Lo que se reclama de esta administración es que
se aplique a resolver las prioridades que han sido más que ponderadas por la
sociedad, tanto ahora que ya es una obligación atenderlas como mucho antes, al
calor y al apasionamiento de una campaña política.
No se
necesita ser un especialista en materia social o política para saber cuales son
estas prioridades que urge resolver. Casi podría apostar que habría, como en
las peleas de box, una decisión unánime en favor de abatir la inseguridad
pública que nos mantiene prácticamente secuestrados. Es ese tema el que, desde
la percepción social, empieza a convertirse en una anatema para este gobierno.
Primero porque se esperaba que el cambio de gobierno trajera consigo la paz social.
Segundo porque no hay que olvidar que es muy usual comparar las etapas
gubernamentales a través de los números fríos de la estadística simple y,
desafortunadamente para este gobierno, resulta altamente desventajosa la
acumulación de cadáveres y hechos criminales en este mes y medio de aparente
parvulez Toñista.
Es muy
doloroso equivocarse en estas cuestiones, cuando le apuestas tu resto a algo. Yo
sigo creyendo que no me equivoqué al confiar en esta opción y que debemos
darles el beneficio de la duda, y considerar quizá, que hasta ahora sólo les
podemos cuestionar su lentitud para reaccionar ante hechos evidentes que
ameritan de ellos una decidida, contundente e inmediata respuesta.
Desde
mi punto de vista es urgente que ya den muestras de cuál va a ser su línea de
trabajo en relación con el combate a la delincuencia, y se dejen ver escenas
reales de esfuerzo concreto y eficiente. Es tiempo también de que se dejen ver
las primeras grandes acciones de justicia. Es inaplazable ya que se castigue a
los principales corruptos de la administración pasada, y no sólo que se les
encarcele sino que se les obligue a resarcir a las arcas del erario todo lo que
se robaron. No es justo que el pueblo y la clase trabajadora se tengan que
apretar más el cinturón mientras esos ladrones pasean su insultante impunidad
frente a nosotros. En este sentido sólo basta que todos le recordemos a nuestro
gobernador que esa fue quizá la más GRANDE promesa de campaña.
Confío
que nuestro joven gobernante, habrá de asentar sus pies bien firmes en la
tierra y no perderá la cordura y sencillez mostrada en campaña y en los primeros
días de gobierno. También confío en que les recordará a sus secretarios y
directores generales, el compromiso político y moral de apoyo para quienes lo
llevaron al poder. En algunas dependencias hay ciertos directores que no han
entendido esta parte del juego y ahora se hacen los desentendidos. Se entiende
que muchos son empresarios y que sólo conocen ese sector y nada de los
vericuetos del sector público y mucho menos de los códigos insondables del
ámbito político. Afortunadamente no son la mayoría de este tipo. Es grato
encontrar en muchos funcionarios de nuevo cuño, emergidos de las empresas
privadas, la ecuanimidad de sondear los problemas, y tratar de comprender las
causalidades de distintas problemáticas a las que tendrán que enfrentarse, sin
golpear ni ofender la dignidad y el sentimiento de sus subordinados.
Es de
reconocer la apertura y la ecuanimidad de muchos funcionarios que se acaban de
estrenar en esta administración, sobre todo aquellos que han sido sensibles y
respetuosos, condiciones que les ha dado calidad moral para equilibrar las
relaciones laborales y tener mayor productividad y aceptación en sus puestos y,
por supuesto, también voy a criticar a los que, escudados en la reorganización
y la eficiencia, han usado la “violencia o rudeza innecesaria” contra los
trabajadores que, los que conocen de fútbol americano, sabrán que eso se
penaliza con quince yardas con primero y diez automático. Lo peor del caso es
que hay algunos directores generales que no respetan o no concuerdan con la
línea marcada por el gobernador y por su propio secretario, respecto al trato,
al respeto, y a los compromisos adquiridos, no sé si no se dan cuenta de ello,
o se la pasan por el arco del triunfo, lo cuál sería aún más grave. Ya veremos
qué pasa más adelante con eso.
En
resumen, siguen existiendo muchas expectativas de este gobierno, pero es
indispensable que aceleren el paso. Debe atender y combatir la violencia, las
ejecuciones, los "levantones", desapariciones forzadas, aclarar y castigar a los
culpables de las narco fosas, etc. En cuanto a la realización de obras y
acciones, sabemos que no hay presupuesto, y que aquellos “Bandidos de La Gente”
se llevaron hasta el perico (sólo es una frase popular, se refiere a un "cotorro"). No dejaron ni para el papel sanitario. Razón de más para que se les
castigue. Pero sí se puede avanzar en el aspecto de las denuncias
administrativas, penales, juicios políticos y todo lo que proceda, porque si se
solapa una vez más esta burla sangrienta de una administración corrupta como
pocas, entonces sí podría vaticinar que toda esa simpatía y aceptación social
para el gobernador, se vería muy mermada, incluso podría volverse contra él. Demos
tiempo al tiempo.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.