A
escasos meses de terminar el ejercicio gubernamental actual, prácticamente a medio
año de que concluya el cuatrienio que no sexenio (afortunadamente), el
controvertido miembro de la dinastía plutócrata nayarita de los Echevarría,
sigue dando mucho de qué hablar. No será este número en el que se realice un
balance de los resultados de su actuación oficial, ya habrá oportunidad para
ello. El título de este artículo (que es una frase coloquial muy conocida) se
usa cuando quieres expresar con jocosidad o incluso con cierto fastidio que
algo se suma a lo que ya era difícil o agobiante.
Lo
anterior tiene que ver precisamente con el hecho de que no ha sido fácil la
tarea para el empresario metido a político (por cierto sigue diciendo que él no
es político, cuando ni siquiera es necesario hacerlo ya que quedó plenamente
demostrado). Desde mi punto de vista, en estos casi cuatro años se han
acumulado errores garrafales que van desde darles la espalda a quienes le
aseguraron el triunfo electoral, situación que aquí y en China se llama
traición, hasta dejar de lado ya para sus últimos días de gobierno la promesa
de hacer justicia en el caso del gobernador que le antecedió. Detalles hay
muchos, la desaparición de las becas para los niños, la ley burocrática, la ley
orgánica de la universidad sin universitarios, la porfiada actitud de
apropiarse el control de la universidad, el arresto del líder del SETUAN, la
desafortunada administración de los recursos presupuestales, la falta de
compromiso con los trabajadores del poder ejecutivo, con los maestros, el
sector salud, la mala fama de muchos de sus funcionarios y… ¡Uff! podíamos
pasarnos varias horas enumerando cosas y casos. Pero viene sin más preámbulos
la pregunta ¿Cuál es entonces el otro limón?
Siguiendo
con la analogía refranesca diría que ese nuevo limoncito sería el asunto que
recientemente declaró el susodicho: ¡No hay dinero para las elecciones en
Nayarit! Por si no fuera suficiente con tantas cosas que arrastra esta
administración se suma otra: la posibilidad de que ocurriera algo inédito en la
historia electoral del estado, incluso del país. Aquí sería bueno hacer algunas
precisiones respecto a este asunto porque por ahí en las redes sociales ya se
dejaron sentir opiniones que son inexactas porque desconocen el contexto
adecuado, supongo. Me refiero a las personas que comentan que lo que ha dicho
el gobernador es acertado, que el dinero de las elecciones de junio sea
destinado a cuestiones de salud y educación. Por supuesto que muchos creeríamos
que los partidos políticos no importan tanto como la salud o la educación,
máxime si, con sobrada razón, arrastran penosamente tremenda mala fama los
institutos políticos; pero no se trata en esta ocasión de presupuesto para
ellos simplemente, sino que se requiere ese recurso para la instrumentación del
proceso electoral, para la organización de las próximas elecciones que por
cierto serán de las más grandes que han existido en la historia. Se trata pues
de la liquidez para la infraestructura organizacional del instituto electoral,
lo material y lo personal que se tiene que solventar para realizar la jornada
democrática.
No se
trata de tomar decisiones respecto a la prioridad de los rubros que atañen a
nuestra entidad federativa, ni es algo que el gobernador, con su atinada capacidad, pueda o deba decidir
acerca de qué es lo que le conviene más a la sociedad nayarita. Se trata de una
obligación presupuestal que tiene el gobierno de poner en manos del Instituto
Estatal Electoral de Nayarit (IEEN) la cantidad de doscientos millones de
pesos, que ya estaban presupuestados y aprobados constitucionalmente por el
congreso del estado, precisamente para cubrir el rubro mencionado. Tampoco se
trata de la credibilidad política de un partido u otro sino de evitar una
catastrófica situación de ingobernabilidad que pondría en riesgo y evidencia el
estado de derecho por el que se ha luchado por tantos años. Dejemos de lado
cualquier asomo de conocimiento técnico-jurídico o cualquier elucubración en
torno si es factible o no que ocurra esta situación y qué sucedería en caso de
ser positiva la respuesta. Estamos iniciando marzo y a escasos tres meses de la
jornada electoral, de pronto se va como agua ese tiempo y nunca entregó el
dinero el gobernador del estado. ¿Cómo sería el panorama? Sé que suena a
película de Woddy Allen y que resulta casi utópico una situación así pero
usted, amable lector, por un solo instante, póngase en ese escenario ficticio.
¿Qué cosas pasarían por su mente? Las administraciones actuales seguirían en el
poder? Toño Echevarría seguiría metiendo la pata durante cuánto tiempo más? ¿El
congreso local seguiría cometiendo las mismas pifias, aprobando iniciativas
malintencionadas que lesionan los intereses populares? Me parece ver las caras
asustadas de mis amables lectores, como si hubieran pasado de Woody Allen a Alfred
Hitchcock, el mago del terror.
Estoy
seguro que la mayoría de personas que leyeron estas líneas se dieron cuenta que
es a todas luces una situación sui géneris, algo inédito, descabellado y
verdaderamente desequilibrado de sólo pensarlo. Es fácil llegar a la conclusión
de que eso es imposible de suceder, porque sería una locura. Pero al parecer al
gobernador le parece una cosa de lo más natural, enviar un oficio donde con la
mayor naturalidad y frescura le comunica al IEEN que no tiene el
dinero que le debe dar para pagar contratos y licitaciones, capacitación,
materiales, servicios y muchos conceptos más que son inherentes al proceso
electoral que está ya a la vista.
En fin,
creo que está más que claro cuál es el otro limoncito para el caldo, y también
que al malogrado titular del ejecutivo aún le queda un semestre para seguir
libando, digo librando nuevas batallas y jugar a las ocurrencias y desfiguros.
Lástima que entre torpeza y torpeza (ojo asesores piratas) “se lleva entre las
patas” a mucha gente inocente del pueblo que ni la debe ni la teme. ¿Ustedes
qué opinan?
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.