Una de
las noticias importantes de la semana que pasó fue la movilización frente a
palacio de gobierno que realizaron los trabajadores al servicio del estado y
los municipios, el sindicato mayoritario, el S.U.T.S.E.M.
El
comentario es acerca de la polémica que levantó dicho movimiento. No es que sea
algo extraordinario que el sindicato proteste contra las injusticias del
maltrato patronal, ya que eso es algo que se vuelve cada vez más frecuente y
hasta muy normal para las
administraciones gubernamentales, sino en razón de las críticas en redes
sociales fundamentando, las negativas, en lo inoportuno del momento y digo las
negativas para citar que también hubo muchas otras positivas que dieron la
razón a los manifestantes.
Las
protestas programadas por tres días consecutivos en horarios matutinos se
convirtieron en un platón de veinticuatro horas durante los días señalados. Las
razones que motivaron la protesta tiene su origen en el incumplimiento del
patrón (léase gobernador) asesorado por el abogado del diablo (léase Toño
Serrano) de muchas de las prestaciones contenidas en el convenio laboral de
2013 (nótese lo actualizado que está, desde entonces ningún gobierno lo ha
renovado) ese único detalle puede darles una idea de la puntualidad con la que
se han atendido los asuntos laborales por parte de las autoridades. Hace años
que no se otorga al menos el aumento de rigor, se han negado
re-categorizaciones, jubilaciones, becas, devolución de impuesto sobre la renta
(ISR), apoyo de despensa, entre otras muchas cosas más. Razones para protestar
hay de más, pero la polémica y desaprobación de algunas personas fue por el
riesgo que significa la aglomeración de personas en la actual crisis sanitaria.
Las
expresiones vistas en las redes sociales fueron prácticamente las de siempre
aunque no estuviéramos en emergencia sanitaria. Muchas de ellas, personas que
no tienen idea de lo que significan las cuestiones sindicales y mucho menos los
preceptos laborales que emanan de la constitución mexicana. Otros, ostensibles
pro-gobiernistas, que darán siempre la razón a quien ostente el poder y así obtener
de éste alguno que otro beneficio. En fin, hubo de todo en cuestión de
expresiones, algo que básicamente es para celebrar porque siempre es importante
que prevalezca la libertad de expresión, pero también es muy importante que se
use con toda responsabilidad. Así como se vieron comentarios serios, a favor y
en contra de las movilizaciones, hubo muchos que de plano dejaron mucho que desear.
Me refiero a la forma, porque aunque no estés de acuerdo con algo o con
alguien, encuentro reprobable que se use el lenguaje ofensivo, vulgar y, a
veces, hasta muy ofensivo. No entiendo el por qué se tiene que usar el lenguaje
agraviante o injurioso para decir una opinión o manifestar un desacuerdo. Esa
es la parte oscura de las benditas redes sociales que, dada su libertad, puedan
ser usadas de manera irresponsable y a veces grotesca.
Pero
regresemos al asunto principal, en el que debemos recordar que el comentario se
debe a la oportunidad o no del movimiento sindical de protesta, el tema tiene
varias aristas. Algunas opiniones señalan que está bien la protesta pero ¿Por
qué hasta ahora que está la pandemia? La respuesta es muy clara. Hay dos
elementos para contestarla. El primero es que el gobernador fue dando largas al
asunto, atendiendo a la dirigencia sindical de manera regular y girando
instrucciones al “Señor de los dineros”
de atender de manera gradual los problemas que requerían resolverse, instrucciones
que o no eran reales o no fueron obedecidas. El segundo elemento fue que se
iban a realizar movilizaciones diversas precisamente cuando inició la
emergencia sanitaria y se difirieron en respeto a la misma. Se pensó que sólo
duraría unos pocos meses y todo volvería a la normalidad pero sucedieron dos
cosas, la pandemia se extendió y no se tiene idea cuándo pueda terminar y por
otro lado, el tiempo se le agota al gobernador y cada mes que pase será más
relajada la disposición de cumplir su honrosa palabra de charro. Por esa razón,
y por la presión de las propias bases, se tuvo que llevar a cabo el movimiento
mencionado.
Las
razones están por todos lados. Es cierto que se corrió un riesgo, el consabido
de la posibilidad de contagios, para ello se exigió a los manifestantes que
cumplieran con todo rigor el protocolo. Hay razón innegable en la necesidad de
que se alleguen esos recursos que necesitan los trabajadores de la burocracia y
que, además de presupuestado ya muchos de ellos, por ley ya fueron devengados.
Esta cuestión, como la vida en muchos aspectos, es simple. Estas movilizaciones
son un escenario indeseable e inoportuno que se pudo evitar con la simplicidad del
cumplimiento. Si el gobernador hubiese cumplido su palabra que tantas veces vociferó
en campaña, resolviendo un tema que nunca desconoció antes de aceptar tal
compromiso, este plantón jamás hubiera existido.
Lo que
no es nada favorable es el negar algo tan grave. Porque el gobernador sabe y lo
reconoció desde antes de su campaña, el problema que se arrastraba. Sabe
también que lo que se reclama actualmente es real y existen las evidencias
legales para demostrarlo, sin embargo sale el secretario de gobierno, el
tristemente célebre Antonio Serrano, quien debería ser el gran conciliador de
los problemas del gobierno en todos los frentes, a negarlo con un cinismo
intolerante que sólo incita al repudio general, condición que será trasladado
de manera directa a su patrón, aunque pereciera que la jerarquía es al revés y
el patrón es él y el gobernador solo su marioneta. Sólo queda esperar que el
problema se resuelva y todas las razones
se acurruquen en el seno de quien la tenga. Pero eso sí, aunque existe una
situación sanitaria difícil, los trabajadores tienen todo la razón y la
obligación de luchar por sus derechos. ¿Usted que opina?
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.