JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"Cursi y Rudo"
Recordaba
la entrevista que me hizo la agencia nacional de noticias NOTIMEX en torno a la
presentación de mi más reciente libro, BESOS CON SABOR A CEBOLLA, en el
“Festival Literario de Nayarit Alí Chumacero 2020”. Me pareció muy interesante
la agilidad y el tino del reportero Cristóbal Torres que supo desagregar
diversos tópicos del tema central para darle forma a esta conversación, que
pasó de ser meramente literaria para adentrarse en temas relacionados con la
trascendencia social.
Me
parece que es muy importante pasar del asunto de los escritores, la lectura y
los lectores, hacia los temas de la incidencia de este tema en el despertar de
la conciencia, en el proceso de abatir el letargo penoso y alarmante que
muestran algunos sectores de la sociedad actual, principalmente el de los
jóvenes.
Escuché
varias presentaciones de autores de los llamados nacionales y también de los que denominan estatales o locales y, de
alguna manera, me parecieron interesantes en su mayoría. Más allá de las
temáticas atrapadas en las diversas publicaciones, encontré un punto donde, a
mi parecer, convergen y se unifican los esfuerzos individuales. Sé a ciencia
cierta que cada escritor tiene una motivación específica para escribir y en eso
ni para que discutir, puesto que así debe ser, interpretando este punto como la
más general de las libertades, de decidir y hacer. Pero, todas estas
manifestaciones literarias, lo educativo, el desarrollo humano, la poesía, la
narrativa, el humor, la fantasía, el misterio y el terror, tienen un efecto
especial en la persona que gusta de cualquiera de esos géneros. Bien dice el
dicho que “hay gente para todo” pero, en general, el hecho de leer por gusto es
ya un buen punto de partida.
Yo
respeto mucho a todos los escritores, sin importar cuál sea su nivel, sean de
los menos conocidos o sean de las vacas sagradas, pero eso no quiere decir que
esté de acuerdo con sus opiniones personales acerca de las temáticas
literarias. Para explicar mi dicho tengo un ejemplo cercano. Si no me equivoco,
fue Alfonso Orejel (un autor de los nacionales) quien comentó algo que, al
menos yo, entendí como esto: “quién va a leer historias de familias ideales, normales,
o de finales felices, si no existen… actualmente todo es disfuncional, somos
una especie de monstruos, sicópatas, hay violencia, etc…a los niños les gusta
leer historias de terror…”. Me parece que es una opinión individualista, pero se
respeta porque es eso, precisamente, su opinión. Yo, en cambio pienso, que
todos los géneros son respetables y debe existir esa diversidad de temáticas,
así como en los mercados hay un rico surtido de colores y sabores en las frutas
y las flores, para que los marchantes de cualquier condición puedan elegir en
plena libertad los productos que satisfagan sus necesidades.
Considerando
esa opinión, podría argumentar que si quisiera describir, y lo hago, lo
trastocado que está el mundo actual, las sociedades en quiebra por la
deshumanización, la indiferencia afectiva, la violencia, la discriminación, etcétera,
sería a través de la opinión periodística. A mí me atrae más, lo que podría
definirse como literatura positiva, no los textos llenos de mensajes, no la
narrativa que tiene tintes de normativa o parece el decálogo, los diez
mandamientos. No así, sino que sea bajo el lúdico manejo de personajes y tramas
que rescaten sentimientos alentadores de una mejor convivencia humana; de
historias que inspiren el rescate o la presencia de nobles sentimientos, como
la ternura, la generosidad, el respeto y el amor. En esta parte celebro mi
coincidencia con la tendencia de la autora nacional Alicia Molina, ya que gran
parte de su obra, especialmente la que va dirigida a los pequeños de la casa,
tiene la magia de descubrir, exponer y, muchas veces, resolver los dilemas de
la niñez y la adolescencia, pues trata, apoyada en una estupenda imaginación,
de recuperar la alegría y la increíble chispa de los niños; aun corriendo el
riesgo de ser considerada una autora cursi.
En mi
caso, aunque mi bagaje literario aún es escaso (tres obras individuales y una
obra colectiva) he intentado mostrar versatilidad sin perder el estilo. El
comentario del párrafo anterior, tiene relación con la más reciente de mis
novelas publicadas, que es precisamente una novela romántica, una historia
tierna, cálida, entrañable. Una historia que, además de divertir y deleitar, en
el fondo busca regresar el romanticismo a nuestros corazones. De alguna manera
es un intento de mostrar a los pequeños y recordarle a los grandes, esos
tiempos idos que jamás volverán. Es un vínculo nostálgico de las costumbres y
los valores de una época hoy inexistente. Una novela que proyecta el amor en
varias de sus formas. El amor profundo entre un hombre y una mujer; el amor de
los padres a sus hijos y viceversa; el amor a la naturaleza, a la tierra y sus
raíces. Este texto enaltece también los valores de la honestidad, la disciplina
y la perseverancia; el deseo de cambiar el estado de las cosas mediante la
superación personal y la cultura del esfuerzo y el trabajo.
Sí, acepto que me
decanto por más finales felices pues, aunque es cierto que la realidad actual
es trágica, y en eso estoy de acuerdo con el autor mencionado, eso no significa
que no podamos cambiarla. Es aquí donde el regresar el romanticismo, los
valores y los buenos sentimientos a los corazones cobra el mayor de los
sentidos. Así que, visto de ese modo, podría decir que me vale que puedan decirme que soy un escritor cursi y terminaría
diciendo, parafraseando a John Lennon en su canción “Imagina”: «Puedes decir
que soy un soñador, pero no soy el único».
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.