JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"La libertad de expresión"
Un tema
simple, aparentemente. Algo que parece ser un tópico cotidiano, intrascendente,
pero qué lejos estamos de que ello sea
verdad. La libertad de expresión es un derecho fundamental, que se encuentra
consagrado en los artículos sexto y séptimo de la constitución mexicana.
Vale la
pena hacer la precisión de sus vertientes porque en muchas ocasiones me he
percatado que se confunde un poco esa situación que tiene que ver con las
personas en general y con los periodistas y comunicadores en particular. No es
muy difícil de entender esos contenidos legales pero creo que tampoco resulta
inoportuno hacer una breve referencia.
El artículo sexto de la carta magna, tutela la libertad de manifestar
las ideas sin más restricción que la no vulneración de la moral, la vida
privada de terceros o la provocación de algún delito y la perturbación del
orden público. Agregando que el derecho
de acceso a la información plural y oportuna será garantizado por el estado. En
comentario más asequible, se puede decir que se refiere al derecho de toda la
ciudadanía de expresar su libre opinión. En tanto que el artículo séptimo
señala que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas,
a través de cualquier medio. Señala que, por ninguna vía, se permitirán
controles oficiales o particulares, para el papel para periódicos, frecuencias radioeléctricas
o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera
otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a
impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones. Además que ninguna
ley ni autoridad puede establecer la censura ni podrá coartar la libertad de
difusión.
Eso que señala la constitución en dos artículos muy especiales, que se
mencionaron en el párrafo anterior, en pocas palabras es la libertad de las
personas para expresarse y en el segundo caso la capacidad de difusión de los
medios de comunicación. Pero, decía que no es tan simple porque para llegar a
disfrutar de esas sencillas libertades tuvieron que pasar muchas cosas,
tuvieron que escribirse muchas páginas de historias personales y colectivas.
Tuvo que correr mucha sangre de auténticos visionarios, hombres y mujeres
valientes que enfrentaron con valor e inteligencia la oscuridad de la censura y
el autoritarismo oficial. Ejemplos de periodistas que lucharon por la
consecución de esa libertad hay muchos, quizá uno de los más simbólicos sería
el caso de los hermanos Flores Magón, que fueron perseguidos, asediados y
encarcelados para censurar su labor periodística de oposición al gobierno
porfirista. El medio de comunicación, prácticamente clandestino “Regeneración” y
“El hijo del Ahuizote”, que arrendaron para hacer sus ediciones, fueron el arma
fundamental para la búsqueda de este preciado don de los tiempos actuales, la
libertad de expresión.
Guardadas las proporciones y dispensando la disparidad de escenarios,
tiempos y circunstancias históricas, hubo muchos intentos posteriores de lograr
ese codiciado tesoro. Siguieron, siguen y seguirán apareciendo nuevos proyectos
informativos, mientras sean necesarios. No debemos olvidar que cada gobierno
municipal, estatal o federal, trae consigo su propio andamiaje de la verdad y,
en ese sentido, siempre será probable que sea la verdad de ellos la que quieran
que aparezca en la voz, hablada o escrita, de los medios de comunicación.
Muchos de esos medios, entran en un inescrupuloso maridaje y se suman al cuerpo
heráldico que pregona las verdades oficiales, muchas de las veces muy apartadas
de la realidad, del momento social e histórico que se mira, se siente y se
padece en las calles de una comunidad, un pueblo o una capital. En resumen, en
muchas de las ocasiones, por no decir que siempre, la narrativa social, el
dolor de la ciudadanía, de los campesinos, pescadores, ganaderos y la propia
burocracia, es muy distinta a lo que se dice en las páginas de los periódicos
al servicio de patrón (gobierno) en turno.
Es evidente que las letras, noticias y opiniones no concuerdan con lo
que está pasando en la sociedad, no hay ni la mínima coincidencia de lo que se
lee en algunos medios y el embate pernicioso que están sufriendo los actores sociales,
ante el autoritarismo y la corrupción. Es como si el patrón, usando los
recursos públicos para difundir su verdad, intenta vender la idea de que todo
funciona a la perfección al interior de su administración. Que los trabajadores
y trabajadoras al servicio de los poderes estatales, municipales y
descentralizados, viven en una amorosa luna de miel con su patrón y que no hay
ninguna queja por su parte. Mucho tiempo fue así en nuestro estado, hasta que los
trabajadores sindicalizados, por citar un ejemplo, mediante un visionario
proyecto informativo, denominado entonces “La
Verdad” y promovido por la lideresa Águeda Galicia Jiménez, decidieron
combatir ese esquema unilateral de contar la historia.
Fue precisamente hace once años que se decidió cambiar el curso de la
historia y se diseñó un medio informativo impreso. Durante un cierto tiempo
tuvo el formato y la característica de una gaceta sindical, una especie de
boletín hebdomadario (no, no se asusten con esa palabreja, solo significa
semanal o semanario), la visión ejecutiva y proverbialmente acertada, fue
integrando a la colaboración, el estilo de escribir de varias personas, muchas
de ellas del mismo gremio sindical, la idea era hacer periodismo de verdad,
traspasar los umbrales de la logia laboral y permear los amplios espacios de la
sociedad en general. Fue un trabajo difícil y lo sigue siendo, pero es
alentador ser testigo del crecimiento en dimensión y el desarrollo en calidad
informativa. Actualmente, el tabloide aquel que emergió de la necesidad
apremiante de contrarrestar los abusos de los patrones prepotentes, mitómanos y
corruptos; cuenta ya con un prestigio ganado a pulso.
La sociedad nayarita
siente como propio este medio informativo, hoy denominado “Semanario Gremio” y
en el que sigo colaborando desde hace más de nueve años, de los once que tiene
de vida. Más de una década de esfuerzo personal y colectivo, de una dirección
general férrea y evolutiva, de un trabajo editorial consistente y de una
audiencia generosa. Un mundo de lectores que nos sigue y nos brinda su
atención. Por esa razón, a nombre de todas las personas que colaboramos en este
semanario, agradezco infinitamente su preferencia y apoyo. ¡Feliz Décimo Primer
Aniversario al Semanario Gremio!
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.