JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS /
Periodismo Nayarita
"Extraña cavilación"
La mesa
del rincón de la vieja cantina era la menos iluminada de todas. Ni falta que le
hacía la luz a la cabizbaja sombra que, de vez en vez, empinaba con muchas
ganas su botella de mezcal. En la recia penumbra del lugar destacaban como
tizones encendidos sus brillosos y expresivos ojos. Pocos eran los parroquianos
que había a esas horas en la piquera clandestina.
La
escasa concurrencia hacía juego con la lánguida música que en vano intentaba
animar el ambiente sombrío del tugurio. Los tenues murmullos que se escuchaban,
no distraían en nada la profunda concentración del solitario pensador nocturno.
Si pudiéramos entrar en la órbita de sus pensamientos, casi se podría decir que
naufragaríamos en un mundo de corrientes bravas y, tal vez, caer en turbulentas
cascadas de estrepitosa gravedad.
En su
revolucionado cerebro convergían una larga serie de pensamientos. La mayoría de
ellos se podían clasificar como buscadores de respuestas. Era como si su cerebro
se hubiera convertido en Google y de
pronto le hiciera todas las preguntas que se le ocurrieron últimamente. Estaba
ahí, de sorbo en sorbo y de pregunta en pregunta.
Ajustó
un poco la máquina de pensar e intentó ordenar las preguntas. Era más que
necesario meter orden en ese maremágnum de ideas, priorizar algunas y
procrastinar otras. En parte por el alcohol ingerido y en parte por el terrible
abatimiento existencial, era de una inmediata exigencia encontrar respuestas
prontas a todos y cada uno de esos dardos envenenados que penetraban por los
recónditos rincones de su ansiedad de saber, por la angustiosa necesidad de encontrarse.
Era
sumamente difícil poder explicarse a sí mismo qué era lo que estaba pasando en
su vida, en la de su familia, su ciudad, su país y su universo. De pronto,
aquel mundo maravilloso se volvió gris, primero, y oscuro después. No era sólo
esa calamidad a la que llamaban pandemia. No era únicamente la amenaza de algo
letal y siniestro que intervenía autoritariamente en su vida para
desarticularla por completo, sino era algo más de fondo lo que incidía en su modus vivendi, algo que era más que un
accidente o una graciosa eventualidad. Su mente daba vueltas intentando pensar
que no era un castigo de Dios, y que él, enviaba a uno de sus jinetes
apocalípticos para castigar su poca castidad. No creía que eso fuera, aun así
pidió perdón de paso, por si las dudas. Su cerebro intentaba encontrar razones
menos divinas y trajo varios recuerdos desde su corteza prefrontal. Lo hizo con
cierta calma, pues su hipocampo era de verdad muy activo y servicial, por ende
siempre la mantenía a gran nivel de llenado y no convenía, al menos esta vez,
que todos llegaran en tropel.
Así
desfilaron por ahí, las teorías de Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx, John
Maynard Keynes, Milton Friedman, hasta Joseph Schumpeter, entre otros. Acudieron
sin recato alguno, diversas teorías conspirativas, masónicas o illuminattis, también el
asesinato de Trotsky, el Proyecto MK Ultra, el Irangate, entre muchas otras,
verificadas y ficticias. Así mismo, se agregó la imagen sonriente de Noam
Chomsky, refunfuñando en contra de la Globalización
abanderada por los Estados Unidos, como estandarte del dominio de la economía
mundial mediante la intervención del Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial.
Apuró
un nuevo trago de mezcal, secó el sudor de su frente y abrió de nuevo la puerta
a los aguerridos recuerdos que revoloteaban alegres en su mente. Encontró rosas
e infantiles, el Pacto por México, que firmaron el presidente Peña Nieto y los líderes
de los partidos políticos de México, PRI, PAN y PRD; protocolo político que
sustanciaba las reformas estructurales para privatizar a México; como parte
integral del programa criminal para vender a los socios extranjeros, los bienes
de la nación, mediante el denominado « México 2030, Proyecto de Gran Visión»
auspiciado por el gobierno calderonista; el mismísimo FOBAPROA (rescate de los
banqueros) que fue convertido en deuda pública por gobiernos priístas y otras
tantas barbaridades más; cuando cruzó por su mente la posibilidad de que la
situación sanitaria, económica y política actual, fuera también nada más y nada
menos que una conspiración mundial para rediseñar la forma en que se manejará
el ejercicio del poder.
Por su
mente, pasaron en un instante las contradicciones fundamentales que tiene el
sistema capitalista, según Marx; y hasta la novedosa y actual teoría de
Schumpeter de la destrucción creativa del capitalismo; pero fueron tantas las
alternativas y posibilidades, que de pronto sufrió una especie de agobio, que
le obligó a detenerse unos minutos. Pensó simplemente en que el sistema
económico actual está en plena decadencia. Que los dueños de la economía
mundial buscan nuevas formas de repartirse el control de la economía y las
riquezas de los países. Pensó que su vida estaba acabando lentamente, que las
cosas esenciales desfilaban ante sus ojos y él no hacía nada para controlarlas.
Se estaba dando cuenta que, aunque aún estaba con vida, no era más que
cualquiera de aquellos que habían sucumbido ante la letalidad de un
microorganismo. Se percataba que era un ser pasivo, sin participación. Que no
podía seguir así, desahuciado por él mismo. Sí, tenía que cuidarse, tampoco era
un suicida. Pero, tenía que actuar en consecuencia, pensar y actuar, ser
solidario y apoyar las buenas causas sociales. Decidir y vivir. Apuró el último
sorbo de la transparente botella, le dio un billete arrugado al cantinero y
salió despacio. Se colocó el cubre boca y se dirigió a su casa. Era un hombre
nuevo, bueno no tan nuevo, pero si más activo y decidido.
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.