jueves, 11 de enero de 2018

"De regreso a casa"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"De regreso a casa"


Es un poco difícil retomar el paso después de unos días de asueto. Me estoy refiriendo a cada uno de los ámbitos en los que estés realizando actividades. Puede ser en la oficina, en el periódico, en el estudio, en la asociación de periodistas o en todos a la vez. Pero, también es cierto que es algo muy natural y que en unos pocos días puedes volver a tomar el ritmo acostumbrado.

Es un placer regresar a casa por mejor que sean tus vacaciones. Por supuesto que se disfruta mucho salir de la rutina, visitar lugares distantes, saludar y convivir con familiares y amigos, degustar otros tipos de gastronomía, pero al final de cuentas siempre terminas extrañando tu casa, tu cama, tus sitios preferidos y el ritmo de tu comunidad y de tu vida.

Fue algo muy bueno estar en la capital de la república por unos días, aunque esta vez me sentí un poco más afectado por la contaminación y el frío que en otras ocasiones. Aun así, aunque no salí de paseo a un sitio especial, disfruté de la convivencia siempre amable y alegre que generalmente sabe generar mi familia política. Sin faltar la oportunidad de deleitarte con los incomparables manjares urbanos de la capital de los tlacoyos y los tacos de “suadero”, la gran “Chilangolandia”.

Me cuesta un poco de trabajo volver a levantarme temprano. Afortunadamente mi ciudad aún se encuentra en la modorra del vacío vacacional de las escuelas y necesito menos minutos para llegar a tiempo. Las calles se observan semivacías, lo mismo que la mayoría de las dependencias de gobierno, algunos centros comerciales y otros servicios. En resumen, creo que vale la pena disfrutar esa calma temporal que nos regala esta época del año.

Tanto el final como el principio de año son momentos especiales para los buenos deseos y la reflexión. En ese orden de ideas, les comento que, aunque me alentaba la curiosidad natural de periodista, esa que te impulsa a estar atento y enterado, estuve tratando de anteponer una actitud de aislamiento o separación de lo que sucedía en mi terruño. Experimento que resultó poco exitoso. Alentaba en mi pensamiento, y más en mi corazón, la esperanza que, como en los cuentos de hadas, al regresar a casa las pesadillas hubieran quedado atrás y al despertar me iba a encontrar con un mundo distinto, libre de violencia, de asesinatos y "levantones", de corrupción, de impunidad y, ya aprovechando el sueño, sin problemas de índole económica, sin aumentos de precios, ni pérdida del poder adquisitivo. Bueno, al fin y al cabo se vale soñar.

Hubiera sido mejor quedarme dormido. El despertar es muy doloroso. El panorama no pinta nada halagüeño. Así que después de la resaca de la sidra y la euforia decembrina, iniciamos el año nuevo con algo que ya no es nada nuevo, otro "gasolinazo". Otro golpe bajo a los mexicanos, otra mortal puñalada a la economía de las familias. Es inconcebible que a pesar de la ostensible inconformidad y hartazgo social los operadores de la mafia gubernamental sigan asestando esos mandobles inmisericordes, sobre todo estando ya a escasos meses de la elección presidencial.

Se podrá decir cualquier argumento tecnócrata, uno más de los artilugios de la jerga financiera, que los ajustes derivados de la liberación de precios, que si el “Impuesto Especial sobre Producción y Servicios” (IEPS), que si la cotización del dólar, que “si la manga del muerto” pero el caso es que siempre tendrá que “pagar el pato” el sufrido pueblo, porque es de dominio público que hasta los “gasolineros” hacen negocios sucios con los denominados “Huachicoleros” que roban millones de litros de gasolina a PEMEX y se los venden a mitad de precio, con la complacencia y/o complicidad de las autoridades.

Las nubes negras del escenario económico deambulan por doquier. Es de suponerse la escalada de precios que se dejará venir como consecuencia del gasolinazo. Todos los productos verán incrementado sus precios de manera automática, ya que aumenta el costo de operación, debido al transporte de todas las mercancías y al aumento también en muchos de los productos relacionados con la industria energética, como por ejemplo el Gas L.P. y otros. Y no me vayan a salir con el chistecito ese de que “a mí no me afecta el "gasolinazo" porque yo no tengo carro”, porque si no tienen carro es porque seguramente su nivel económico es de bajos recursos y menos probabilidad tendrán de adquirir todos los productos básicos que aumentaron su precio.

Si todo eso no fuera suficiente, nuestros flamantes representantes populares (léase senadores y diputados) han asestado nuevo golpe a los derechos de la sociedad con la aprobación de la “Ley de Seguridad Interior”, una legislación que ponen en entredicho la seguridad jurídica de las personas, en el ámbito de sus derechos humanos y de su patrimonio. Los serviles legisladores decidieron a favor de esta ley pese a las múltiples, constantes y reiteradas protestas de la ciudadanía. Ahora sólo queda esperar que la Suprema Corte de Justicia asuma realmente su papel de garante de la constitución mexicana y declare la inconstitucionalidad de dicha ley, una vez que se agoten los debates de interés nacional de todos los actores sociales, personas y organizaciones que defienden los derechos humanos, que se espera presenten las controversias constitucionales necesarias ante la corte.

Será este un año muy especial. Se están moviendo todos los hilos conductores de la política y se observa ya una definición de los escenarios y los actores principales de esta obra del teatro nacional. No se necesita ser un auténtico dramaturgo para identificar al protagonista y, sobre todo a los muchos antagonistas, que lucharán hasta el último suspiro, vendiendo su alma al diablo, si fuera necesario, con tal de  impedir el triunfo de un nuevo proyecto de nación.

Estaré atento a cada una de las sorpresas que me tenga reservadas el año que recién comienza. Sé que será un año muy difícil en muchos sentidos, pero aun así, conservo la esperanza que, juntos, saldremos adelante. Sigo confiando en el luminoso despertar de la conciencia social. Sigo esperando que el pueblo mexicano, que está harto de la humillación y el saqueo, abra por fin los ojos y defienda con uñas y dientes sus derechos fundamentales y su patrimonio familiar, pero sobre todo que esta vez sí esté dispuesto a recuperar la dignidad que le ha sido arrebatada.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.