*MÚSICA GÓTICA,
ESQUIZOFRENIA, PARANOIA, SANGRE Y PIEL EN LA ATMÓSFERA DE LA NOVELA DE KARLA
ZÁRATE; EL SUFRIMIENTO DE LAS FAMILIAS DE LAS VÍCTIMAS Y SU ENTORNO EN EL TEXTO
DE GENEY BELTRÁN FÉLIX
RENATO
CONSUEGRA / Periodismo Nayarita
Pachuca de Soto, Hgo; ago 28, 2014.- “La literatura nos expone y nos exhibe.
Cuando investigaba sobre esquizofrenia y me encontré con que una señal puede
ser repetir líneas de canciones o escucharlas mentalmente, me preocupé”. Y es
que la novela de Karla Zárate, que refiere una suerte de viaje al interior de
dos mentes codependientes muy enfermas, también tiene como sustrato la música
y, de un modo más especial, el punk gótico que obsesiona a su personaje
protagónico masculino, música que también es una de las obsesiones recurrentes
de la autora, según su propia confesión.
Así, finalmente llegó
la hora en que Karla Zárate presentó al público de la FUL 2014 su primera
novela, “Rimel”, editada bajo el sello de Suma de letras. Aposentada en el
pabellón “Margarita Michelena”, para la presentación de su libro y acompañada
por el presidente de la Feria Marco Antonio Alfaro, Karla habló de su novela
como quien habla de un hijo que pone en evidencia todo lo que se oculta en el
seno de una familia.
La autora, rubia,
espigada, peinada con un chongo señorial e impecablemente vestida con un traje
sastre de diseñador, quien dista mucho del estereotipo de la escritora de
historias sangrientas y perversas o de la fan típica del rock gótico, pues
parece más bien modelo de Vogue, señaló que los críticos han calificado a su
libro como un thriller psicológico en el que hay mucha sangre y mucha piel.
La novela va
desgranando como no existe nada más difícil en este mundo que la relaciones
humanas y revela a dos personajes, uno femenino y otro masculino, hermanos, que
preferían estar juntos y excluían a sus otros hermanos, a sus padres y a todos
los demás de su entorno y que al paso de los años la relación entre ellos se
hace más inquietante y enfermiza, persecutoria y obsesiva.
La primera parte está
escrita desde el punto de vista de Lisa, cuyo oficio es poner pestañas postizas
y la segunda desde la perspectiva de Kinn, el hermano, el cirujano plástico
obsesionado con la belleza y la piel. Ese tratamiento de la perspectiva o punto
de vista del narrador interior, a la vez personaje, significó para la autora un
desafío como escritora.
La historia que
construyó Zárate surgió en un taller literario en el que a Karla le
encomendaron hacer un ejercicio en el que el personaje tuviera un oficio
extravagante o raro. Así surge Lisa, y su oficio de poner pestañas postizas.
Este personaje es una mujer ensimismada, muy introvertida que escucha música
con los audífonos conectados todo el tiempo para aislarse del mundo.
A fin de cuentas, la
novela se divide en dos partes que cuentan la misma historia pero desde el
punto de vista de cada uno de los personajes. La primera parte la cuenta Lisa y
la segunda Kinn, el hermano obsesionado con la belleza y con meterse en el
cuerpo y en la psique de sus pacientes.
Los hermanos van
creando un mundo que sólo pertenece a ellos dos, a grado tal que crean una
criptolengua para poder hablar entre ellos cuando hay más gente. “Lisa, por
ejemplo, quiere estar tan dentro de su hermano y que él haga lo mismo con ella,
que Kinn le responde que sólo lo podría hacer si la desollara y ella le dice:
‘desóllame’. Para configurar a los personaje y su fluir psíquico escogí hablar
de la música que los personajes traen en la cabeza”, apuntó a autora.
“La música revela la
personalidad”, agregó Marco Antonio Alfaro. “Esta novela tiene una carga de
erotismo y sugiere un incesto, respondió Zárate, y así como se descubrió que
hay personas con ADN doble, que posee doble información genética, pue pasa
igual con la mente, como bipolaridad, esquizofrenia, etc. Investigué mucho
sobre música, padecimientos mentales, ya dije cómo los esquizofrénicos repiten
frases de canciones, por ejemplo. Y me involucré en indagar sobre el tema de
los dobles, siameses y gemelos. Así fue el proceso, intenso e interrogador”.
A Karla le gusta
mucho la parte de Kinn. Lisa le cae mal, por obsesiva detrás de Kinn. Le suena
cursi. “Al final, cuando investigas tanto y ves esas historias te das cuenta
que a ti no te ha pasado nada”, culminó la glamorosa Karla.
En el marco de la 27
Feria Universitaria del Libro que organización la UAEH y su Patronato, fue
presentada la novela “Cualquier Cadáver” de Geney Beltrán Félix,
contextualizada en un México extremo, año 2005, donde un político de izquierdas
es acusado de un delito que le impide llegar al poder en las siguientes
elecciones presidenciales.
El autor nos habla de
un país donde impera la impunidad y no existe la libertad de expresión,
volviendo así, vulnerable a cualquier medio de comunicación; refleja un mundo
mezclado entre la realidad y la ficción, la otra cara de la violencia, lo que ocurre
en la vida de las personas allegadas y cercanas a la víctimas de la violencia.
“Una novela como esta
puede proceder en el ámbito de la sensibilidad y emotividad de los lectores
para presentarles la otra cara de la violencia, qué es lo que ocurre en el
plano de las víctimas y de las personas cercanas a ellas, las secuelas que les
deja el sobrevivir a un hecho violento y cómo esto afecta sus vidas, es decir,
lo que no registran los medios de comunicación y que la sociedad no sabe cómo
enfrentar o como brindar un apoyo”, señaló el también premio Mazatlán de
Literatura 2014, durante la presentación de su libro, como parte de las
actividades de la 27 Feria Universitaria del Libro de la Universidad Autónoma
del Estado de Hidalgo.
“Cualquier Cadáver”,
editada por Ediciones Cal y Arena, narra la historia de “Emarvi”, un padre al
que le es secuestrado su hijo de siete años y cómo este vive y afronta este
suceso. La novela está sustentada en algunos hechos reales que el propio autor
investigó y conoció de fondo con lo que logra brindar al lector, en 229
páginas, una narrativa amena con la que se explora en las cavidades más incómodas
de la realidad humana.