Tema
obligado el de hoy. Es una efeméride que bien merece unas líneas, aunque es muy
probable que muchos de los colegas piensen lo mismo y, en ese caso, los
espacios informativos se llenarán de palabras y frases alusivas al asunto del
amor en cualquiera de sus manifestaciones.
Ojalá
que fuera cierto que no sólo los medios informativos sino todos los ámbitos se
vieran colmados de amor, de amistad, de buena voluntad. Que no fueran palabras
solamente, que fueran acciones, hechos concretos y verdaderos. Si ese fenómeno
del que “hablo” en este momento se hiciera realidad creo que el mundo sería muy
distinto.
Habrá
quienes me tilden de iluso por esta clase de comentarios y tienen toda la
razón, lo soy. Pero, por más que esas frases de amor parezcan un cliché, algo
gastado, obsoleto, estoy seguro que es algo tan real como estas líneas que
intentan atrapar su interés. Creo fervientemente en eso, aunque tampoco se
vayan al extremo de creer que estoy pensando en caudalosos ríos de miel y
piedras de caramelo. Estoy hablando de lo maravilloso que fuera la humanidad si
hubiera un poco de amor en el corazón de cada uno de nosotros.
Por
supuesto que entiendo que es sumamente difícil lograr ese deseo expresado en el
párrafo anterior. Reconozco que es cómo un sueño, pero qué sería de mi vida si ésta
no estuviera llena de sueños y anhelos. A pesar de la materialización del mundo
actual, corrompido por el lucro y la maldad, a pesar de las lamentables
amenazas nucleares y acciones beligerantes, me parece que este mundo aún está
girando porque existen o existimos, me incluyo, personas que creemos en el
amor, en la vida, quizá en Dios, de la manera que cada quien lo conciba.
Ya
lo decían los famosos Beatles, hace cincuenta años, en aquella canción sencilla
pero pegajosa y aleccionadora que se convirtió en un himno de batalla para los
movimientos sociales de aquella época, me refiero a “All you need is love” ó
“Todo lo que necesitas es amor” para los que no entienden el idioma de
Shakespeare. Esa frase, simple en
apariencia es un compendio, una acrisolada verdad, sencilla pero contundente,
porque todo lo malo que sucede actualmente en el mundo es, sin duda, por la
carencia de ese sentimiento.
En
esta fecha, el 14 de febrero, se celebra en muchas partes del mundo el día del
amor y la amistad, o ya en la parte santoral como día de “San Valentín”. No es
la primera vez que escribo acerca de este tema, desde distintos ángulos, el
mismo asunto pero todos tienen un algo diferente. Debo decir que esta
celebración siempre ha generado demasiada polémica y no es para menos, por el
alcance que tiene, hablando en términos de población mundial. Una de las
polémicas más frecuentes es que esta fecha la han instituido los emporios comerciales
con el obvio propósito del lucro. Aunque, hay que decirlo, esta celebración
tiene antecedentes muy remotos, incluso de carácter religioso. Entonces, no se
puede decir que hayan sido las cadenas comerciales las que crearon la fecha
sino que desafortunadamente el espíritu de la misma se ha venido distorsionando
con el tiempo.
Yo
siempre he intentado rendir homenaje a mi esposa de manera cotidiana, creo que
es preferible que comprarle un ramo de rosas ese día para “festejar”. El amor y
la amistad deben tener un altísimo sentido moral, más que comercial, sin
menoscabo que se pueda obsequiar algún detalle como parte de una bonita
tradición que siga exaltando la necesidad de mantener, más vivos que nunca,
esos bellos sentimientos.
Por
otra parte, como que encuentro innecesario denominar esta fecha como del amor y
la amistad, ya que, en el más estricto sentido, la amistad es sólo una forma de
amor, aunque éste sea de carácter fraterno y no de pareja, por tanto, la
amistad es sólo otra maravillosa versión del amor verdadero. Desde este
enfoque, podría decirse que tal vez, por razones de afianzar las probabilidades
mercadológicas, se haya sumado esta parte a la original. Decir que es día del
amor, o de los enamorados, limitaba la posibilidad económica, ya que sería
justamente los matrimonios, novios o pretendientes quienes abarrotarían los
comercios y los servicios. En cambio, agregando la parte de la amistad,
entonces se puede decir que ya la cobertura y la potencialidad de la gama de consumidores
se vieron incrementadas exponencialmente.
Así
que ahí están mis puntos de vista, que no intentan de ninguna manera persuadir
a los consumidores, novios, esposos o amigos, para no gastar sus quincenas en
regalos y banquetes, ese día, más vale
que quede claro porque de lo contrario me estaría arriesgando que me lincharan
la ANTAD y la CANIRAC, que son la asociaciones de tiendas departamentales y la
cámara de restauranteros, respectivamente, por “aguarles la fiesta” comercial.
Yo
me declaro un idealista, apasionado de la amistad y rendido enamorado de mi
esposa, igual adoro a mis hijos e intento también darles mucho amor, a veces disfrazado
de consejos y apoyos, de respeto y de buenos ejemplos. Si hay posibilidad de
tomar de pretexto y reunirnos, los que podamos, a comer es bueno, pero si no se
puede no importa, mientras nos sigamos queriendo como lo hacemos, de manera
natural, sencilla y cotidiana, no sólo en esta fecha. Así que si se tratara de
sugerirles algo a mis lectores, les diría que demuestren llanamente el amor que le tienen a
sus padres, a sus parejas, a los hijos y a las amistades, de una manera
sencilla pero sincera. Llamadas o mensajes, sólo por saludar. Visitas
ocasionales o sorpresivas. Dar abrazos y sonrisas, ser atentos con quien merece
nuestro respeto y dar generosamente la mano cuando exista en alguien la
necesidad o algún apuro, sea económico o moral. Esas serían, desde mi punto de
vista, muy buenas formas de celebrar el amor y la amistad de manera genial.
Evidentemente
eso tiene que ver con no cometer el error de tener en el olvido a tus
familiares y amigos, y el 14 de febrero decirles que los amas y los estimas,
sólo porque así lo exige el protocolo internacional de festejar a “San
Valentín”. Igual a los jefes en las oficinas, que durante todo el año tratan de
manera vergonzante a sus subordinados (as) y el día de la amistad andan
buscando “frasecitas cursis” y
obsequiándoles corazoncitos y bombones
mostrando una radiante y amabilísima sonrisa. ¡Qué hipocresía! Traten bien a sus subordinados, si no les
gusta sonreír no lo hagan pero al menos trátenlos con respeto y buena educación. Con eso basta para
que, de buen agrado, ellos les obsequien una sonrisa sincera y quizá, si lo
merecen, un gran abrazo con motivo de este polémico, pero maravilloso día. ¡Felicidades
para todos, los que puedan ver este artículo!
RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO EN LA
PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y
SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.