Después de la tempestad viene la calma, reza el famoso dicho. Algo así
ocurrió en nuestra entidad federativa, que se vio envuelta el pasado lunes en
una álgida protesta de trabajadores sindicalizados al servicio del estado,
municipios, organismos descentralizados, magisterio y otros más, por la
aprobación en el congreso de la popularmente denominada “Ley Navarro”. La calma del dicho, está representada por la
posterior postura del titular del poder ejecutivo quien dijo públicamente que
está abierto al diálogo con los representantes de los sindicatos agraviados por
la susodicha ley.
Lo anterior no tendría nada de significativo si no existiera el
antecedente que los líderes mencionados, especialmente los que representan al
S.U.T.S.E.M, la señora Águeda Galicia y Oscar Cedano, en su carácter de
Presidenta y Secretario General de dicha organización, respectivamente,
estuvieron “correteando” (en el mejor sentido de la palabra) al doctor Miguel
Ángel Navarro para que se sentara a dialogar con ellos. La propuesta era
propiciar un encuentro en armonía (o al menos con respeto) en el que se
analizara la situación real de la clase trabajadora, los adeudos de años, los
nulos aumentos salariales en la última década y, por supuesto, los contenidos
de la “Ley Burocrática” heredada con toda mala leche por el tristemente célebre
Toñito Echevarría.
Comentaron los líderes sutsemistas que la esperanza (vaya palabra tan
llevada y traída) estaba absolutamente puesta en la llegada del nuevo
gobernador, quien había dado señales (al menos en el discurso) de sensatez, inteligencia
y, sobre todo, empatía hacia las causas de la justicia en todas sus vertientes.
Fue razonable la espera para reunirse, en el entendido que el nuevo gabinete
debe asentarse y empaparse de los asuntos de la agenda pública. Pero el tiempo se fue haciendo tan largo como
un birote de Guadalajara y el
escurridizo galeno no se dejaba ver. Así que insistieron, una, dos, varias,
muchas veces y no se pudieron entrevistar con él, al grado que se distinguió
como el gobernador que duró más tiempo que ningún otro para recibirlos. Todos
los anteriores fueron un mes, dos o tres meses de espera para reunirse y
platicar con el sindicato mayoritario. En esta ocasión ya pasaron más de ocho
meses y aún no sucede, aunque ya dijo que, después del debate público sobre la
mencionada ley, se reunirá personalmente con los representantes.
Finalmente, el gobernador prometió hacer lo que tanto se le había
solicitado. De ahí que no puedo entender la razón o la necesidad de tener que
hacer tanto alboroto para forzar un acercamiento que bien pudo hacerse de
manera armoniosa, consensada, pacífica e institucional. La postura que fijó el
SUTSEM es de llegar a acuerdos razonables, analizar los puntos críticos que
hacen “chillar la mosca”, revisar el Convenio Colectivo Laboral punto por punto
y estoy casi seguro que podrían hacerse ajustes que resultaran pertinentes sin
ningún agravio a los derechos laborales que son conquistas sindicales logradas
en luchas de más de ocho décadas de historia.
La actitud asumida por la actual administración se ha tornado en muchos
asuntos un tanto perniciosa, y se puede notar en muchos espacios laborales. De
verdad no comprendo por qué se están dando algunas cosas que resultan poco
alentadoras. Entiendo a la perfección y estoy completamente de acuerdo en que
es más que necesario poner orden en varios rubros del gobierno estatal. Que los
momentos son difíciles y que es necesario tomar decisiones importantes
relacionadas con los presupuestos y muchos otros rubros del quehacer
gubernamental, pero también estoy seguro que hay mejores maneras de lograrlo,
sobre todo entendiendo que las formas son muy importantes. Recuerden que la
forma es fondo.
En lo personal, también tenía una amplia expectativa respecto a la nueva
administración, es más creo que todavía se pueden enmendar muchas cosas y
corregir la plana, creo sinceramente que no todo está perdido. Los virajes
positivos, los golpes de timón, suelen ser incluso más gratificantes, siempre y
cuando no sean solo espejismos, sino acciones auténticas, honestas, con plena
cabalidad y conocimiento de causa.
Dejémonos de librar esta lucha estéril entre
elementos de un mismo conjunto. Si bien es cierto que el binomio
patrón/trabajador tiene una considerable carga histórica de antagonismo, de
fricción y represión, también es posible afirmar que se han obtenido excelentes
resultados cuando existe la posibilidad de trabajar bajo el estandarte del
respeto y el diálogo. Debemos privilegiar el conocimiento real de las
condiciones actuales de las dependencias, apreciar los recursos humanos
valiosos, que los hay y muchos, anteponer siempre la cordialidad y el respeto
entre autoridades y subordinados.
Es triste ver que las historias se repiten,
llegan “los nuevos” con actitudes prepotentes y se enseñorean de sus espacios
haciendo a un lado, ignorando como viles desconocidos a personas que llevan muchos
años laborando y sirviendo, a veces estoicamente, en la institución. Ni
siquiera se toman la molestia de conocer las virtudes de sus “colaboradores”,
saber lo bueno y lo malo de cada uno de los empleados antes de ponerlos en un
rincón abandonado. Lo que se ve ahora muy seguido es que quienes ganan las
posiciones en áreas claves de las dependencias son las astutas y astutos que en
administraciones anteriores fueron relegados por incurrir en prácticas no muy
honestas y hoy se meten con disimulo, como la humedad y se ganan la confianza
de los funcionarios y funcionarias inocentes que no saben lo que se echan a la
bolsa.
Otra cosa que jamás imaginé de este gobierno es que fueran a usar las
mismas tácticas de los gobiernos represivos y autoritarios de antaño, como
tratar de usar el aparato judicial para amedrentar a las dirigencias sindicales
con montajes o invenciones de delitos, usando denuncias anónimas e infundadas,
videos viejos que ya fueron rebatidos y rechazados. Carpetas de investigación
que dormían el sueño de los justos y de pronto cobran mágica vigencia y cosas
por el estilo, que en lugar de que la sociedad se las crea, son tan obvias que
solo sirven para los famosos “memes”.
En fin, hay mucha tela de donde cortar de la incipiente vida de esta
administración, lo que hay poco es el espacio para comentarlo, pero estaremos
atentos a lo que se derive de esa primera escaramuza de choque que fue el paro
realizado en dependencias gubernamentales. Ya las “diligentes” autoridades se
aprestan a descontar la inasistencia y a levantar actas administrativas al
personal que protestó por las inequidades de la Ley Navarro. Por cierto estas
últimas carecen de solidez jurídica por diversas razones, pero como dijo la
famosa “Nana Goya”: “Esa es otra historia”.
RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA SIGUIENTE SEMANA -
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FRECONAY, A.C.