viernes, 30 de junio de 2023

"Aventura literaria en el sur"

 





JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Aventura literaria en el sur"


  Siempre es agradable iniciar la semana con una sonrisa. Esta no es una expresión literaria, una frase célebre o algo que se le parezca. Es una verdad tan grande, tan sincera y tan personal como la motivación que dejó en mí la reciente gira que acabo de realizar por las cabeceras municipales de San Pedro Lagunillas e Ixtlán del Río, así como la localidad de Santa Isabel del municipio de Ahuacatlán.

 Cuando se intenta realizar una crónica de sucesos tan importantes y tan gozosos, créanme que resulta particularmente difícil. No es que me ataque el síndrome de la hoja en blanco, muy al contrario, tengo tantas cosas que contarles que no sé por dónde empezar, supongo que lo mejor será que lo haga por el principio.

 El Supervisor de la Zona Escolar No. 6, el Dr. Miguel García López, me invitó a ser parte de un programa educativo denominado “Leer, para leer mejor” que consistió en seleccionar tres obras literarias de mi autoría para ser leídas por alumnos, maestros y directivos de tres escuelas secundarias técnicas de los municipios mencionados en el proemio. El ejercicio de lectura se realizó por módulos de una hora, posteriormente los alumnos elaboraron cartas que me enviaron para leer sus comentarios y preguntas respecto al libro que les tocó. Los libros participantes fueron: “Sueños de misterio, fe y esperanza” (Cuentos) en el primer grado, “El regreso” (Novela) en segundo y “Besos con sabor a cebolla” (Novela) en el tercer grado. La parte final, el cierre del proyecto, consistió en visitar los tres planteles escolares con el propósito de convivir con los lectores de las obras, platicar acerca de los procesos creativos y editoriales de la literatura, contestar las preguntas y esclarecer las inquietudes.

 Con amplias atenciones de parte del entusiasta impulsor del proyecto, iniciamos esta aventura por las tierras del sur de la entidad. Puedo decir ahora, que cada lugar tiene su contexto social muy particular. De igual manera, hoy puedo asegurar que tienen un común denominador, ese es la amabilidad. Es difícil describir en tan poco espacio tantas cosas maravillosas que viví en esos tres días de la agenda. Qué bueno que no se trata de un concurso entre escuelas, pues en menudo lío estaría ahora mismo para calificar cuál de ellas fue la mejor.

 Todas las visitas, las escuelas, su personal y su alumnado, fueron de lo mejor. Conquistaron mi corazón que hoy es un prófugo nostálgico de su cariño. Sus atenciones y detalles especiales atraparon irremediablemente mis sentimientos y hoy son parte imborrable de mi memoria. No hay forma de pagar tanta admiración y tanto cariño a mi persona y, principalmente, a mi obra literaria.

 Iniciamos la gira el día 21 de junio con un exquisito desayuno en San Pedro Lagunillas. Posteriormente, el maestro Francisco Javier Pérez Rodríguez, director de la Esc. Sec. Técnica No. 10 “Mateo Castellón Pérez”, el supervisor de zona y su servidor, tuvimos el honor de ser recibidos por la presidenta municipal, la Profa. Isabel Cristina Coronado Rodríguez, quien agradeció la visita y la trascendencia del evento cultural que se denominó: “Conferencia Magistral”. El escenario me pareció un mundo irreal. Digo esto porque no es común que un acto de carácter cultural tenga la suerte de tener un auditorio municipal repleto. Lo mejor de todo, una audiencia llena de interés, ordenada y entusiasta. Fue un momento emotivo, pletórico de luz, inspirador y mágico. Destacable la presencia y compañía del síndico municipal, Prof. José Luis Ocegueda Pérez, así como regidores y regidoras de diversas demarcaciones y otros funcionarios municipales. No se pueden pasar por alto los bellísimos dibujos y pinturas que adornaron el auditorio, todos realizados por los alumnos. Un evento muy bien organizado, en el que se destaca la coordinación de la maestra Martha, docente de la asignatura de español.  

 El día siguiente, jueves 22 de junio, arribamos a Ixtlán del Río, tocaba el turno a la Esc. Sec. Técnica No. 62. En esta ocasión no sería en un auditorio sino bajo el domo escolar que posee el plantel. Las sorpresas no cesaban. Después de una amistosa bienvenida por parte del director, el Maestro Flavio Augusto Rivera Torres, fui gratamente sorprendido con una muestra pictórica que prepararon los alumnos de artes visuales, coordinados por su profesora Ma. Concepción Cárdenas Macedo. Excelentes trabajos que tuvieron como tema inspirador la novela “Besos con sabor a cebolla”, la muestra incluía una preciosa obra de escultura en cerámica con la misma temática y un dibujo a lápiz muy bien logrado por una alumna que retrataba a este humilde escribano. Esta reunión, titulada “Café Literario”, fue también todo un éxito. La distribución del escenario, precioso por cierto, permitió mayor cercanía con los alumnos y maestros, estimulando su participación. Después de la exposición, leí fragmentos de las cartas que me enviaron los lectores de mis libros y finalmente vinieron las preguntas y respuestas, las fotografías, la firma de autógrafos y los abrazos de despedida. La magia de la lectura emergió como un gigante entre los desgastados muros de una ciudad que quiere ser libre.

 La jornada concluyó el viernes 23 en el pueblo más dulce de Nayarit: Santa Isabel, Municipio de Ahuacatlán; ahora en horario tempranero (7 de la mañana) en el enorme patio de la Esc. Sec. Técnica No. 18 “Francisco García Montero”. Una auténtica jornada de lectura y aprendizaje titulada “Convivencia Literaria con el autor José Manuel Elizondo Cuevas”. Una primera reunión general con más de 300 alumnos y maestros y una posterior, con el club de lectura y algunas personas más que se sumaron a la causa. Gran participación y mucho interés en conocer los entresijos de las historias, la curiosidad sobre los personajes y en general una avalancha de comentarios y preguntas que me hicieron sentir satisfecho de mi trabajo. Increíbles muestras de admiración y respeto por el autor y su obra. Realizaron también increíbles dibujos colocados en una sensacional mampara. Detalles amistosos que se quedan en mi corazón, momentos inolvidables que forman parte inseparable de mi bagaje de vida. Inmenso agradecimiento a todos por sus muestras de cariño. Abrazo especial para la maestra Francisca Silva Contreras, directora del plantel y al maestro de español, mi estimado Luis Rivera Jiménez, y a quien fue el principal impulsor de este proyecto de lectura, el Dr. Miguel García López. Por supuesto, también gracias a Dios por tanto.

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martes, 27 de junio de 2023

ASÍ ES BANDA LA ELEGIDA DEL REY

ENRIQUE GONZÁLEZ RODRÍGUEZ / Periodismo Nayarita

 

Tepic, Nay.-  Alan Fernando Covarrubias López en la tuba, Marco Antonio García Durán en las tarolas, Oswaldo Baltazar López Romero en la tambora, Daniel Sánchez Vázquez y Carlos Abraham Joya Lomelí en las armonías, Yahir Isaac Mora Galván, Ludwin Mozart Hernández Martínez y Jorge Ramírez Márquez en los clarinetes, Alfredo Pedroza Lozano, José Luis Sebastián Flores y Edrick Hernández Ramírez en las trompetas, Víctor Javier Valle Carrillo, Ismael Santos García y Roberto Muñoz Raygoza en los trombones, Alberto De Jesús González González en el acordeón y Cristian Alejandro Muñoz Méndez en la voz, son quienes integran y dan forma a Banda La Elegida Del Rey, la cual en un tiempo por demás corto ya se ha ganado con su excelente calidad musical e interpretativa un lugar en el gusto del público.

 

El origen de esta agrupación se remonta al día 9 de mayo del año 2021, cuando un grupo de músicos amigos se dieron cita en la colonia Las Pintas, al sur de la zona metropolitana de Guadalajara, con la intención de llevar “mañanitas” a sus familias con motivo del tradicional “Día De Las Madres”, recibiendo de todas ellas muy buenos comentarios respecto a lo bien que se escuchaban lo que los llevó a volverse a reunir en los días siguientes, para platicarlo y tomar la determinación de continuar, así como una banda, pero ya de manera formal.

 

La excelente calidad musical e interpretativa que todos los integrantes de la banda tienen, fue lo que hizo que “El Toro Del Corrido”, Lupillo Rivera, pusiera sus ojos y oídos en ellos convirtiéndolos a partir del día 18 de marzo del 2022 en su banda oficial para todas sus presentaciones en la república mexicana.

 

Muy al margen de lo anterior, los integrantes de esta jalisciense agrupación cimentan su historia de manera alterna, estando por dar a conocer las canciones “Qué Voy Hacer” y “Pero Me Acuerdo De Ti”, una inédita y un cover que forman parte de lo que será su primer material discográfico, próximo a ver la luz en las diferentes plataformas digitales.

 

Integrada por 16 excelentes músicos jaliscienses que son un claro compendio de experiencia y juventud, Banda La Elegida Del Rey es un claro ejemplo de lo que se puede lograr cuando se tiene calidad, claras las metas y plena confianza en la capacidad personal y grupal, así como sueños y ganas de trascender pues en lo que a ellos se refiere, el llevar su música a Los Estados Unidos De Norte América es algo que ya tienen planeado al corto y mediano plazo.

viernes, 9 de junio de 2023

"El ángel de la guarda"

 




JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"El ángel de la guarda"


  El viaje había sido muy tranquilo hasta ese momento. La familia Rodríguez viajaba a bordo de un coche de modelo muy atrasado aunque en buenas condiciones, un Chevrolet Impala modelo 1963. El motivo del viaje era llegar a San Juan del Monte, un pueblito pintoresco del occidente de México.

 Pedro y Susana solo tenían una hija, Rosaura de siete años, quien viajaba dormida en el asiento trasero del vehículo. Él había manejado más de seis horas continuas y el cansancio empezaba a hacer estragos en su cuerpo. Ella cerraba intermitentemente sus ojos, contagiada por los insistentes bostezos de su marido. Tenían que cruzar ese inhóspito paraje para poder llegar al hermoso valle donde se asentaba el pueblo que era su destino. Siguieron avanzando durante un rato hasta que de pronto…

 Un macabro rechinido de llantas, un grito lleno de angustia y en un instante el carro salió del camino y enfiló hacia el profundo desfiladero. La luminosa tarde, recién vencida por los grises pronunciados de la noche, vio rota su quietud por el desconcierto, la sorpresa y los gritos de los pasajeros, incluida ya en la escena la pequeña que adormilada lloraba sin saber qué estaba pasando.

 El hermoso coche empezó a dar tumbos de manera estrepitosa, girando a diestra y siniestra entre árboles y arbustos hasta impactarse con el tronco leñoso de un cedro que detuvo su loca travesía. Enseguida el silencio se apoderó de la escena por un prolongado momento.

 La oscuridad hacía más tétrica la escena. Por fortuna, la luna aportó una tenue luz que asomaba indiscreta entre las copas de los árboles. La niña miró con detenimiento a sus padres que permanecían inmóviles. Un pequeño vuelco en su estómago fue el indicador que algo muy grave había pasado. La inexpresión de sus rostros ensangrentados y la inmovilidad de sus cuerpos le indicaban a su inocencia que algo terrible les había sucedido. Perdió la noción del tiempo y como pudo se incorporó. Tocó las manos y caras de sus papás y las sintió frías y rígidas. El tono de su piel le hizo saber que ellos no podrían ayudarla jamás.

  El coche estaba destrozado, ninguno de los cristales estaba completo. Sabía perfectamente que estaba sola en medio de la oscuridad, en el fondo del barranco y, sobre todo, que era tan solo una niña desamparada. Empezó a imaginar las cosas que podrían suceder en aquel rincón boscoso. Tal vez habría lobos o coyotes hambrientos que devoraban a las personas, como lo vio en alguna película. Dudó unos instantes si se quedaba ahí, dentro del montón de fierros retorcidos, que le daban una relativa protección o salía a buscar el camino para esperar que pasara algún vehículo que la llevara a casa de sus parientes en el pueblo al que se dirigían.

 Muerta de miedo y frío se decidió a salir y buscar la ruta a la salvación. Entre el galimatías del trágico escenario, tuvo la suerte de encontrar una lámpara de baterías que siempre llevaba su papá. Como pudo la encendió y salió por una de las ventanas. Dando tumbos, sintió el crujir de la hojarasca debajo de sus pies y sobre su cabeza las fantasmagóricas siluetas de los árboles que se recortaban amenazantes en los destellos de la luna. Para colmo, empezaron a escucharse los aullidos de los depredadores nocturnos y el miedo se apoderó de sus sentidos. Se hincó en medio de la penumbra y pidió a Dios por su vida. Desde el fondo de su corazón salió aquella infantil plegaria que estremeció el pesado silencio de la noche.

 —“Diosito, te quiero mucho. No sé por qué suceden las cosas, menos entiendo por qué estoy aquí si ya te llevaste a mis papás. ¿Me voy a morir también? ¡Ah, ya sé! Me van a comer los coyotes y quedarán mis huesitos aquí en el bosque. ¿Seré una calaquita que vagará en las noches? Bueno, tú sabes lo que haces, si no me quieres ayudar ni modos, no me enojaré contigo. De todos modos te voy a querer siempre”.

 El pequeño haz de la linterna se movía erráticamente entre las tinieblas, pero siguió ascendiendo por la áspera ladera. El temor subió de nivel cuando escuchó el ruido de unas ramas que se quebraron. Ya no quedaba más que esperar el ataque feroz del animal que seguramente la acechaba. Cuando sintió la cercanía de la bestia nocturna, cerró sus ojos infantiles esperando el final.

 Dios había respondido a su plegaria, en vez de una bestia feroz estaba ante ella un rostro humano que le sonreía amistosamente. Era una joven alta, de piel morena y blancos dientes que destellaban en la noche. Su presencia apaciguó sus miedos y el cansancio desapareció. La cargó con suavidad y juntas subieron la cuesta. En el camino estaba el coche blanco de la chica. Subieron y en poco tiempo estaban en el pueblo. La bella joven dejó a la pequeña a la puerta de la comisaría y se alejó con rumbo desconocido. No importaba eso, finalmente ya estaba a salvo.

 Cuando el comisario abrió la puerta, vio a la asustada niña y la hizo pasar a la cálida oficina. Le sirvió chocolate con pan. Le dio confianza y seguridad para que le contara lo que había sucedido y por qué razón estaba ahí sola en medio de la noche. Rosaura hizo un detallado relato del accidente. El policía le aseguró que no debía temer nada, que se encargaría de llevarla con su familia. La niña asintió con la cabeza mientras sus ojos curiosos recorrían el muro de la oficina lleno de fotografías. De pronto, su mirada se detuvo en una de ellas. De inmediato le dijo al comisario que ella, la de esa foto, era la chica que la rescató y la llevó hasta ese lugar. El hombre se quedó petrificado. Sus ojos se llenaron de ternura y abrazó con fuerza a la niña. No le dijo nada. Cómo iba a decirle que era la fotografía de una muchacha que murió en un accidente en el camino que llevaba a ese pueblo. Cómo explicarle que el automóvil blanco y su cuerpo quedaron en el fondo del barranco, que seguramente era el mismo que la niña acaba de describir. No, no le dijo nada. La abrazó de nuevo, se persignó y le dedicó una amorosa sonrisa. No cabía duda que esa niña tenía un maravilloso ángel de la guarda.

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domingo, 4 de junio de 2023

"Cosas de la vida"

 



JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / 


Periodismo Nayarita



"Cosas de la vida"


  La vida es una suma de momentos. A veces nos toca vivir situaciones difíciles que no resultan nada agradables, pero también disfrutamos otros que gratifican el alma. Las situaciones no muy gratas, entre las que se pueden mencionar aquellas que tienen que ver con momentos trágicos o situaciones de salud, debemos intentar dejarlas de lado lo más rápido que sea posible para poder seguir dando pasos firmes en la vida. En contraparte, los momentos gratificantes o alentadores debemos atesorarlos en nuestra conciencia, en nuestros recuerdos buenos, en el corazón y en el alma.

 Para mi forma de sentir la vida, las cosas que tienen que ver con la salud y la felicidad de la familia son los elementos que se localizan en la cúspide de la lista de prioridades. Todo aquello que implica bienestar, estabilidad económica y emocional, desarrollo personal y el cumplimiento de los sueños, siempre serán bien recibidos.

 A veces decimos que la vida no es justa y parece ser esto una premisa indiscutible. Se requeriría de un profundo ejercicio de reflexión que quizá no nos llevaría a la consecución de una conclusión convincente.  Los análisis de esta naturaleza suelen ser subjetivos, individuales y hasta filosóficos. Por esa razón, a veces es más saludable (o práctico) hacer las ponderaciones personales de acuerdo con el bagaje que cada quien llevamos en nuestras alforjas vivenciales.

 En el balance que se suele hacer acerca de qué tan justa es la vida, yo he preferido ponderar las pequeñas cosas que integran el nimio universo de la cotidianeidad. Siempre digo que para contrarrestar la angustia que genera a veces la “injusticia de la vida”, es preferible encontrar el sabor y el valor de las “pequeñas cosas”. Es en ese ejercicio que he encontrado una forma de “ser feliz”. He dejado de buscar los grandes logros personales y decidí encontrar recompensas en los elementos cotidianos. El poder abrir los ojos por las mañanas, respirar sin dificultad, sentir la presencia amada a tu lado, levantarte y ver la brillantez del sol, esos ya son premios suficientes que agradecer a la vida. Si a eso le sumo los privilegios de tener el amor de una gran familia y el cariño de varios amigos sinceros, siento que eso ya es un invaluable caudal, una pequeña gran fortuna.

 Discernir a fondo este tipo de conceptos quizá no sea nada fácil, pero tampoco debemos tomarlo como un examen forzoso. Únicamente se trata de una simple (que no sencilla) reflexión que pudiera, en su momento, darnos luz en el intrincado y difícil universo de la búsqueda de la verdad.

 Debo advertir que no es muy común que aborde este tipo de temáticas, convencido que es un tópico por demás controversial y muy difícil de consensuar, dada la pesada carga de subjetividad que, por necesidad natural, tendrán las opiniones que pudieran originarse. Aunque por otro lado, resulta muy positivo generar la chispa del debate de ideas, por el solo hecho de ser un buen pretexto para pensar.

 Creo también que no es la vida quien nos da la justicia o nos la quita. Quizá cuando decimos eso nos estemos refiriendo a la parte azarosa, la parte trágica que ya había mencionado, pero para ser sinceros, en la mayoría de los casos no es la suerte o “la vida” quien define las situaciones de cada persona sino son las decisiones personales que se toman en un momento determinado de nuestra existencia. Citaré un ejemplo para este caso. Si yo digo que la vida es muy injusta conmigo porque en mi trabajo no he tenido el reconocimiento, ni han valorado las aportaciones de mi trabajo profesional durante tantos años de servicio y sufro una situación de inequidad y humillación, quizá debiera reconocer que no tomé las decisiones correctas en determinados momentos de mi trayectoria laboral o tal vez dejé que las cosas llegaran a esos extremos permitiendo que, después de muchos años de ser factor importante en el desarrollo de mi dependencia, con preparación profesional y abundante experiencia laboral, actualmente siga teniendo un bajo nivel en el catálogo o tabulador de sueldos y gane casi igual que un peón de limpieza (sin querer ser peyorativo) o mucho dinero menos que la persona que saca las copias o la que las recoge y las lleva a la oficina, siendo en ambos casos, su única responsabilidad.

 La vida entonces no es injusta, los injustos son los que toman las decisiones para asignar esos niveles, los funcionarios que han pasado por alto todos esos elementos con los que fácilmente pudieron hacer un acto de justicia. La vida no es injusta, la injusticia procede de los funcionarios de la institución que han generado la ignominiosa situación laboral que sigo esperando me resuelvan.

 Espero que la verbigracia utilizada sea lo suficientemente clara para explicar el asunto de la vida justa o injusta, pero sobre todo que, cualquiera que sea el resultado de esta lectura, sirva para ampliar los horizontes de pensamiento y acción de mis amables lectores. Así pues, concluyo diciendo que esa es la intención que subyace en este texto. Además de dejar en sus manos algunas líneas que resulten atractivas y propositivas, sean también una fuente de  reflexión.

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