viernes, 4 de septiembre de 2015

A 30 AÑOS DEL ’85…




A 30 AÑOS DEL '85... 


El Terremoto que sacudió la Ciudad de México el jueves 19 de septiembre de 1985 en punto de las 7:19 horas, tuvo una magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter, y se considera que es el más significativo y mortífero de la historia de México. Peor aún: al día siguiente por la noche, hubo una réplica que asustó aún más a los millones de habitantes del centro de la República Mexicana.  Esto tuvo lugar a las 19:38 horas y terminó por dañar diversas estructuras.
 
Fueron unos cuantos segundos, suficientes para que el resto de sus vidas vivieran intranquilamente, con la zozobra de que en cualquier momento podría venirse abajo no sólo el patrimonio forjado con esfuerzo y trabajo durante muchos años, sino su vida misma.

Así fue como hace casi 30 años el país entero se dio cuenta que en realidad no se estaba preparado para una catástrofe de origen natural; para que las autoridades mostraran su incapacidad para tomar las riendas y dar solución al grave problema que enfrentaban miles de capitalinos. 

Una vez más, estos hechos serán recordados el próximo 19 de septiembre, a 30 años de ese terrible episodio en la historia de México, donde se reportó como cifras oficiales el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas… pero hay quienes aún aseguran que la cifra rebasó los 40 mil muertos.

Más de 4 mil personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros por parte de la sociedad civil, que, a diferencia de las autoridades de ese entonces, dio muestras de organización y cooperación altruista.  Miles de viviendas y edificios mostraron daños en su estructura, de manera total o parcial.  Milagrosamente la Torre Latinoamericana, un caso excepcional de ingeniería, no sufrió daño alguno.

Hospitales como Juárez, General y Centro Médico Nacional también sufrieron los embates de este fenómeno natural; personal de los nosocomios al igual que pacientes, quedaron sepultados entre los escombros, lográndose rescatar solamente a poco más de dos mil personas.

Entre estos seres humanos rescatados, se hallan algunos recién nacidos, en especial tres: dos niñas y un niño, mismos que fueron rescatados de entre los escombros del Hospital Juárez, siete días después del terremoto.  A estos bebés se les conoce como “Los Bebés del Milagro”, ya que permanecieron durante esos siete días bajo los escombros, completamente solos, sin que hubiera quién les diera de comer o beber, que los cubriera y les diera calor humano… y a pesar de tener todo en contra, salieron vivos. 

No había servicio de energía eléctrica.  Al cabo de tres días del Terremoto del ’85, sólo se había restablecido el 38% de este servicio, ya que se dañaron 1,300 transformadores, 5 líneas de transmisión, 8 subestaciones, así como 600 postes de luz.

A partir de ese 19 de septiembre, el servicio de telefonía local de la que fuera empresa estatal Telmex fue gratuito, hasta que vino la privatización de ésta, en la década de los 90’s.  Fue en marzo de 1986 que se logró restablecer la comunicación telefónica de larga distancia nacional e internacional.

La escasez de agua venía acompañada de las alertas de sanidad, ya que había pruebas de la existencia de sangre proveniente de las víctimas del fuerte sismo en el agua potable de toda la red de la Ciudad de México.

Fracturas, grietas y hundimientos presentaron más de 510 mil metros cuadrados de la carpeta asfáltica de las calles de la Ciudad de México.  Más de 85 mil metros cuadrados de banquetas quedaron destruidos, así como sus respectivas guarniciones.

En cuanto a los empleos perdidos se contabiliza en miles, quizás más de 200 mil.

Un aspecto positivo de toda esta tragedia vivida por los millones de capitalinos, es que se creó la agrupación civil “Brigada de Rescate Topos Tlatelolco”, grupo de rescate que hasta nuestros días, ha venido auxiliando a la población, e incluso a nivel internacional participando en labores de rescate como el Terremoto del Océano Índico del año 2004, fenómeno que generó una ola gigante, el Tsunami.


CENAPRED: TERTULIAS DE PREVENCIÓN

Hace 30 años, nadie se imaginaba la magnitud de los daños que ocasionaría un sismo sucedido en el mes de septiembre, por lo que ahora, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), organiza las Tertulias de Prevención, con motivo del 30 aniversario de los sismos de 1985. Tan sólo en 2014, se registraron 7 mil 588 sismos en la República Mexicana.

Esos sismos pudieron detectarse debido a que se han colocado estaciones sísmicas en regiones donde no las había; ahora es posible medir sismos de magnitudes pequeñas y se pudieron observar de 25 a 30 sismos diarios en el primer trimestre de 2015, a través de 165 estaciones distribuidas por todo el territorio nacional.

En México, son cinco las placas tectónicas que interaccionan constantemente y por lo tanto, derivan en una gran actividad sísmica: la placa del Pacífico, la placa de Norteamérica, la placa del Caribe, la placa de Rivera y la placa de Cocos.

Así, los parámetros de sismicidad que se reportan después de cada evento, son el tiempo de origen, las coordenadas geográficas, profundidad magnitud y epicentro.

El SSN no emite ningún tipo de alerta sísmica, pero la información que genera es relevante para saber los pormenores de los movimientos de la tierra. Quien emite las alertas, es el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES).

Carlos Valdés, director general del CENAPRED, mencionó que todo el tiempo está temblando, no ha habido un solo año en que este tipo de eventos no sucedan; los temblores ocurren a diario, son constantes y algunas veces, imperceptibles.  Para evitar riesgos, es importante planear las ciudades, es decir,  las construcciones que en ellas se edifiquen y lugares estratégicos para ese fin. Recordó que en el primer sismo en México, en el año de 1957, se registraron daños importantes en diversas construcciones. A raíz de esta situación, nació el primer reglamento de construcción en México.

México es un país que por sus características, es y será sensible a los constantes movimientos de la Tierra. Muchos son los temblores que se han registrado, entre los más recordados está el que ocurrió en 1957, que tuvo una intensidad de 7.7 grados según el Servicio Sismológico Nacional. El saldo: 68 muertos, daños en varios edificios y casas de la capital del país; la estatua del Ángel de la Independencia colapsó.

Otro sismo muy significativo, el ocurrido el 19 de septiembre de 1985; las zonas más afectadas fueron el centro, sur y occidente de la República Mexicana especialmente la Ciudad de México.

El sismo tuvo una grado de intensidad y afectación variable en el Valle de México, siendo catalogado en la porción central de la Ciudad de México como VIII (Destructivo) o IX (Ruinoso), mientras que en la parte metropolitana dentro del grado VI (Fuerte) en la escala de Mercalli.

Los terremotos son sismos fuertes que ocasionan daños leves a severos. Después de un terremoto es posible que ocurran otros sismos de mayor o menor magnitud que el original, que son conocidos como réplicas y que pueden causar daños, incluso mayores que los que ocurrieron durante el temblor principal.


è MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C. ç


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