miércoles, 19 de octubre de 2016

"Diálogo con el diablo"


JOSÉ MANUEL ELIZONDO CUEVAS / Periodismo Nayarita



"Diálogo con el diablo"


Qué difícil es poder diferenciar la fantasía de la realidad. Quizá eso suene muy raro, pero todo es cuestión de aclarar bien lo que intento decir con esa frase. Por ejemplo, me imagino que a muchas personas les ha pasado que sueñan cosas que parecen reales y que éstas suceden después. En esos casos, si consideramos al sueño como una fantasía y al suceso posterior como la realidad, resulta muy difícil saber cuál es cuál,  si ambas cosas o hechos suceden de manera igual o muy similar.

Otro caso es cuando escuchamos decir que “la realidad supera a la fantasía” para establecer que las cosas que vemos en una obra de ficción, una novela o una película, no son nada comparadas con lo que sucede en la vida real. Tal es el caso de las películas de narcotráfico, trata de personas y otros temas parecidos, en las que por más crudeza que usan siempre nos dejan la sensación de que quedan a deber con lo que sucede de verdad en nuestra sociedad. Por ahí va la idea que intento transmitirles. Aunque realmente este proemio es para contextualizar lo que les comentaré a continuación.

No sé si fue la exaltada imaginación que me cargo, quizá una pesadilla o tal vez la quesadilla que me engullí antes de dormir, pero de pronto estaba ahí, frente a un personaje de aspecto tenebroso. Su cara era una ridícula combinación de facciones perversas y grotescas, algo así como la perversión de la cara del Toro González Curiel y lo grotesco de las facciones de Pepe Atoles. Perdón que les haga pasar por estos malos ratos y les revuelva el estómago, pero era indispensable ejemplificar esos “distinguidos” caracteres.

Este personaje era el Diablo, según él. A mí no me pareció tan siniestro, será porque en mi tierra estoy acostumbrado a ver personajes peores. Basta con ir a casa de gobierno o a una que otra dependencia del ejecutivo para encontrar caras y vibras más satánicas que en un cuarto de exorcismos. Pero bueno, siguiendo con la historia, le pregunté si entonces yo había muerto y estaba a las puertas del infierno. Obvio pensé que su respuesta sería contundentemente afirmativa, pero la sorpresa fue que me dijo, en un tono discreto, tipo polizonte susurrando, que no. Bueno que yo sí estaba fenecido, y que sí era él el diablo, pero que no estaba a las puertas del infierno sino del cielo. Eso me causó gran confusión, por eso le pregunté en el acto.

- ¿Cómo que es el cielo y soy recibido por el diablo?  ¿Cómo está eso?

Me atrajo hacia su cara y jalando una punta de su fino bigote espiralado, me dijo:

- Es que recientemente detecté que hay muchos muertos que están usando visas falsas para entrar al cielo cuando en realidad deberían ir conmigo al calorcito de las catacumbas infernales. Por eso estoy aquí dando una “checadita” antes de que lleguen a la puerta principal y le metan autogol al viejo San Pedro, que está más ciego que el árbitro que le perdonó el penal al América para que perdiera el partido el Cruz Azul. Con decirte que hace poco llegó un tal García Villela que entró “sin tocar baranda” a la santa gloria. Era obvio que el anciano de la portería celestial no iba a darse cuenta de que la visa era clonada, si el tal Pancho ese era un experto en clonar permisos de taxis en la tierra, allá por un pueblo donde dicen que todo es de la gente, pero que la gente no tiene ni para tragar. Eso es lo que me hizo venir aquí. Quiero evitar que me dejen sin clientes a quienes fastidiar en mi changarro.

- Bueno pues ya viste que mi visa sí es buena. Yo sí puedo entrar legal al cielo. Aunque te confieso que ya me pusiste a pensar en el número de cachirules con los que tendré que convivir en la gloria. Cuántas de esas “fichas” que no merecen estar, habrá allí adentro y tener que soportarlos. Uggg. Bueno y dime, de tus cien últimos ingresos. ¿Qué tipo de personas son?

- Pues no creas que he tenido buena cosecha. La mayoría son peces chicos, puro charalito que me mandan porque allá los fiscalizan por robar una bicicleta, unas frutas, unos panes o cosas así. Los meros gallones se me pelaron porque se le colaron a Don Pedrito. Yo ya les había echado el ojo a varios  polítiquillos que de la noche a la mañana se hicieron millonarios. De hecho yo fui quien les puso las tentaciones, ese es mi método preferido, pocas veces falla, son pocos los que se resisten al dinero y al poder. Le traía ganas a un albañil, un chaparrito gracioso, risueño, un muchacho que seguido lo miraba agarrándose allí abajo, donde te platiqué. Era bravo ese chiquitín, lo traía ya en mi lista negra, le di poder de más, de albañil pasó a ser millonario, con negocios jugosos, tenía un negro historial, como me gusta, humillaba, mentía, traicionaba, robaba, pero me descuidé, le dieron fuero y seguro tuvo la influencias necesarias para colársele al viejito de la puerta del cielo.

Yo escuchaba atentamente al siniestro personaje, aunque no entendía por qué en lugar de darme miedo su relato me daba risa. Lo dejé que continuara su historia y me dijo que se le escapó otro candidato (brincos diera) que tuvo también una carrera política meteórica. Ese es un personaje que en tiempo record pasó de ser taxista del montón a líder de taxistas, zar del transporte, político “honorable”, millonario, diputado y líder municipal de un partido muy chamuscado. Ese también se me escurrió de mis garras, después de haber sido uno de mis pupilos preferidos. Maldito fuero, es el causante de todas mis desgracias. En eso estábamos cuando pasó un hombre de sombrero, montado en un blanco corcel de pura raza, y sin mostrar papeles ni nada se metió al galope al cielo, dejando una polvareda de nubes blancas.

Le iba a seguir preguntando de más candidatos o mejor dicho ya ganadores del infierno, pero también consideré que podríamos pasarnos eternidades checando esa lista interminable de nombres. Y la verdad yo ya quería entrar a las instalaciones del cielo porque me sentía algo cansado del viaje y además tenía ganas de ir al baño. El diablillo se me quedó viendo fijamente con una carita de tristeza que la verdad sentí ternura y lástima por él. Era lógico que estuviera así, después de todas las “diabluras” que le hicieron los famosos políticos de la gente y de las que aún le seguirían haciendo si algunos de ellos se colaran a las nuevas camadas de mesías de la política que están luchando por seguir viviendo de la indiferencia e ignorancia de los ciudadanos.

Me invitó a sus dominios, aunque sea por una temporada, me dijo que me presentaría a varios árbitros de fútbol y a varios abogados que estaban con él. Yo decliné la invitación y le dije que podía ayudarlo investigando los cachirules que viera adentro gozando del cielo, y él me dijo que sí, que le diera los nombres de ellos para poner una demanda, yo le contesté que nada más no la fuera a meter en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Nayarit porque lo iban a “mandar al diablo”. Jajajaja. No supe a ciencia cierta si esa risa siniestra fue del Diablito o fue mía, porque justo en ese momento me despertó mi esposa, terminando con aquel sueño de locura.

RECIBAN UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C. 

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