MÉXICO: SUBE
CORRUPCIÓN, BAJA TLC
Después
de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en la Unión Americana, México
ha sido uno de los temas más recurrentes en noticieros de Latinoamérica,
principalmente. ¿El tema? Las relaciones
bilaterales entre ambos países, el TLC y el muro entre muchos otros. A ese “pleito casado”, se le agrega que una
vez más, el Índice de Percepción de la Corrupción, un estudio que se realiza a
nivel mundial, coordinado por Transparencia Internacional y ejecutado por las
oficinas locales, en el caso de nuestro país, Transparencia Mexicana, ha
publicado que México ha aumentado sus niveles en este tema, desde el año 2001,
que ocupaba el lugar número 57 para pasar en el año 2016 al lugar 123, de 176
países calificados.
Cada
año, desde 1995, se publican los resultados del Índice de Percepción de la
Corrupción (IPC) y, cada año fuera del
2014, México ha caído en su calificación. En el estudio de 2015, el
país registraba una calificación de 35 (donde 0 es altamente corrupto y 100 virtualmente
sin corrupción) y, de entre los 176 países evaluados, alcanzó el lugar
95; este año se fue, en picada, a la posición 123.

Frente
a la crítica de organismos internacionales, las autoridades federales han negado
los hechos presentados. ¿Habrá una respuesta semejante frente al IPC de
Transparencia Internacional, o se tomará en cuenta para construir instituciones
que de verdad atajen un problema estructural como éste?
Por
otra parte, referente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN,
el gobierno había manejado una postura conservadora ante los embates de Trump
de renegociarlo, bajo la amenaza de que saldrían del tratado si no se mejoraban
las condiciones para los Estados Unidos. La estrategia ha sido clara:
doblegar a México antes de iniciar las negociaciones calculando que así cederá
a las condiciones que busca imponer el gobierno estadounidense, todo
esto mediante métodos de desestabilización y de generación de incertidumbre que
van desde las amenazas de impuestos arancelarios a empresas estadounidenses y
del mundo que tengan planes de inversión en México, hasta la retención de las
remesas enviadas a México por migrantes.
Estas
estrategias sí han surtido efectos sobre México y su economía: nuestra moneda
se ha depreciado fuertemente frente al dólar casi un 15% en los últimos meses,
las inversiones en nuestro país se encuentran detenidas o han sido canceladas a
raíz de las amenazas arancelarias del presidente Trump.
¿Qué
cartas tiene México a la mano para negociar con Estados Unidos? No son
muchas: un posible arancel a productos de Estados Unidos destinados
estratégicamente para la exportación, tal como es el maíz, específicamente esta
medida afectaría al llamado “Midwest”, que paradójicamente es uno de los
grandes bastiones de Trump y cuya principal actividad económica es la
agricultura, que en muchos de los casos está enfocada a la producción de maíz
que luego es exportado a México; en ese sentido, un impuesto arancelario a sus
productos mermaría considerablemente sus utilidades y volvería a sus productos
menos competitivos en el mercado, resultando en un efecto contraproducente a lo
prometido por Trump.
El
desafío que enfrentará México es mayúsculo, pero también es cierto que estos
hechos han sacado al país de su zona de confort; ¡México debe despertar!
Y DEL MURO DE
TRUMP…
Otro
aspecto que se ha manejado recurrentemente ha sido el Muro que el
estadounidense Trump quiere construir en la línea fronteriza. Las órdenes
ejecutivas firmadas el pasado miércoles por Donald Trump y la guerra de
declaraciones en redes sociales que le siguieron, fueron seguidas no sólo
por los millones de mexicanos y méxico-americanos a los que nos afectaba
directa o indirectamente la aún posible, pues no está aprobada aún por el
Congreso, construcción del muro fronterizo, sino también por toda la
comunidad internacional: más allá de afiliaciones ideológicas o económicas,
todo mundo estuvo al pendiente de un suceso que abre, definitivamente, una
brecha entre los Estados Unidos de Donald Trump y el resto del mundo.

El
presidente de Bolivia, Evo Morales, lanzó un ‘tuit’ de apoyo a México, recordándole
algo que el mismo Peña Nieto dijera en el mensaje que diera la semana pasada
respecto a la “política exterior”: es urgente en momentos como éste el
recordar que México forma parte de una comunidad de países a los que los
hermana no sólo un idioma o una historia semejante, sino, también, las bases de
sus ideas de nación. Incluso el ultraconservador gobierno de Michel Temer
en Brasil apoyó al mexicano, diciendo que “las cuestiones entre pueblos
amigos –como es el caso de Estados Unidos y México– deben ser solucionadas con
diálogo y la construcción de espacios de entendimiento”.
El
impulso de apoyo que tenido el gobierno mexicano podría convertirse en la punta
de lanza contra la normalización de las políticas de Trump, en una base crítica
contra las decisiones unilaterales que está tomando que no sólo le afectan
internamente, sino que tienen impactos globales, como su ataque contra los
migrantes o sus declaraciones sobre cancelar toda regulación ambiental.
Ahora
bien, ¿cree que el gobierno de Enrique Peña Nieto sabrá aprovechar esta
situación, o seguirá buscando “diálogo” con alguien que ha demostrado que no se
preocupa por eso?
**MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**
Agradeceremos sus
comentarios y sugerencias en el celular y WhatsApp (311) 910 77 77 o bien, en
el correo electrónico poderypueblo@gmail.com
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