"Pueblo -vs- Pueblo"
Existe
una sentencia popular que reza “mientras más vivo, más veo”. Ni siquiera
recuerdo de quien la aprendí, pero seguro que fue en mi pueblo natal. Este
dicho popular intenta explicar que a veces se asombra uno tanto de algo que
cree que ya no le volverá a pasar, pero pronto se da cuenta que a la vuelta de
la esquina te puede esperar una sorpresa aún mayor. Esa es la explicación que
yo tengo en este tema y enseguida les diré la razón por la cual la pongo a su
distinguida consideración.
Me
había asombrado el número de comentarios favorables a un gobernante que la
mayoría ciudadana condenó a través de la preferencia electoral. No vale la pena
ni mencionar su nombre, al fin y al cabo él ya se encargó de ponerlo por todos
lados. En programas sociales, en fraccionamientos y en un sinfín de cosas más
que, al final de cuentas, sólo son banalidades de un alma atormentada y
delirios de grandeza de una mente desquiciada, soberbia y obsesiva. Me quedó la
duda del porcentaje de los mensajes reales contra los que son bots (falsos
seguidores) y justamente retomé esa inquietud al ponerme de nuevo en el ojo del
huracán cibernético y revisar los cientos de comentarios vertidos a favor y en
contra de las medidas de presión que ejercieron los trabajadores sindicalizados
del Ayuntamiento de Tepic, ante la negativa del pago de prestaciones y demás
adeudos que les ha escatimado de manera sistemática el alcalde suplente David
Guerrero Castellón.
El paro
de tres días que paralizó algunos servicios del ayuntamiento en cuestión,
principalmente la recolección de basura, fue la parte álgida de este asunto. Quizá
la vialidad no despertó tanto enojo en la ciudadanía como el asunto de la
basura acumulada en la ciudad, sobre todo cuando pasaron ya las cuarenta y ocho
horas de paro laboral y entraron a las siguientes veinticuatro más.
Este
asunto no hubiera tenido nada de espectacular de no ser por la actitud
intransigente del alcalde de marras. Se han visto en la historia local muchos
casos como este y no han pasado a mayores. Evidentemente estamos hablando de
situaciones en las que intervinieron funcionarios con cierto grado de conciencia
y un mínimo de conocimiento en el arte de la política, por supuesto que no es
el caso de David Guerrero. Me atrevo a decirlo de esa manera porque conozco el
asunto de primera mano y sé que es muy doloroso para los trabajadores escuchar
el único argumento del patrón, a la vieja usanza de Juan Gabriel: “No tengo
dinero ni nada que dar”.
No
quiero entrar a las tripas de este asunto porque no es el tema en sí, aunque si
es necesario contextualizar el caso para evitar confusiones o sesgos. La gran desavenencia
se podría poner de esta manera. El patrón (el alcalde suplente) desde su
ascensión al cargo ha demostrado animadversión al gremio sindical del SUTSEM, la
cual deviene de su conocida formación empresarial en el sector privado, por
cierto con no muy buena fama entre quienes han trabajado para él. Además de la
deuda heredada por la administración anterior, existen laudos y otras
prestaciones que ya corresponden a esta que frisan los 250 millones de pesos,
que no tiene la menor intención de pagar, dado que en lugar de sentarse a
negociar alguna forma de ponerse al corriente o al menos demostrar la voluntad
de resolver este problema que afecta la economía de los trabajadores y sus
familias, adoptó una postura agresiva y prepotente, una actitud beligerante al
grado de amenazar a los manifestantes con el despido y realizar denuncias
penales por secuestrar camiones. En todo este galimatías, se debe señalar que
varios millones de ese monto corresponden a descuentos económicos directos en
la nómina de los trabajadores que no han sido reportados al destino
correspondiente lo cual se constituye en un delito.
De esas
diferencias en las posturas de las partes se deriva la gran polémica que traje
aquí. El alcalde asumió una actitud absolutamente intransigente. Imponer su
razón por la fuerza del golpe mediático, haciendo alarde de su capacidad de
compra de medios de comunicación, denostando la calidad del trabajo de sus
subordinados e intentando exhibir datos de personal sindicalizado que según su
decir “ganan fortunas”. Distintas manipulaciones de la información y de un
equipo de trabajo dedicado a poner en contra del SUTSEM a buena parte de la
ciudadanía, sobre todo aquella que es más frágil que un barco de papel en una
creciente de río.
Todas
las movilizaciones, sean políticas, laborales, etcétera, causan molestias a la
ciudadanía en un punto o en otro, en una intensidad o en otra, en una forma u
otra. La manera en que la sociedad las acepta o las rechaza tiene algunas
variables. Desde mi punto de vista, son muchos los elementos que entran en este
juego. En sociedades avanzadas, en primer lugar no pasa esto. No dudo que
puedan existir algunos problemas, pero que un alcalde no les pague sus
prestaciones a los trabajadores eso es casi imposible que suceda. Al contrario,
hay algunos países europeos en los que los sistemas laborales son espléndidos
con el trabajador, sea sindicalizado o sea de confianza, y se le otorgan muchos
incentivos y consideraciones que redundan en una mejor productividad. Pero en
aquellos que existen movilizaciones, paros y marchas, de algún sector de la
sociedad que ha sido agredido por su gobierno, la misma sociedad se suma a la
causa y apoya para presionar al mal gobierno a reconsiderar su política. Aquí en nuestro estado eso es prácticamente
imposible. La sociedad ve pasar con indolencia cualquier tipo de marcha o
protesta y solo arruga el entrecejo. Desconoce y no le interesa saber qué es lo
que lleva a la calle a todas esas personas que, bajo condiciones inclementes,
gritan consignas, Ni las entienden ni les importan. Ven las movilizaciones como
parte del mundo surrealista de su ciudad.
Enseguida,
lees críticas ácidas de personas que, por su propia naturaleza, debieran estar
del lado de la clase trabajadora y no es así. Le ladran como perros rabiosos y
maldicen de muerte a su dirigente y en cambio glorifican al saqueador del
erario, al corrupto represor, al tirano de su localidad. Es como ver que
alguien besa la mano que chasquea el látigo en su espalda. Sigues observando y
ves nombres y caritas conocidas que critican con odio jarocho a todo aquel o
aquello que sea contrario a su mezquino partido, ese que ya sabemos cómo se
llama y que TAMPOCO les daré el gusto de mencionar. Las mismas personitas que
critican todos los asuntos y están en contra de todo, ah y son expertas en
todos los temas aunque a veces mezclen uno con otro y que al final no sepan ni
de que están hablando. Son una especie de fanáticos gratuitos, que aunque se
amuinen, no diré su nombre, pero leerán este texto y se identificarán con
facilidad.
Dentro
de lo malévolo, momentáneamente les resultó la estrategia de voltearle o
azuzarle la gente a los trabajadores, magnificando los efectos negativos de la
acción reivindicadora de sus derechos legítimos. Aunque estoy seguro que en un
futuro cercano la propia gente entenderá que se equivocó al momento de tomar
partido. No me extraña que cierto tipo de gente sea fácil presa de la
manipulación, pero hay otra que me decepciona por completo, como es el caso de
cierta dirigente de asociaciones civiles, que no reconoce en la clase
trabajadora un aliado natural para sus propios intereses, individuales y/o de
grupo, y que de manera hasta visceral se fue a la yugular de quien representa a
los trabajadores y también demostró algo de desprecio a esas causas populares.
Repudio
la actitud de incitar a la violencia de parte de ciertas personas que proponen
acciones indignas en contra de la dirigente del SUTSEM y/o algunos de los
miembros de su comité y espero con seguridad que las cosas caerán por su propio
peso. “La justicia a veces tarda, pero siempre llega.”
RECIBAN
UN SALUDO AFECTUOSO.- LOS ESPERO LA PRÓXIMA SEMANA - COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com .- MIEMBRO ACTIVO FRECONAY, A.C.