martes, 9 de julio de 2013

Lluvias y Vialidad, una Triste Realidad

Por: José Manuel Elizondo Cuevas

Me pareció muy triste ver el lamentable estado en que quedaron varias calles de mi colonia, después de una lluvia de considerable intensidad y más de una hora de duración. Un panorama desolador se dejaba ver a través de mi ventana. La curiosidad venció mi flojera y salí a las calles, a la mía y las aledañas, para dar un vistazo al resultado del frío, pertinaz y nutrido aguacero que recién se apoderó del cielo tepicense.

Esperé unos minutos porque aún se escuchaba el ruido de lluvia, pero sólo era una fina llovizna acompañada del sonido característico del agua al bajar por las canalejas de las casas, algunos  tronidos y unos tímidos relámpagos.

Nunca he visitado Venecia, pero las postales que he visto se quedaban cortas al acercarme a la calle principal del fraccionamiento. Un auténtico espejo de agua con caprichosos reflejos de luz, con corrientes vertiginosas que azotaban las banquetas de las casitas de mis vecinos en cuyos ojos se podía ver el miedo a que aquellas olas turbulentas le perdieran el respeto a su intimidad y se introdujeran a sus hogares. Cualquiera sentiría temor si ve en peligro el patrimonio material y la integridad de su familia.

Después de la tristeza pasé al coraje, al ver las grandes dificultades que pasan mis vecinos  ya sea para entrar o salir de sus viviendas, lo que resulta materialmente imposible hasta que no baje el nivel del agua, cosa que puede durar hasta una hora en ocasiones. Pero como dice Luís Miguel en una de sus canciones: “No culpes a la lluvia” ya que hasta donde todos sabemos la lluvia en sí, es muy necesaria y más que benéfica para el campo y para la vida en general.

La lluvia no es el problema, el problema es la carencia de una infraestructura física adecuada, es decir que la colonia no cuenta con suficientes obras de alcantarillado pluvial y sistemas de conducción conectados a colectores de capacidad suficiente. Pero que más se puede decir de este añejo problema, si es conocido por todos al  grado que, aunque no dijera el nombre, todos sabrían que me estoy refiriendo al fraccionamiento Fovissste Colosio, “mundialmente” conocido como “Charcos del Country”.
Quizá éste sea un buen ejemplo que ilustra lo que padecen la mayoría de colonias de la capital nayarita, inundaciones, drenajes colapsados y unas calles que parecen “condominios de topos” con pavimentos destrozados por toda la ciudad.

Es evidente que el gobierno municipal no resolverá los problemas que existen ni en Fovissste Colosio ni en otras colonias de la ciudad y conste que solo me estoy refiriendo a los que aparecen en tiempos de lluvias, no estamos hablando de otros servicios, como el transporte por ejemplo, del que actualmente se quejan los usuarios porque la ruta que pasa por aquí en las dos versiones: Lagos del Country y 2 de Agosto, únicamente la están atendiendo dos unidades, razón por la cual los intervalos de espera en ocasiones son hasta de dos horas.

Que triste realidad para los vecinos de este fraccionamiento, que de por sí, nació con problemas, como los niños prematuros, fue construido en una zona que a decir de los entendidos, no debió ser autorizado el uso de suelo para vivienda, por razones ambientales que tienen que ver con una zona de humedales, entre otras. No se trata de hacer un análisis a profundidad del caso, pero no puedo dejar de creer que es el único asentamiento urbano cuyas casas de interés social poseen un frente de tres metros y medio. Recuerdo que cuando se promovió la asignación (venta) de esas viviendas se decía que eran frentes grandes, pero finalmente de un lote de 7 x 16  metros, sacaron dos casas.

En la actualidad, el Reglamento de Construcción para el Municipio de Tepic (artículo 18) señala que los lotes para casas habitación de tipo popular no serán menores de 6 metros; pero como en aquellos ayeres, según dicen que el dichoso reglamento y las leyes de la materia tenían mas lagunas que las que actualmente tiene la colonia, pues que por eso fue perfectamente válido. (Un antecedente más de las históricas diferencias entre la ley y la justicia).
El tema del “Fraccionamiento Fovissste Colosio” o “Charcos del Country” es muy interesante, tiene muchos visos de corrupción pública y privada en ámbitos relativos a la adquisición de los terrenos, las autorizaciones, el impacto ambiental y muchos etcéteras que posee el caso.

Pero vuelvo al tema original de las lluvias, las calles destrozadas y la vialidad propiamente hablando. Es realmente pesimista mi apreciación sobre el panorama de la ciudad en la temporada de aguas. Si de por si la educación vial de los nayaritas deja muchísimo que desear, tema que ya he comentado en un par de ocasiones, nada más imagínese amable lector lo que será en un escenario lleno de charcos, rejillas ausentes, peatones bañados por el agua sucia que salpican los carros, la disminución en la velocidad de tránsito, embotellamientos, accidentes, suspensiones averiadas, motores descompuestos, mentadas entre conductores y de los conductores al presidente municipal por no cumplir con sus obligaciones y tantos otros detalles que, cada vez con mayor evidencia, desnudan la inoperancia de los servicios municipales y la ineptitud de los funcionarios que los representan. Por eso, “Lluvias y vialidad, una triste realidad”.


MIEMBRO ACTIVO FRECONAY A.C.- COMENTARIOS Y SUGERENCIAS AL CORREO: elizondojm@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario