miércoles, 17 de junio de 2015

TRABAJADORES ‘HÉROES’ ¿O INOCENTES?




TRABAJADORES ‘HÉROES’ ¿O INOCENTES?


En diversas dependencias, tanto de gobierno como de la iniciativa privada, es cada vez más frecuente ver a trabajadores que literalmente se convierten en héroes, toda vez que, sin herramientas de trabajo, sin el material suficiente ni adecuado, y prácticamente sin protección alguna, realizan sus labores cotidianas, día a día, sin cesar y, en la mayor de las ocasiones sin ‘chistar’.

Se va haciendo una costumbre el ver, por ejemplo, en las afueras de una institución bancaria, cómo un grupo de trabajadores suben a limpiar o pintar fachadas, llevando consigo únicamente algunas herramientas de trabajo, una franela y como dijera un amigo, ‘la bendición de Dios’.

En las grandes tiendas de origen extranjero, esas cadenas comerciales que vienen fuertemente a competir con el comercio local, podemos ver cómo al principio sí pretenden observar algunas medidas de seguridad como delimitar un área de trabajo pesado o delicado, cadenas de seguridad que disminuyen las posibilidades de una caída desde las alturas o herramientas como desarmadores, martillos, lentes o caretas entre otras, que permiten el desarrollo laboral de los trabajadores con cierta tranquilidad y seguridad. Pero con el paso del tiempo, esas medidas de seguridad van siendo cada vez más escasas hasta llegar al punto de otra vez, observar la total ausencia de cascos, guantes, calzado adecuado y demás…

Por muy pequeña que sea la reparación de alguna falla eléctrica, o la pintura de algún muro o columna, todo se debe llevar a cabo

La actual situación económica del país, que data de varias décadas, ha sido la excusa perfecta para que, por un lado, los patrones incumplan las leyes laborales en el sentido de brindar herramientas y equipo de trabajo necesarios para que sus contratados puedan desarrollar su actividad o servicio con eficiencia, eficacia y seguridad requeridas.

Y por otro, es esa misma economía la que obliga a las y los trabajadores a callar, aguantar y trabajar sin cesar…

¿Y LAS LEYES LABORALES?

En un país como México, es común escuchar que las leyes se hacen para violarlas y no para observarlas, para obedecerlas.  Es lamentable esta situación, pero sí es una realidad que venimos escuchando desde hace décadas.

A pesar de lo anterior, la Ley Federal del Trabajo, así como otros preceptos alusivos al tema laboral, señalan que el patrón o jefe tiene la obligación de proporcionar no sólo material y herramientas de trabajo adecuados para el desempeño de la labor del trabajador, sino también capacitación permanente y adecuada para una mayor eficiencia y eficacia en el desempeño de las tareas encomendadas.

Esta ley, en su título cuarto “Derechos y Obligaciones de los Trabajadores y de los Patrones”, capítulo I, el Artículo 132 señala obligaciones de los patrones, entre otros:

III.- Proporcionar oportunamente a los trabajadores los útiles, instrumentos y materiales necesarios para la ejecución del trabajo, debiendo darlos de buena calidad, en buen estado y reponerlos tan luego como dejen de ser eficientes… El patrón no podrá exigir indemnización alguna por el desgaste natural que sufran los útiles, instrumentos y materiales de trabajo;

V.- Mantener el número suficiente de asientos o sillas a disposición de los trabajadores…

XV.- Proporcionar capacitación y adiestramiento a sus trabajadores...

XVI. Instalar y operar las fábricas, talleres, oficinas, locales y demás lugares en que deban ejecutarse las labores, de acuerdo con las disposiciones establecidas en el reglamento y las normas oficiales mexicanas en materia de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo, a efecto de prevenir accidentes y enfermedades laborales. Asimismo, deberán adoptar las medidas preventivas y correctivas que determine la autoridad laboral.

Y más adelante, la misma Ley, en su artículo 153-A, vuelve a señalar que “Los patrones tienen la obligación de proporcionar a todos los trabajadores, y éstos a recibir, la capacitación o el adiestramiento en su trabajo que le permita elevar su nivel de vida, su competencia laboral y su productividad, conforme a los planes y programas formulados, de común acuerdo, por el patrón y el sindicato o la mayoría de sus trabajadores.

Pero como comentamos anteriormente, la ley es escrita; en los hechos, las cosas no siempre son como deben de ser.

LA OBLIGACIÓN DE CUMPLIR

A pesar de lo que indica la ley mexicana ya comentada con antelación, la realidad de los trabajadores en este país es otra.  La necesidad de llevar un pan a casa, puede más que pensar en su propia seguridad… aunque de antemano sabe el trabajador, hombre o mujer, que si es víctima de algún accidente que le corte la vida, sus seres queridos que están bajo su dependencia económica, podrían quedar en el desamparo.

Hace poco, pudimos observar de nueva cuenta, cómo cuando falla la energía eléctrica en el edificio de la presidencia municipal, por ejemplo, los trabajadores acuden a ver qué pueden hacer; en ocasiones sólo cortan un pedazo de cable, lo unen al anterior y listo, vuelve a haber energía eléctrica.  Saben de antemano que las instalaciones eléctricas datan de hace varias décadas, y en las oficinas se puede observar que muchas instalaciones muestran por fuera de los muros metros y metros del alambre que se utilizaba hace muchos años en lugar de cables de hilos de cobre.  El peligro está siempre latente y nadie hace algo por remediarlo.

A estos mismos trabajadores se les pudo observar cómo toman una silla de metal para poder subirse a revisar los cables; el metal es un buen conductor de energía eléctrica, por lo que, una vez más, el trabajador pone en riesgo su vida.

También se puede observar cuando se instalan lonas para eventos en el patio central; los trabajadores sin ningún tipo de seguridad, se elevan a las alturas para fijar esas lonas.  No hay ni un “mecatito” que les amarre a algún muro o pilar, con el cual puedan evitar una caída con lamentables consecuencias.

Hace casi dos años, en octubre del 2013, tuvimos oportunidad de visitar las instalaciones del Rastro Municipal; las imágenes dicen más que mil palabras… con oportunidad se publicó en este medio, y lamentablemente las condiciones de seguridad laboral no han avanzado mucho.

Esperemos pues, que en este trienio, donde hay voluntad por cambiar las cosas, en verdad se dé este cambio, en beneficio de la clase trabajadora y sus familias.


** MIEMBRO FUNDADOR DE FRECONAY, A.C.**

Agradeceremos sus comentarios y sugerencias en el celular y WhatsApp (311) 910 77 77 o bien, en el correo electrónico enriquelibre@gmail.com

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