SAÙL ARMANDO LLAMAS LÒPEZ
El 1 de noviembre, se celebra el Día
Mundial de la Acromegalia, un trastorno raro que ocurre en 40 a 70 casos por
cada millón de habitantes al año.
Tiene como finalidad divulgar información y
concienciar a la población mundial acerca de esta patología, para generar un
diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, dirigido a mejorar la calidad de
vida de las personas que la padecen.
¿Qué es la Acromegalia?
La Acromegalia es una enfermedad rara
causada por el exceso en la secreción de la hormona de crecimiento (GH),
causada en el 90% de los casos por un tumor benigno o adenoma en la hipófisis,
una glándula ubicada en la base del cerebro que regula una gran cantidad de
hormonas en el organismo.
Generalmente se
presenta en edades promedio de 40 años, con igual frecuencia tanto en hombres
como en mujeres.
Si esta enfermedad no
es diagnosticada y tratada a tiempo puede presentarse una tasa de mortalidad en
los pacientes de 2 a 4 veces superior a la población general, así como una
reducción de la esperanza de vida de entre 5 a 10 años.
Síntomas, Diagnóstico y
Tratamiento
En relación a los signos
y síntomas de esta enfermedad se presentan de una manera lenta y gradual, incidiendo
en el diagnóstico tardío de la misma (aproximadamente luego de 4 a 10 años). Si
se presentan 3 o más síntomas es recomendable acudir a una consulta médica con
un endocrinólogo:
Rasgos faciales más
grandes cara, mandíbula y crecimiento de la lengua.
Voz más grave y
ronquidos severos.
Trastornos visuales.
Dolores de cabeza.
Separación en los
dientes.
Diabetes.
Hipertensión.
Manos y pies más
grandes.
Piel gruesa y grasa.
Sudoración excesiva.
Aumento de la seborrea.
Pequeñas verrugas en la
piel.
Fatiga y debilidad
muscular.
Dolor en las
articulaciones.
Disfunción eréctil en
los hombres e irregularidades en el ciclo menstrual en mujeres en edad fértil.
Pérdida del deseo
sexual.
Para el diagnóstico de
la Acromegalia por parte de médicos especialistas: endocrinólogo, cardiólogo,
se realizará una evaluación física para evaluar los cambios acrales y
dismórficos, así como otros signos y síntomas de la enfermedad.
Asimismo, se deben
realizar análisis de laboratorio para medir la GH y el Factor de Crecimiento
Símil Insulina IGF-I, mediante una muestra de sangre.
Por otra parte, se debe
realizar una resonancia magnética del área del hipotálamo-hipofisaria, para
determinar la ubicación y el tamaño del tumor o adenoma.
El tratamiento a
seguir para controlar este trastorno raro está orientado a controlar las
siguientes complicaciones y factores de riesgo, a fin de mejorar la calidad de
vida del paciente:
Cardiológicas: agrandamiento
del corazón, problemas valvulares e insuficiencia cardíaca.
Respiratorias: apnea
de sueño.
Óseas: fracturas y
deformaciones.
Metabólicas: diabetes,
dislipidemia.
Cáncer: de colon y
tiroides.
Actualmente se cuenta
con tres modalidades terapéuticas, cuya aplicación dependerá de cada caso
clínico:
Tratamiento quirúrgico: mediante
una cirugía para remover el tumor.
Tratamiento médico: suministro
de medicamentos vía oral, para reducir la producción de la hormona de
crecimiento.
Sesiones de
radioterapia: convencional y estereotáctica, para la destrucción de las
células tumorales residuales, así como reducir los niveles de la hormona de
crecimiento.
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