SAÙL ARMANDO LLAMAS LÒPEZ/ Periodismo Nayarita
Guadalajara, Jal.- La hipertensión es una de las enfermedades del
sistema circulatorio más comunes; veamos cómo es.
A
pesar de ser una condición altamente prevenible, modificable y controlable, las
millones de personas que padecen hipertensión alrededor del mundo no saben que
tienen esta condición, y nada hacen para mejorar su situación.
Considerado
como uno de los principales problemas médicos en el mundo desarrollado, la hipertensión es algo que, de no
controlarse, puede suponer graves daños en el sistema circulatorio,
trayendo consigo enfermedades como infartos e ictus. A continuación vamos a
profundizar en esta problemática médica.
¿Qué es la hipertensión?
La hipertensión arterial es la condición médica en la que los
vasos sanguíneos tienen una tensión persistente alta, tanto
que los puede llegar a dañar. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la
sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el
corazón. Cuanto más alta sea la tensión, más esfuerzo tiene que hacer el
corazón para bombear.
Aunque
no lo parezca, la hipertensión es una condición mortal al no presentar unos
síntomas claros y estos pueden tardar su tiempo en aparecer. Esto es
verdaderamente peligroso, pues la persona que tiene alta la tensión arterial
puede no saber que su organismo está sufriendo los efectos de la hipertensión,
dañando su sistema circulatorio e incrementándose el riesgo de padecer
patologías cardiovasculares, las primeras causas de mortalidad en los países
desarrollados.
Las
primeras consecuencias de la tensión arterial alta la sufren las
arterias. Estos vasos se endurecen a
medida que van soportando la presión arterial alta de forma continuada.
Esto conlleva a que las arterias se vuelvan más gruesas, dificultando el paso de
la sangre a través de ellas. Esto daña las paredes de los vasos sanguíneos que,
además, favorecen que se depositen colesterol y triglicéridos en ellas, motivo
por el cual la hipertensión supone un elevado riesgo para el desarrollo de la
arteriosclerosis.
La
hipertensión es una condición altamente tratable. A pesar de ello, en los
países desarrollados tener la tensión arterial alta es algo muy común. Por
poner un dato a modo de referencia, en
torno al 40% de la población española es hipertensa y se
calcula que cerca del 40% de esas personas están sin diagnosticar. Teniendo en
cuenta sus consecuencias sobre la salud y lo común que es, se puede extraer que
la hipertensión es una silenciosa epidemia que se ha convertido en un problema
de salud pública muy relevante.
Tipos de hipertensión
La
hipertensión se categoriza en varios tipos. Para ello, primero debemos saber
que la tensión arterial tiene dos componentes:
1. Tensión sistólica
La
tensión sistólica es
el número más alto de tensión. Representa la tensión que
provoca el corazón cuando bombea la sangre hacia el resto del organismo.
2. Tensión diastólica
La tensión diastólica es el número más bajo de la tensión. Este valor representa la presión en
los vasos sanguíneos entre cada latido cardíaco.
La
tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se diagnostica como
alta cuando la diastólica, la sistólica o ambas presentan números altos. La tensión arterial se clasifica de la
siguiente manera (el primer valor representa la tensión
sistólica y el segundo la diastólica. Así pues, tener una tensión de 125/82,
normal, significa que tenemos una tensión sistólica de 125 y una diastólica de
82).
·
Normal:
de 120/80* a 129/84 mmHg.
·
Normal
alta: de 130/80 a 139/89 mmHg.
·
Hipertensión
grado 1: de 140/90 a 159/99 mmHg.
·
Hipertensión
grado 2: de 160/100 a 179/109 mmHg.
·
Hipertensión
grado 3: mayor de 179/109 mmHg.
Síntomas
El
mayor problema de la hipertensión es que, además de suponer un gran riesgo para la salud cardiovascular del
afectado, en la mayoría de los casos no hay ningún síntoma y,
por lo tanto, la condición pasa desapercibida. Esto hace que, en caso de que el
paciente no lo descubra en la consulta de su médico en un chequeo rutinario, no
sepa que es hipertenso y no haga nada para cambiar la situación, incrementándose cada vez más el riesgo de
presentar enfermedades como ictus o ataques cardíacos.
Aún
así, es posible hablar de algunos
síntomas inespecíficos como las cefaleas, que ayudan a detectar
la hipertensión que, asustado, decide ir al médico o visitar su farmacia para
que le tomen la tensión. También pueden haber náuseas, vómitos, confusión, cambios en la visión y sangrado nasal,
síntomas propios de la hipertensión maligna.
Principales
causas de hipertensión
A
día de hoy no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión
arterial, pero sí que se le atribuye la aparición de esta condición a una serie
de factores que comparten la mayoría de personas hipertensas. Hablando de estas
causas, podemos separar las que son poco modificables (genética, sexo, edad y
raza, enfermedades médicas) de las que sí se pueden cambiar o están asociadas a
malos hábitos y condiciones médicas altamente tratables.
1. Factores genéticos
La
genética, como en prácticamente todas las enfermedades, es un factor que
influye en la hipertensión arterial. La predisposición a desarrollar esta condición es mayor si se
tiene un familiar de primer grado hipertenso. Si bien no se
conoce el mecanismo exacto, se sabe que si se tiene uno o ambos progenitores
hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión es el doble que con
quienes sus padres no son hipertensos.
2. Sexo
Los hombres son más propensos a sufrirla que las mujeres antes de
la menopausia.
Cuando alcanzan esta etapa, la frecuencia de hipertensión entre hombres y
mujeres se iguala. La explicación a esto es que las hormonas femeninas son un
factor de protección frente a la hipertensión durante la edad fértil,
reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
3. Edad y raza
La
edad es otro factor que influye sobre la presión arterial, siendo que cuanto mayores somos, mayor riesgo de ser
hipertensos presentamos. En cuanto a la raza, se ha visto que
hay diferencias de presentar esta condición, siendo las personas
afrodescendientes las que mayor riesgo de ser hipertensas son (el doble que las
blancas), además de tener el peor pronóstico.
4. Sobrepeso y obesidad
El
sobrepeso y la obesidad son dos condiciones médicas altamente modificables que
se relacionan con un mayor riesgo de presentar hipertensión que las personas
con peso normal. A
mayor peso, mayor será la tensión arterial. Independientemente
de su edad, el riesgo de ser hipertenso siendo obeso es de dos a tres veces más
alto en comparación con personas con normopeso.
A
pesar de que es un hecho que las personas obesas tienden a ser hipertensas, no
se sabe con claridad si es la obesidad en sí misma la causa de la hipertensión
o si hay un factor asociado a que aumente la presión arterial. A la obesidad
también se le atribuyen otras condiciones médicas que serían, al menos en
parte, responsables del aumento de la presión arterial, condiciones que se
reducen o desaparecen cuando se pierde peso.
5. Malos hábitos
Los
principales malos
hábitos asociados con una subida de la tensión arterial son:
·
Consumir
alcohol
·
Ser
fumador
·
Tomar
sustancias ilícitas
·
No
hacer ejercicio
·
Tener
malos hábitos dietéticos
·
Abusar
de la sal
·
Abusar
de las grasas
6. Fármacos que incrementan la tensión arterial
Los
fármacos que más se prestan a generar hipertensión son los siguientes:
·
Ciclosporina,
tacrolimus
·
Fármacos
antiinflamatorios no esteroides
·
Eritropoyetina
·
Medicaciones
adrenérgicas
·
Descongestionantes
que contienen efedrina
·
Remedios
a base de hierbas que contienen regaliz
7. Enfermedades renales
Entre el 2 y 7% de los problemas relacionados con los riñones
pueden influir en la aparición de la hipertensión arterial. Las principales patologías vasculares
renales que se ven en personas hipertensas son:
·
Enfermedad
renal poliquística.
·
Enfermedad
renal crónica.
·
Tumores
productores de renina.
·
El
síndrome de Liddle.
·
Estenosis
de la arteria renal.
8. Problemas endocrinológicos
Las causas endocrinológicas representan entre el 1 y 2% de los
problemas de hipertensión.
Entre ellas se incluirían desequilibrios hormonales exógenos, como la toma de
anticonceptivos orales, corticoides y fármacos antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), y endógenos, como las siguientes enfermedades:
·
Hiperaldosteronismo
primario
·
El
síndrome de Cushing
·
Feocromocitoma
·
Hiperplasia
suprarrenal congénita
Diagnóstico
La principal forma de diagnosticar la hipertensión es tomando la
tensión. Esto se
hace mediante esfigmomanómetros, conocidos más popularmente como tensiómetros.
La primera línea de detección de la hipertensión son los equipos de atención
primaria, entre ellos médicos y enfermeras. Los farmacéuticos comunitarios
también contribuyen en la detección, medición y control de la hipertensión
arterial.
Los
chequeos rutinarios que se hacen en las empresas o cuando los pacientes se
hacen una revisión porque quieren empezar a practicar algún deporte federado o
semiprofesional son también entornos en los que se diagnostica la hipertensión.
Son precisamente estas mediciones muy importantes, pues se hacen en pacientes
que rara vez van al médico porque se sienten sanos en todo momento o que no les
gustan los entornos sanitarios.
Prevención
La
hipertensión es ese tipo de condiciones médicas que dan vida al dicho “más vale
prevenir que curar”. Ser
hipertenso es algo altamente controlable y mejorable, sobre todo si todavía no
se ha presentado una enfermedad derivada de esta condición. Es
por ello que, tanto si se sabe que se es hipertenso como si no, hacer todo lo
posible para evitar esta condición, como por ejemplo evitar el sobrepeso y la
obesidad, además de tener un estilo de vida saludable y evitar el consumo de
sustancias.
Llevar una dieta sana y practicar ejercicio con regularidad puede ayudar a evitar la
hipertensión. Dejar de fumar es fundamental para no acabar siendo hipertenso,
pues el tabaco incrementa la presión arterial. Si en la familia hay
antecedentes de hipertensión, es crucial medirse la tensión con regularidad
pues ser familiar de un hipertenso es un factor de riesgo para acabar como él.
Tratamiento
La
primera vía de tratamiento para la hipertensión es la mejora de los hábitos de vida del paciente.
Al tratarse de una condición altamente tratable y que, en la mayoría de los
casos, se debe a llevar un estilo de vida poco saludable, generalmente se
considera que esta es la mejor manera de empezar a bajar la tensión arterial
del paciente.
Debe
tomar una dieta saludable, reducir el consumo de azúcares, sal y grasas, además
de bajar el consumo de calorías y hacer más ejercicio. Si el paciente es obeso,
lo recomendable es que baje de peso. El alcohol y el tabaco deberían ser
eliminados por completo.
No
obstante, también se puede recurrir a la vía farmacológica, especialmente si la
hipertensión se debe a factores de más difícil control como la edad o el
historial familiar y los cambios de hábitos de vida no han surtido efecto.
Inicialmente, el tratamiento farmacológico comienza con un solo fármaco, aunque
en algunos casos esta medida no es suficiente y es necesario combinar varios
para controlar la tensión arterial. Los principales fármacos usados en el tratamiento de la
hipertensión son:
·
Diuréticos
(tiazidas, clortalidona e indapamida).
·
Betabloqueantes.
·
Antagonistas
del calcio.
·
Inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).
·
Antagonistas
de los receptores de la angiotensina II (ARA-II).
Pese
a que existen tratamientos y que los cambios en los hábitos de vida ayudan a
mejorar la condición, lo cierto es que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica y recurrente
que, aunque modificable, debe mantenerse muy bien a raya.
Lamentablemente, el 90% de los pacientes diagnosticados no lleva a cabo las
recomendaciones de los médicos para tratarla y el 50% no sigue para nada los
tratamientos que les prescriben.
Como es una patología que se padece durante muchos años, los
pacientes tienden a relajarse con el paso del tiempo, tomando menos seriamente las
instrucciones que le da su médico. Esto hace que todo el progreso conseguido
durante años se vaya al garete en pocos meses, con graves consecuencias. La
principal es que la hipertensión estará mal controlada, derivando en mayor
riesgo de problemas cardiovasculares como infarto de miocardio, deterioro de la
función renal, ictus o de la circulación de las piernas.
FUENTE DE INFORMACIÒN:
Hipertensión
arterial: qué es, tipos, causas y tratamiento (psicologiaymente.com)
Gracias a PERIODISMO NAYARITA, por difundir temas de interés público.
ResponderEliminar