GLORIA
ANALCO / Periodismo Nayarita
Gualajara,
Jal., oct 28, 2013.-
Juntas, revueltas y mitoteras
revoltosas, como se titula el libro de Heather Dashner, fue el IX Encuentro
Nacional Feminista 2013, donde lo más sobresaliente fue la instalación, sin
precedente, de un tribunal ciudadano para juzgar casos emblemáticos de la
violencia que caracteriza hoy a México, donde prevalece la impunidad como
principal característica de nuestra actual sociedad, violencia que afecta sobre
todo a las mujeres.
El Tribunal de
Derechos Humanos de las Mujeres, como se denominó, sesionó permanentemente, y
continuará, hasta que cese la persecución contra las
mujeres que sufren la violencia feminicida, la desaparición forzada y el
secuestro.
Revueltas porque trataron de construir entre todas un sueño, sembrar semillas que rindan sus frutos en la reflexión sobre todos los temas de la agenda nacional feminista que abarca desde la no violencia, el respeto al Estado Laico, a los derechos sexuales y reproductivos, hasta el alto al feminicidio y las desapariciones forzadas.
Y mitoteras y
revoltosas porque no todas estuvieron de acuerdo en todo, porque grupos como
“Lunas Feministas” tomaron el sábado la tribuna del Plenario para manifestar su
desacuerdo con el Comité Organizador sobre aceptar financiamiento institucional
para el encuentro feminista, realizarlo en un lugar cerrado, en vez de sitios
abiertos para la discusión y movilización, “franca y verdadera”, según ellas,
lo cual despertó sorpresa, wl rechazo, y
lo mejor, el diálogo entre la mayoría de los
grupos feministas.
Se hizo evidente la
intención de la Policía local de frenar el avance de la marcha en varios puntos
del trayecto, hasta que un grupo de moticiclistas de tránsito les cerraron el
paso en determinado momento, pero ante el ímpetu de las manifestantes, se
hicieron inmediatamente a un lado.
Discriminación,
opresión y violencia que sufren las mujeres se reflejaban en las consignas que
repitieron en la marcha, como “¡No son muertas, son asesinadas!”, “¡Aborto
legal, aborto legal!”, “¡No estamos todas, nos faltan las muertas!”, o “¡Somos
feministas con derecho y decisión!” y “¡Esta marcha no es de fiesta, es de
lucha y protesta!”.
Mitoteras y
Revoltosa, al final del día acordaron hacer esfuerzos por vincularse, acuerdos
para algunas demandas, juntas para hacer fuerza y crear el proceso hacia ese
destino. Juntas a pesar de las diferencias. Convocadas y convocantes a un nuevo
destino para las mujeres. El IX Encuentro Nacional Feministas terminó en medio de pronunciamientos y
acuerdos particulares.
En esto de todo en
una sesión, una antigua feminista dijera, reconocer la diversidad plantea hacer
acuerdos, alianzas, construir lentamente. Hace falta y ahí estuvieron, juntas, estas mitoteras y
revoltosas. El feminismo vive.
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